Canadá es, después de Estados Unidos, el segundo país receptor de migrantes mexicanos,
ya sean permanentes y/o temporales. Antes de 1960 ya había 1,441 mexicanos viviendo
en dicho país (Mueller 2005, 36), mientras que la presencia de migrantes agrícolas “temporales” data de 1974,
año en que se firmó el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales (PTAT). Esta
(in)migración ha ido incrementándose y diversificándose. En 2016, la cifra de residentes
en Canadá que registra el Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME) es de 118,249
(IME 2016), mientras que la de trabajadores agrícolas “temporales” fue de 23,131 hombres y
762 mujeres. Cabe hacer mención de que, a partir de 2007, a través del Programa de
Movilidad Laboral operado por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS)
y empresas canadienses, también migran hombres y mujeres mexicanas para laborar en
otros sectores como servicios y manufactura. Si bien su número es reducido, en el
2015 asistieron 550, seguramente dicha cifra tenderá a incrementarse debido a la prioridad
que las políticas migratorias canadienses dan al reclutamiento de mano de obra “temporal”
(STPS 2017).
El PTAT, eje central de este artículo, ha sido estudiado por distintos investigadores
que han logrado explicar diversos aspectos del entramado transnacional que conforma
este tipo de migración laboral “temporal”. Uno de ellos es el de las relaciones entre
migrantes y canadienses.1 Este artículo se apega a este tema, pues analiza la construcción de los vínculos
entre los habitantes residentes en Saint-Rémi, Quebec y los jornaleros migrantes agrícolas
a partir del concepto de las representaciones sociales, porque a través de esta noción
se puede conocer cómo se construye el conocimiento del sentido común de la otredad
y cómo este, a su vez, permea las relaciones entre distintos grupos en una zona de
contacto.
El empleo de la teoría antes citada resulta pertinente ya que fue concebida para responder
a cuestionamientos vinculados con las relaciones comunitarias y sociales, así como
para la explicación de fenómenos nuevos (Moscovici 2003, 150). En este sentido, la llegada de jornaleros migrantes a Canadá como resultado de
la firma del acuerdo de entendimiento con países de la Commonwealth en 1966, con México en 1974 y la apertura a la contratación de “trabajadores de bajas
habilidades” de cualquier nacionalidad en el 2002 a través del Temporary Foreign Worker
Program (TFWP) ha venido a generar dinámicas sociales tanto en las comunidades receptoras
de migrantes en Canadá como en las comunidades de origen de los migrantes que antes
no se veían, una de ellas es la construcción de las representaciones sociales entre
jornaleros migrantes y canadienses.
Las representaciones sociales son formas de pensamiento del sentido común en las que
se fusionan nociones individuales y colectivas que van a posicionar nuestra perspectiva
y guiar su acción ante una persona, un objeto, una situación o una idea. Por ende,
las representaciones sociales son guías de comportamiento como bien lo menciona el
creador de esta teoría:
Si partimos de que una representación social es una ‘preparación para la acción’,
no lo es sólo en la medida en que remodela y reconstituye los elementos del medio
en el que el comportamiento debe tener lugar. Llega a dar un sentido al comportamiento,
a integrarlo en una red de relaciones donde está ligado a su objeto. Al mismo tiempo
proporciona las nociones, las teorías y el fondo de observaciones que hacen estables
y eficaces estas relaciones. (Moscovici 1979, 32).
Desde el método etnográfico se pudo observar cómo esta función que guía el comportamiento
se vincula directamente con la vulnerabilización de los migrantes agrícolas y, a su
vez, con la justificación de su exclusión, discriminación y explotación.
Para poder identificar cuáles son los elementos que estructuran las representaciones
sociales, de qué manera se construyen y cómo es que guían el comportamiento, fue necesario
realizar trabajo etnográfico de corte transnacional. Se llevaron a cabo entrevistas
semiestructuradas y una observación participante en Quebec, provincia cuya demanda
de mano de obra extranjera es del 18%, lo cual la sitúa en la tercera posición después
de Columbia Británica, que es del 24.3% y de Ontario con 35.3% (CIC 2017). Se eligió
a la ciudad de Saint-Rémi por ser una de las comunidades que mayor concentración de
migrantes tiene en la provincia de Quebec. En la actualidad no solo recibe migrantes
originarios de México, sino también de Guatemala, El Salvador y Honduras, entre otros
países.
La investigación de campo estuvo dividida en tres etapas: de octubre de 2010 a enero
de 2011 en Saint-Rémi; de enero a febrero de 2011 en diversas comunidades en México
y de marzo a noviembre de 2011 en Saint-Rémi. Se entrevistó a 51 canadienses, de los
cuales 33 nacieron en Quebec y el resto en diferentes países. Se entrevistó a jornaleros
agrícolas de los cuales 29 eran mexicanos y 6 guatemaltecos.
