César Vallejo y su gólgota en la Torre Eiffel
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Resumen
Jamás la tristeza tuvo tanta autoridad como en el albur de César Abraham Vallejo Mendoza. Era el París imperecedero ―entonces con su Sena glacial―, transcurría cauteloso un Viernes Santo del 15 de abril de 1938. El poeta mayor de vida y obra ―excelso y
enaltecido, desdeñado y renunciado― bebía con cerrazones su tránsito al infinito. Los Campos Elíseos difuminaban un dueto de historias revividas, en coronas de espinas, alcayatas y vinagres, con aquel otro rapsoda incomprendido y asceta, el de la Galilea esotérica: ¡Eloi, Eloi!... ¿Lama Sabactani? … ¡Dios mío, Dios mío!... ¿por qué me has abandonado?
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Cómo citar
Torrejón Jurado, E. . (2024). César Vallejo y su gólgota en la Torre Eiffel. Archipielago. Revista Cultural De Nuestra América, 31(123). Recuperado a partir de https://revistas.unam.mx/index.php/archipielago/article/view/88567