Introducción

La Universidad de Guadalajara, a través del Sistema de Educación Media Superior, imparte estudios de bachillerato en escuelas distribuidas en poco más de 90% del estado de Jalisco. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados por incrementar la matrícula, los estudiantes deben comenzar formalmente sus estudios en dos semestres distintos, denominados “A” y “B”, con seis meses de diferencia entre uno y otro.

El proceso de selección para determinar el calendario de ingreso se realiza mediante una aplicación de prueba de aptitud, lo que evidencia una brecha entre las habilidades cognitivas de los estudiantes que ingresan en uno u otro calendario, sobre todo en las áreas básicas de comunicación, razonamiento matemático e inglés. Por lo que los alumnos dictaminados en el segundo calendario, deben esperar seis meses para empezar sus estudios de bachillerato, lo anterior genera descontento entre los estudiantes y sus padres, situación que en muchas ocasiones trunca el proceso de formación académica al integrarse a un esquema laboral, suspendiendo de manera temporal o definitiva su trayectoria escolar.

Semestre Base

Con la intención de evitar la deserción escolar, así como fortalecer y homologar las competencias de los estudiantes entre ambos calendarios (“A” y “B”), se implementó un curso de nivelación denominado “Semestre Base”.

El reto de este programa fue utilizar las modalidades no convencionales como soporte para ofrecer una formación extracurricular. Uno de los principales objetivos fue que el estudiante fortaleciera las habilidades para la autogestión y el autoaprendizaje, ambas necesarias para su trayectoria por el bachillerato, además de promover. a través de la interacción con sus compañeros y profesores, su integración al contexto universitario. Con la intención de fomentar el uso de las tecnologías desde su ingreso al bachillerato, el curso de nivelación se ofertó en modalidad mixta en un campus virtual.

Su diseño curricular abordó las áreas de habilidades cognitivas, matemáticas, lectura y redacción, e inglés, parte de su formación en ciencias, así como responsabilidad social, implementada como una forma de participación e integración social de los jóvenes con su entorno. Así, se impartió en 72 escuelas de la Red Universitaria de Jalisco, las cuales atendieron a un total de 16,855 estudiantes admitidos para el calendario “2020-A”. Aunado a esto, se contó con la participación de 2,070 asesores especializados en cada una de las áreas del conocimiento involucradas, factor importante para el logro de la nivelación de las competencias en los estudiantes.

Estructura y metodología del programa

El diseño instruccional de cada curso estuvo a cargo de expertos disciplinares de seis preparatorias de la Universidad de Guadalajara, un asesor pedagógico, además de un equipo técnico y de soporte informático que trabajaron de manera colaborativa para el diseño y soporte de cada uno de los módulos que conforman el programa formativo, el cual se piloteó durante cuatro semestres lectivos.

En el aspecto metodológico, los cursos articulados en el programa se conciben a partir de una modalidad mixta, que dispone sesiones presenciales y virtuales en un ambiente en donde las mediaciones docente y digital propician la generación de experiencias de aprendizaje apropiadas para el desarrollo de competencias relacionadas con campos disciplinares específicos (Bartolomé, 2008), además del desarrollo de habilidades para la autogestión y el autoaprendizaje, necesarias para transitar posteriormente, y de manera satisfactoria, hacia el esquema del Bachillerato General por Competencias (BGC).

Cada uno de los cursos contempla el desarrollo de actividades de aprendizaje orientadas a la construcción de un producto conforme a los señalamientos del modelo de Aprendizaje basado en proyectos (ABP) que potencia la participación dinámica del estudiante en torno a un proyecto real y útil, más allá del contexto de la clase (Dickinson, K. et al. 1998).

La ejecución de este programa implicó el desarrollo de un esquema de capacitación que permitió a los asesores responsables de la operatividad el desarrollo de habilidades específicas, tales como facilitación del aprendizaje en un contexto mixto, utilización acertada de las herramientas de Moodle (plataforma empleada por el programa) y mediación del aprendizaje en cada uno de los ambientes que conforman la modalidad mixta.

Impacto social

Como se ha mencionado anteriormente, existe una asimetría entre el calendario “B” y el “A”. Los admitidos en este último, solían invertir los seis meses de espera en actividades tanto recreativas como laborales, lo que postergaba su formación académica derivando en un incremento del abandono escolar, lo anterior se señala en el informe de actividades del SEMS del 2018, en el que la tasa de deserción fue de 4.12% (SEMS, 2018).

Con la intención de reducir las asimetrías, el programa busca generar y crear un impacto social positivo al promover la permanencia de los estudiantes con su incorporación inmediata al bachillerato y romper con esto la brecha temporal. La promoción de la identidad universitaria entre los estudiantes se vuelve una figura primordial. Al ser fortalecido, este aspecto traerá consigo la creación de redes de colaboración que les permitan crear conexiones para facilitar los procesos de discriminar, seleccionar y aplicar la información existente en su contexto (Siemens, 2004) y la consolidación de una consciencia grupal que facilitará la vinculación y la permanencia de los estudiantes.

Durante la aplicación del programa, los estudiantes crearon 459 proyectos. entre los que destacan temas de reforestación, cuidado de áreas verdes y recursos naturales, así como de reciclaje, reducción y reuso de materiales, en colaboración con los ayuntamientos de cada municipio y en beneficio tanto de su comunidad como de su plantel, generando en ellos una visión de colaboración social destinada a la solución de los problemas compartidos.

Al finalizar la experiencia formativa, se les aplicó una segunda evaluación tipo postest, en la cual los alumnos obtuvieron un incremento de 3.575 puntos porcentuales en los resultados de lectura (español), igualmente mejoraron 3.2923 puntos en manejo de la lengua (inglés); 3.042 puntos en manejo de la Lengua (español), 0.92921 en habilidad cognitiva, 0.9 puntos de incremento en álgebra, 0.75 de incremento en redacción (inglés), y 0.438 puntos en lectura (inglés). Los datos anteriores brindan evidencia de la pertinencia del programa.

Conclusiones

La educación es un campo que se diversifica constantemente, con el cual se busca reducir brechas entre los estudiantes a partir de la equidad, la colaboración, inclusión social y educativa. Todo esto se cimienta en el desarrollo de habilidades cognitivas, actitudinales y socioemocionales que permiten al estudiante concebir e interactuar de manera propositiva con su entorno. Se fomenta la interacción, autogestión y autonomía en procesos cada vez más autorregulados que permitan la construcción social del conocimiento, con la colaboración como el eje de un compromiso compartido para generar espacios de aprendizaje más pertinentes y adecuados a la realidad que están viviendo nuestros jóvenes.

La implementación del programa permite reflexionar acerca de la trascendencia de buscar, como Sistema, las estrategias que refuercen las habilidades y conocimientos de los estudiantes. La implementación de una modalidad mixta (b-learning) ofrece nuevas maneras de interactuar entre el estudiante y el docente, involucrando de manera autónoma y responsable al joven en su aprendizaje. Se puede concluir, con fundamento en las encuestas de salida aplicadas a docentes y estudiantes, que el Semestre Base ha permitido generar un ambiente de aprendizaje práctico, sencillo y eficiente para fortalecer habilidades, promover el trabajo colaborativo y establecer la vinculación con su comunidad escolar.