Tanto la observación participante como las entrevistas semiestructuradas arrojaron
que las representaciones sociales que los habitantes de Saint-Rémi tienen respecto
a los jornaleros agrícolas migrantes estaban relacionadas fundamentalmente con tres
elementos: el origen étnico de los jornaleros, la ocupación de los espacios (rural
y urbano) donde son visibilizados y el tiempo (año) en que se les ubica. Mientras
que la representación que tienen los jornaleros respecto a los habitantes de Saint-Rémi,
se estructuró a partir de la información y experiencia de los jornaleros y compañeros
de trabajo en los espacios físicos y sociales y de la lengua en la que se comunicaban.
La representación de los migrantes como invasores: “nos sentimos invadidos, ocupan
nuestros espacios, son fuereños y roban nuestros empleos”
Si bien en la actualidad la primera actividad económica en Saint-Rémi es la manufactura,
la agricultura fue el origen mismo de la comunidad y sigue teniendo un papel muy importante
en la vida y organización social de sus habitantes (Laberge 1980). En su momento,
quienes solicitaron jornaleros agrícolas extranjeros en las granjas de Saint-Rémi
y en otras comunidades aledañas fueron los grandes agricultores. Los pequeños y medianos
y el resto de la comunidad no estaban realmente convencidos de recibir gente de “otros
lugares”. Esta decisión para muchos no fue la medida más deseada en su momento, pero
los grandes granjeros consideraron más viable esta opción para salvar la agricultura
de la región, pues no tenían otra manera de mantenerse vigentes en un nuevo sistema
agroindustrial con lineamientos globales en donde los quebequenses no querían trabajar
en actividades agrícolas bajo esquemas precarios de trabajo.
Durante los años ochenta ya se veía a personas originarias de otros grupos étnicos
no quebequenses laborando en la zona agrícola de Saint-Rémi, estas no pernoctaban
en las comunidades, solo se trasladaban para trabajar por algunas horas durante el
verano y bajo contratos de palabra. Tal situación no generaba un mayor conflicto para
los habitantes de Saint-Rémi, al no representar una “invasión” en ningún sentido,
pues los jornaleros eran residentes y muy posiblemente algunos ya eran ciudadanos
canadienses, trabajaban solamente por periodos muy cortos y no vivían ahí. A diferencia
de esos jornaleros, los mexicanos, que empezaron a migrar “temporalmente” bajo el
PTAT desde los años ochenta, suelen permanecer por temporadas largas, hasta de ocho
meses o, si son contratados por el TFWP, hasta por dos años y, si a esto sumamos que
la demanda de jornaleros tiende a incrementarse año con año, su presencia se ha hecho
cada vez más evidente, lo cual ha implicado “hacer vida” en el lugar y, como consecuencia,
“ocupar” los espacios que por muchos años y generaciones habían sido utilizados únicamente
por los quebequenses. Los siguientes testimonios ilustran el malestar que algunos
de los pobladores sienten respecto a los jornaleros, lo que ha influido en el establecimiento
de vínculos.
No tenemos espacio en el IGA (cadena de supermercados), los quebequenses no salen
los jueves porque hay mucha gente por todas partes, los mexicanos son muy privilegiados
en los bancos, los servicios los abren más tarde. (Josiane).2
El jueves en Saint-Rémi, perdona la expresión, es un burdel. Vienen todos para encontrarse,
por lo que hay muchos. La gente dice, los jueves no vamos porque hay trabajadores
mexicanos, guatemaltecos, hay mucha gente. (Prudence).3
La visibilidad no es la misma, algunas personas decían ¡eh!, vi a un mexicano, ahora
los jueves hay muchos, uf, está lleno. No voy a hacer mis compras hoy porque está
lleno de mexicanos, está lleno de gente. No estoy seguro qué se dice, si está lleno
de gente o está lleno de extranjeros. (Normand).4
Una ocasión, vi que una señora se molestó porque había mucho latino, entró y se sintió
como… ¡ay!, por qué hay tanta gente, o no sé, y no ha regresado, era una cliente,
digamos frecuente, no dijo nada, solo que cuando ya estaba en la caja y había mucho
latino queriendo pagar, no sé si alguien por error la empujó o algo, vi que se molestó,
se salió y se fue. Ha sido la única persona, los demás son pacientes y esperan… pero
no sé si la gente sabe que los jueves vienen los latinos y ellos vienen otros días,
yo no quiero hablar de racismo, yo quiero hablar de que el lugar a lo mejor es pequeño,
y no a toda la gente le gusta estar en lugares donde hay tanta gente, no estamos hablando
de espacios grandes como los súper mercados. (Priscila).5
Otro de los elementos estructurantes de la representación es el origen étnico. En
este sentido, la investigación reflejó que los jornaleros agrícolas que llegan a Saint-Rémi
son percibidos como “fuereños”, “extranjeros”, debido a que no hablan francés, no
son blancos, no llevan los apellidos de los ancestros, no tienen las mismas costumbres,
es decir, no son quebequenses. Esto mismo también coincidió con los testimonios de
los inmigrantes latinoamericanos, de otras nacionalidades y de los propios quebequenses.
Los extranjeros para los quebequenses son todos. Hace 20 años si el dueño de una tienda
era extranjero nadie se paraba ahí. La mentalidad de los extranjeros es difícil de
aceptar, no se les acepta fácilmente. (Nestor).6
Yo escuché que no les agradan los asiáticos, que ellos deberían regresar a China,
que ellos no deberían vivir aquí. (Marius).7
Los quebequenses de Saint-Rémi, sobre todo en la zona rural, decían de los mexicanos
que eran ladrones de empleo con frases como: “yo pensé que nos venían a robar los
trabajos”, “ellos toman el trabajo de los quebequenses”, “nos sentimos invadidos”.
Esa construcción social que se tenía en la comunidad de Saint-Rémi fue modificándose
a través del tiempo, ya que se dieron cuenta de que para sostener la agricultura era
necesario la demanda de migrantes agrícolas. Los medianos y pequeños agricultores
se sumaron a este esquema de contratación debido a que vieron resultados positivos
en las grandes granjas de la región. De igual manera, la población en general reflexionó
acerca de que con la llegada de los jornaleros migrantes también se generaban utilidades.
Por lo que la representación como “ladrones de empleo” ha ido modificándose paulatina
mente. En el siguiente testimonio se puede ver un poco dicha tendencia.
Antes, la comunidad, puede ser que pensaran que se trataba de robo de trabajos, más
agresiva, ahora todo el mundo ama a los mexicanos, te los encuentras en la ciudad
y ves a la gente con una gran sonrisa, todo el mundo dice: -hola amigo. Todos los
mexicanos son amigos de todo el mundo, puede ser también de que la gente viaja más.
Antes de 1990, la gente no viajaba mucho, ahora van seguido a México o a Cuba. Yo
tengo mucha gente que viene aquí, yo quiero tener un curso de español porque cuando
yo voy allá no entiendo; como mis vecinos, aquí toman muchos cursos de español porque
adoran la lengua, amarán comunicarse con los mexicanos. (Jordane).8
Sin embargo, pese a dichos beneficios y a la bienvenida por parte de algunos de los
habitantes de la comunidad, la presencia de los mexicanos y, más recientemente de
los guatemaltecos y otros países, continúa representando un hecho negativo.
En suma, las situaciones expuestas anteriormente generan un conflicto debido a que
son violentadas las estructuras mentales al evidenciarse las diferencias culturales,
las jerarquías sociales y las diferencias raciales. Este tipo de (des)encuentros en
la vida cotidiana entre los jornaleros migrantes y los canadienses ya lo habían identificado
Cecil y Ebanks, quienes encontraron hostilidad e indiferencia hacia los trabajadores,
mientras que Colby, Basok y Smart, observaron racismo y discriminación (Preibisch 2007, 104).
La representación de trabajadores temporales: “son muy trabajadores, están aquí para
eso”
Es un hecho contundente que la presencia de los jornaleros agrícolas migrantes vino
a transformar radicalmente la agroindustria, no solo en Quebec sino en todo Canadá.
Su alta eficiencia en el desempeño de las actividades agrícolas incrementó la productividad
y sectorizó aún más la agricultura, delegando cada vez más este sector a los jornaleros
migrantes. Cada vez menos quebequenses están interesados en desempeñar trabajos agrícolas
como consecuencia de los bajos salarios y las dificultades y riesgos que conllevan
las distintas actividades y, a su vez, por la creación de empleos en otros sectores
con mejores sueldos. Por ejemplo, en el caso de los jóvenes, quienes solían trabajar
parcialmente en la agricultura, sobre todo durante la cosecha, tuvieron acceso a elevar
su nivel de estudios, lo cual les abrió mejores posibilidades laborales. Por otro
lado, la Unión de Productores Agrícolas (UPA, por sus siglas en francés) y la Fundación
de Empresas de Reclutamiento de Mano de obra Agrícola Extranjera (FERME, por sus siglas
en francés), han exhortado a los agricultores para que contraten jornaleros extranjeros,
y así fortalecer la agroindustria quebequense.
En Quebec, en el año 2000, se empleaban en 130 granjas a trabajadores agrícolas extranjeros,
10 años después el número se incrementó a 591 (FERME 2010). Estas cifras evidencian que los empleos ahí estaban y que alguien tenía que ocuparlos
si querían continuar cultivando frutas y verduras, entre otros tantos productos. Esta
situación va a estructurar la representación de los migrantes, en este sentido, ya
no se percibiría a los jornaleros como “ladrones de empleo” sino como “trabajadores
temporales”, pues su fuerza laboral era indispensable en la cadena productiva agrícola,
a tal grado de percibirlos no como los productores de las mercancías sino como las
mercancías mismas. En esta representación predomina la mirada netamente económica
y es la que impera en la actualidad. Desafortunadamente para los jornaleros está representación
reduccionista no permite ver otras aristas de lo que significa ser jornalero migrante
temporal lo que vulnerabiliza sus derechos como seres humanos (Depatie-Pelletier 2016).
Entre la representación del cliente buscado y el sentido humano: “son rentables, son
maravillosos”
La representación de los jornaleros agrícolas como “el cliente buscado” se hace más
evidente entre la población de origen latinoamericano, pues una de las causas de la
inmigración de varios de ellos a Saint-Rémi se debió, por un lado, a la posibilidad
de proporcionar los distintos servicios que los mexicanos demandaban y, por el otro,
a generar un negocio a partir de tal situación. Así, Saint-Rémi se vislumbró hace
aproximadamente dos décadas como una veta de mercado para los comerciantes y para
los que deseaban serlo. De igual manera, un grupo de quebequenses comparten esa misma
representación, fundamentalmente aquellos que habitan o laboran en el área urbana,
sitio donde se concentran sus negocios. La representación del “cliente buscado”, sobre
todo entre el grupo de los latinoamericanos, tiene elementos que le confieren otros
matices que la redireccionan hacia una representación donde los migrantes son vistos
como seres humanos ya que comparten rasgos identitarios que generan una empatía con
ellos mismos.
Comencé a trabajar en el campo, entonces ya después de eso me di cuenta que había
muchos mexicanos aquí y vine a dar una vuelta y había lugares de envío de dinero,
el que estaba primero era el señor Martínez, tenía mucha gente y como era él solo
el que hacia los envíos, abría cuando quería y así surgió la idea de hacer esta agencia
de envíos. Después me di cuenta que cuando trabajas los siete días y que siempre es
lo mismo, dije, vamos a organizar algo de deporte, de futbol para hacerles cambiar
las ideas, la rutina de la semana… Empezamos en el 2005 y los primeros cuatro años
todo salió de nuestra bolsa, invertimos mil dólares en uniformes, las camisetas se
las regalamos y no cobrábamos nada, solamente tenían que buscar los árbitros y esos
sí los tenían que pagar, pero nos iban subiendo las cosas, como la alquilada del terreno,
ya después dije, ya no puedo más, ahora sí voy a poner una tarifa no elevada. En el
2010 empecé a buscar patrocinadores: la farma Vinet, Petrocanada, IGA y Tigere Geant,
ellos me dieron en total como 200 dólares, pero en los trofeos yo pago 900 y en las
medallas 400, también los balones, todo el material de deporte del futbol. (Casimiro).9
El testimonio anterior es un claro ejemplo de cómo la comunidad latina ya asentada,
entiende más fácilmente las repercusiones que generan los procesos migratorios, al
igual que están conscientes de lo extenuante que son las jornadas laborales debido
a que están muy cerca de ellos y porque en algún momento los inmigrantes latinoamericanos
también laboraron en la agricultura. Entre otras cosas, todo esto influye para que
los representen como seres humanos, con un cúmulo de potencialidades por reconocer
y necesidades y derechos importantes de atender. Dicha representación es compartida
por otras personas del poblado de Saint-Rémi que han buscado crear una red de soporte
para los miles de migrantes que llegan año con año. Para tal efecto, se han creado
diferentes colectivos y eventos entre los que figuran los siguientes:
La Fraternidad Quebequense Latinoamericana, organización formada por voluntarios provenientes
sobre todo de familias de agricultores, surgió en 1988 y de inmediato buscó instaurar
una misa en español que se impartiera por lo menos tres veces al año y que se llevara
a cabo una celebración anual en el Oratorio de Montreal. En el 2010, la diócesis de
Vallefield y Longueuil contrató a una persona para que apoyara a los migrantes y así
surgió el concepto de “Somos Hermanos” que busca fundamentalmente hacer que los jornaleros
se distraigan en actividades recreativas.
Pese a la resistencia que enfrentaron hace algunos años los integrantes de la Alianza
de Trabajadores Agrícolas (ATA) por parte de ciertos agricultores de la zona, sus
miembros han continuado con la labor de respaldo a los jornaleros en la defensa de
sus derechos laborales y humanos. De igual manera, la Alianza organiza actividades
que les brinden momentos de esparcimiento y relajación durante su estancia en Quebec,
esto como una manera de contrarrestar las situaciones de aislamiento y reclusión a
las que se enfrentan los jornaleros.
Entre los eventos más concurridos que acontecen en Saint-Rémi destacan los torneos
de futbol y la Fiesta de las Culturas. En ambos participan tanto los migrantes como
los quebequenses y al segundo se suman individuos de varios lugares de Canadá. En
lo referente a los torneos, uno de ellos es organizado en el mes de agosto por el
consulado mexicano. Los participantes pagan sus árbitros, en promedio 200 dólares
por partido y al final el consulado regala los trofeos. Otro de los torneos se lleva
a cabo en agosto o septiembre durante el domingo de la Fiesta de las Culturas y es
organizado por la Fraternidad Quebequense Latinoamericana. El tercer encuentro es
la Copa Canamex, coordinada por el personal de una de las casas de envío de remesas
más grande del área dirigida por inmigrantes provenientes de Panamá y México.
Finalmente, destaca la Fiesta de Culturas que se realizó por primera vez en el 2007
bajo iniciativa de la municipalidad, con el apoyo de FERME, la UPA y los consulados.
La fiesta, desde lo que se pudo observar durante la investigación, tiene dos objetivos
principales, conformar un negocio para la municipalidad cada vez más redituable, lo
cual se ha logrado año con año al incrementar los costos de la renta de los puestos
y construir una imagen de Saint-Rémi, como un sitio de apertura cultural, en donde
la cultura latinoamericana sirve como un elemento publicitario para atraer turistas.
“La Fiesta de Culturas se inspira en la presencia de los trabajadores agrícolas extranjeros
en nuestra bella región para agregar un sabor exótico a nuestro evento”.10
El control y la vigilancia como respuesta a las representaciones
Como se ha visto, las representaciones tienen la función, entre otras cosas, de dar
un sentido al comportamiento y juegan un papel fundamental en la construcción de las
relaciones. En el caso de las representaciones negativas hacia los jornaleros, surgen
mecanismos para ejercer su control y vigilancia, como una justificación a dichas representaciones.
Los siguientes testimonios ejemplifican tales situaciones de (des)encuentro en esta
comunidad receptora de migrantes y las dificultades que tienen que enfrentar los jornaleros.
Oigo comentarios, que la comida de los mexicanos cuando la calientan en el microondas
tiene un olor muy fuerte, que les desagrada a los canadienses. Hay veces que desearían
que comieran en otra cafetería y esto no puede ser, no tienen por qué, la comida es
la comida, cada país tiene usos y costumbres, Ahora ya utilizan la misma cafetería,
los mismos baños y todo esto, pero hubo un tiempo que estaba esto muy duro. Las empresas
que hay aquí en Saint-Rémi, donde hay 100, 150 trabajadores, ahí ya es otra cosa,
esos ya son otro tipo de empresas, no creas que ellos traen a los trabajadores de
muy buena gana y es allí que muchas veces los empleadores se sienten responsables
de todo lo que hace su trabajador, porque si ven al trabajador de tal persona orinando
en la esquina, la población de aquí sólo dice: ¡ah!, es el trabajador de tal, entonces
por eso el productor mejor les dice: no sales porque te vas a poner borracho, vas
a hacer esto, vas a hacer lo otro, y después la gente solo dice: es el trabajador
de aquel, entonces ahí es el productor que se siente afectado y se siente que prefiere
mejor decirles no, no salen y ya, y se quedan ahí metidos. Así él está en paz de que
sabe que no va a pasar nada. En estos pueblos toda la gente se conoce y eso hace guardar
las apariencias, es un sector conservador. (Alain).11
El patrón nos da permiso de tomarnos una cerveza. No todos los patrones son así, por
decir, con Mayeric, si tú estabas tomándote una cerveza aquí en la mesa, el patrón
abría la puerta, te recogía todo, te regañaba y te decía: ¿por qué estas tomando si
estas en mi casa?, esto no es tuyo, además yo te estoy dando trabajo para que mandes
dinero a México a tu familia. (Artemio).12
El capataz no quería que habláramos nada, no nos deja hablar, mudos todo el día, bueno,
a la mejor sí está mal que uno hable mucho, pero hay veces que por cualquier cosa
te callan, si le preguntas a alguien alguna cosa te calla, que no hables nada, no
entiendo, no sé si a lo mejor esa sea la regla o yo estoy mal. No nos dejan hablar
nada y eso te hace sentir mal, tú andas preguntando una cosa (del trabajo) y por eso
te calla. Todo el día tienes que andar callado como si no hablaras, imagínate las
ocho, diez, once horas que te meten todo el día”. Convivir en seis años, así como
estoy conviviendo contigo, no, en parte como que no le tomo importancia, porque digo,
yo vengo a mi trabajo y mi trabajo es mi trabajo, pero a la mejor si hay necesidad
de amistad, está muy bien convivir, así como estoy contigo, es bonito, como amigos…
hace la unión. (Pascual).13
El sistema de control suele permear la vida de los migrantes tanto dentro como fuera
del trabajo y existen varias maneras de implementarlo, entre estas destacan las siguientes:
hospedándolos en los mismos lugares de trabajo, instalando cámaras en los lugares
de trabajo y en áreas comunes, imponiendo reglamentos para normar su vida social,
contratando capataces latinos que conozcan su cultura, restringiéndoles la posibilidad
de relacionarse con otros canadienses, recogiéndoles la documentación para tenerlos
cautivos, no brindándoles la posibilidad de contar con transporte propio y condicionando
sus salidas a cambio de su recontratación, entre otras.
Este sistema de control es la esencia misma de la estructura del PTAT, lo permea en
varios momentos, por ejemplo, no se les permite a los jornaleros llevarse a sus familias,
cambiarse de empleador, elegir el sitio y temporalidad de trabajo, se les niega la
posibilidad de inmigrar, etc. Lo anterior son solo algunos ejemplos del contexto disciplinar
en el que se encuentran los jornaleros agrícolas cuyo principal objetivo es generar
una relación de “docilidad-utilidad”, “la cual incrementa las fuerzas del cuerpo (en
términos económicos de utilidad) y disminuye esas mismas fuerzas (en términos políticos
de obediencia)” (Foucault 2012, 141-142).
La representación de los migrantes agrícolas respecto a los habitantes de Saint-Rémi
¿Adónde voy a ir a caer?
Los migrantes que han participado en el PTAT han construido diferentes representaciones
respecto a Canadá, entre algunas de estas se pudieron identificar aquellas que se
relacionan con el gobierno, la población y el ámbito laboral, entre otras. En las
construcciones de estas representaciones evocan como referentes comparativos a sus
países y comunidades de origen. En esta parte del artículo se exponen aquellas relacionadas
con su población, dividiéndola, de acuerdo con la clasificación que hicieron los jornaleros,
en la representación que tienen de los quebequenses y por otro lado, de aquellos que
inmigraron de países latinoamericanos y que ya radican en Saint-Rémi.
Las representaciones que tienen los jornaleros de los habitantes de Saint- Rémi se
circunscriben fundamentalmente a los espacios de trabajo y de comercio. En este sentido,
para los jornaleros, los quebequenses “tienen la fama” de ser muy difíciles en el
ámbito laboral, sobre todo aquellos patrones que tienen grandes extensiones de cultivo
pues, de acuerdo con sus testimonios explotan mucho a los migrantes. Algunos de ellos
llegan con cierto tipo de temores porque de antemano saben que la actividad laboral
es mucho más pesada que en otras provincias y que el trato es más estricto y en ocasiones
lo catalogan como racista.
A dónde voy a ir a caer, ¿dónde y cómo? ¿Será cierto que ahí? Pero eran los grandes
farmeros que me anunciaban que era lo peor, hablaban los mismos trabajadores que ya
habían estado en esta zona, de que los peores “farmeros” eran los que tenían 100,
200, 300 mexicanos. (Armando).14
Respecto a la representación de los quebequenses que habitan en Saint-Rémi como personas
racistas, esta pudo identificarse solamente hasta el final de la investigación ya
que durante las entrevistas realizadas a los jornaleros en Saint- Rémi, al momento
de preguntarles cuestiones vinculadas con prácticas de discriminación, segregación
y racismo, se evidenciaron respuestas que, o bien no daban indicios de lo cuestionado
o evadían las preguntas. Se identificó que era algo de lo que no querían hablar, por
lo menos no en ese contexto. Ante esta situación se decidió que, en dichas temáticas,
bajo estos contextos de vigilancia y soledad, no se profundizarían hasta no visitarlos
en sus comunidades de origen, donde los jornaleros se sintieran en completa confianza
y seguridad y sin ningún temor a ser escuchados por sus patrones, capataces o bien,
por cualquiera de sus compañeros. De igual manera, para su identificación y análisis,
se hicieron observaciones detalladas en el campo, se entrevistaron a los mismos quebequenses
e inmigrantes latinoamericanos, y, por supuesto, también a los migrantes agrícolas
en sus comunidades de origen apuntando sobre dichos temas.
En los siguientes testimonios los migrantes describen las situaciones a las que se
han enfrentado y que las relacionan con manifestaciones discriminatorias y actitudes
racistas.
Aquí hay mucho racismo en el pueblo, entre las mujeres y los hombres quebecuas. Yo
lo he vivido fuera de la farma, en el mercado, en las tiendas, no hablamos el idioma,
necesitamos ayuda de alguien que hable el idioma y no nos ayudan, porque nos ignoran,
nos hacen el feo, nos hacen el que no valemos nada, pero ya hay algunos que hablan
el idioma y nos apoyamos de ellos, mexicanos o quebecuas, que nos conocen. (Alexander).15
Cuando yo llego a la esquina, me paré, pero me hace así con la mano, que pase, y a
la hora que me paso, iba a la mitad de la avenida, cuando oigo el ruido del motor
que aceleró y yo también, me pasé lo más veloz que pude, a eso le llamo racismo porque
hay veces que por tu estatura, por cómo te ven, por ejemplo, esta persona que me da
el paso y después me avienta la camioneta, qué quiere decir, que no nos quiere ver
aquí, eso es, porque somos mexicanos o guatemaltecos. (Armando).
En las carreteras es donde nos cuidábamos porque cuando anda uno en bicicleta, a uno
dicen que le abrieron la portezuela del carro para tratarlo de atropellar y a otros
dicen que les aventaban monedas ¡Ay caray! A mí solamente me pasó una vez. (Cutberto).16
Una vez estaba echándole aire a mi bicicleta en una gasolinera y me pegué poquito,
a un carro, casi le rozaba, pero no le rozó y el hombre quebeco me agarró la bici
y me dijo: ¡hey! quien sabe qué, la aventó poquito, no creas que tampoco mucho…, fue
la única agresión que he tenido por un quebeco. (Pascual).
En las tiendas donde compramos la despensa, hay señoritas, las cajeras, que son… ¿Cómo
le diré? Son racistas, porque tú les pagas y te dan el cambio, la feria, casi te lo
avientan, no todas, hay dos o tres que no lo hacen, hay unas que sí te tratan como
persona, no te dan el cambio de malas y te dicen gracias, que le vaya bien. Yo los
catalogo que son racistas, porque digo, el dinero que nosotros dejamos aquí vale lo
mismo que el de cualquier quebecua canadiense que llegue a pagar. En el banco, donde
vamos a cambiar los cheques, ¿Por qué ellos no se forman? Ellos llegan directamente,
los canadienses llegan y se pasan con la cajera, dos o tres cajeras son las que están
atendiéndolos y nosotros los mexicanos tenemos que hacer una filota, rara vez ponen
dos cajeras de ventanilla y nosotros tenemos el tiempo limitado, porque llegamos aquí
y el patrón nos dice, salimos a las seis de la tarde de la farma y a las ocho se regresa.
(Luis Martín).17
Llegas a un bar, a un billar, te sientas y ¿este qué?, ¿qué hace aquí?, ¿quién lo
invito o qué?, viéndote y este bicho, este marciano. Aunque tengas tu dinero. De hecho,
tú ya eres marginalizado en tu país, tú lo sientes y aquí sientes como lo mismo. (Carlos).18
Entra uno a un restaurante y a veces, cuando solo llegan latinos, los de aquí, ya
salen, se apartan, se van para otro lado, no se sienten a gusto. Cuando uno llega
a sentarse cerca, pues yo los he visto, se levantan y se van para más allá. (Grupal).
Un día estábamos ahí en Quebec, en un centro comercial, y pasan dos quebecuas y dicen:
-“Oh shit people mexicans”, entonces dije: ¡oh, yo soy mexicano!, your mother fucker,
y dijo, -sorry my friend. Otra vez estaba en el tabaco y un día llegó bien enojado
el patrón con un compañero que no sabía cortar -¡oh shit people mexican!, le digo:
-no te dejes, -¿qué me dijo? ¡Que eres una mierda!, -¿eso dijo el patrón?, -SÍ. Yo
por eso me rebelo, sé que tengo mis derechos y mis obligaciones. (Jasiel).19
Como se pudo observar en los testimonios anteriores, las situaciones donde los jornaleros
enfrentan situaciones de discriminación y racismo suelen darse en distintos espacios
y momentos. Durante la estancia de investigación en la comunidad se pudo observar
que estas actitudes permean la vida cotidiana de los jornaleros mientras permanecen
en Canadá. En ocasiones son prácticas difíciles de observar, pues la población sabe
que es algo que no es políticamente correcto y que en determinado momento pueden ser
llevados a la corte por haberlas cometido, sin embargo, es una situación que está
latente. Algunos de los jornaleros pasan estas situaciones por alto, pero a otros
sí les afecta al grado de que después de sus jornadas laborales prefieren quedarse
la mayor parte del tiempo en su casa y salir solo a surtirse de víveres y a enviar
remesas. Esto en ocasiones puede generarles depresión por el aislamiento continuo
en que viven.
Los latinoamericanos en Saint-Rémi: una representación hacia la solidaridad
Los latinoamericanos que laboran y/o viven en la comunidad de Saint-Rémi han jugado
un papel muy importante en la vida de los jornaleros migrantes que llegan año con
año para trabajar en la agroindustria de la región. Los jornaleros han construido
una representación positiva de este grupo de personas. En las entrevistas fueron varias
las manifestaciones de agradecimiento hacia los latinoamericanos pues son muchos los
apoyos que les han brindado, entre estos figuran los siguientes: gracias a ellos se
venden productos mexicanos o latinoamericanos en la comunidad y los jornaleros pueden
utilizar ingredientes para cocinar sus alimentos conservando, de alguna manera parte
de sus tradiciones. “Realmente nos estamos muy agradecidos con él porque él nos ayudó,
nos apoyó y todo. Nos ofreció su ayuda… Él iba a dejar tortillas o a dejar productos
latinos que nos hacia el favor de comprarnos y llevarnos porque no podíamos salir”
(Anibal).20
[…] bueno de ahí yo tengo un amigo, ahí radica y este muy buena gente eh, me lleva
a su casa, comemos, me invita un refresco, pus estamos bien, la señora (quien es quebequense)
está muy contenta porque dice que él lleva siete años en Canadá viviendo y que nunca
había hecho roce con los mexicanos, sí y dice: yo no sé, le cayó usted muy bien a
mi esposo (quien es mexicano) porque yo desde que lo conozco jamás había metido una
persona a mi casa y si mi esposo se siente contento pues yo me siento bien contenta
porque es su amigo. (Artemio).
Otro de los elementos que encuentran positivos es la oferta de servicios, por ejemplo,
el que tengan la posibilidad de enviar dinero a través de sus establecimientos les
simplifica mucho las cosas, pues en ocasiones los jornaleros no pueden depositar en
los horarios establecidos y ellos tienen la disposición de ayudarlos para que envíen
su dinero al ir a sus granjas para hacer los envíos. De igual manera, los jornaleros
que no hablan francés valoran mucho de la comunidad latina, y en general de las personas
que los ayudan en las traducciones, su disponibilidad para apoyarlos cuando ellos
lo requieren, como es el caso de la traducción en los servicios médicos. “…bueno…
o tenemos la fortuna de ser un poco sociables y este sí, sí nos han brindado ese tipo
de apoyo, lo mejor de los que son de Costa Rica, Colombia también hemos tenido la
fortuna, la fortuna de conocer gentes de, de diferentes países, más o menos.” (Felipe).21
En general, la comunidad latina que vive en la comunidad establece contacto con ellos
al grado de que algunos de los jornaleros los consideran sus amigos y, en cualquier
tipo de estrés o depresión que vivan, como consecuencia de los problemas en el trabajo
o situaciones familiares, suelen acercarse a ellos.
Todas estas acciones de apoyo y solidaridad se han convertido en elementos centrales
en la construcción de la representación que tienen los jornaleros respecto a los latinos
que viven y/o laboran en Saint-Rémi. Es importante destacar que los pocos latinoamericanos
que han inmigrado a la comunidad de Saint-Rémi son una clave nodal para el soporte
de los jornaleros. Gracias a toda esta red que se ha construido, sobre todo en las
últimas décadas, los jornaleros se sienten menos abandonados y excluidos de la comunidad.
La gran posibilidad que tienen de expresarse en español con ellos les da la posibilidad
de saber que no están solos y que por lo menos tienen personas que en determinado
momento entienden su situación, tienen mayor empatía con ellos y pueden ser apoyados
en cualquier situación de emergencia.
Desde la observación realizada en la comunidad, se puede hipotetizar que paulatinamente
el grupo de latinoamericanos ira consolidándose como grupo y que este puede llegar
a convertirse en una red importante que impulse campañas en pro del respeto hacia
los trabajadores y en la búsqueda de mejores condiciones de vida para ellos.
En la actualidad los latinoamericanos todavía no logran consolidarse como un grupo
unido, pues ellos mismos están buscando posicionarse económica y socialmente en la
comunidad, se presupone que con el paso del tiempo, las acciones que llevan a cabo
algunos de ellos a nivel comunitario y los posibles cambios en las políticas migratorias
con el reciente arribo del partido liberal al gobierno canadiense, servirán como factores
que impulsen redes más sólidas y con mayores capacidades de transformar las situaciones
de vida y de trabajo precarias que enfrentan los jornaleros agrícolas en la comunidad
de Saint-Rémi y en muchas otras.
Algunas ideas a manera de conclusión
A lo largo del artículo se expusieron las diferentes representaciones sociales que
se han creado a partir de la llegada de jornaleros agrícolas migrantes a la comunidad
de Saint-Rémi, como una respuesta, por parte de las asociaciones de granjeros y el
gobierno canadiense, de enfrentar la crisis de falta de mano de obra en este sector.
A través de los testimonios que aquí se han presentado se puede inferir cómo las representaciones,
como bien dice la teoría, remodelan y reconstituyen los elementos del medio en el
que el comportamiento tiene lugar, con la finalidad de dar un sentido a este e incorporarlo
a una red de relaciones que vinculan, en este caso, con los jornaleros y habitantes
de la comunidad de Saint- Rémi, lo que funciona como una preparación para emprender
acciones y a su vez, justificarlas.
Algunas de las representaciones expuestas se han transformado con el transcurrir del
tiempo y han dado lugar a otras, sobre todo aquellas vinculadas con la representación
de los jornaleros como “ladrones de empleo”. Estas representaciones, junto con aquellas
que posicionan a los jornaleros como “extranjeros” e “invasores” han repercutido en
la incorporación de los jornaleros a las comunidades de llegada, de hecho, al tratarse
de representaciones con un sentido negativo, han puesto en riesgo su seguridad al
vulnerabilizarlos tanto en los espacios de trabajo como en aquellos lugares públicos
y privados donde tendrían el derecho al esparcimiento. De igual manera, se exponen
algunos testimonios que ejemplifican los sistemas de control y vigilancia creados
para dar respuesta a las representaciones negativas que se tienen respecto a los jornaleros.
También se exponen las representaciones que ubican a los jornaleros como seres humanos
con potencialidades y necesidades de atención y con quienes hay que solidarizarse.
Finalmente, en lo referente a las representaciones que tienen los jornaleros, se pueden
ver claramente dos posturas, la primera es una representación de alguna manera negativa
hacia los quebequenses que han mostrado actitudes de abuso y agresión hacia los jornaleros,
tanto en los espacios laborales como en los lugares públicos o privados. Es una representación
que la asocian con prácticas discriminatorias y racistas. Por otro lado, los migrantes
hablan de la “buena gente” que hay en la comunidad, aquellos que los apoyan cuando
necesitan algo, que son solidarios con ellos. Este grupo lo identifican como aquellos
que hablan español ya sean de origen latinoamericano o de la misma provincia de Quebec.
La noción de las representaciones sociales en este artículo fue fundamental para dilucidar
cómo se estructuran las relaciones entre los migrantes agrícolas y los habitantes
de la comunidad quebequense de Saint-Rémi. Es fundamental continuar con investigaciones
que sigan esta línea, pues es una manera de comprender las problemáticas que las y
los jornaleros agrícolas migrantes enfrentan en las comunidades de acogida y así poder
diseñar propuestas de solución.