Introducción
Las tecnoLogías reproductivas multiplican las posibilidades para conformar diferentes
modelos de familias. Para establecer los vínculos de parentesco, los componentes biogenéticos
continúan predominando independientemente de la orientación sexual de las personas
o la conformación del modelo familiar (heteroparental, monoparental, homoparental).
A pesar del elemento volitivo, la genética (Straw 2018) sigue siendo importante para construir lazos de parentesco, pertenencias e identidades.
La encuesta de 2019, de la International Federation of Fertility Societies (IFFS)1 (Allan, Ballaban, Banker et al. 2019) reafirma lo ya registrado en el 2018 en cuanto a señalar los aspectos más controvertidos
de las prácticas de las técnicas de reproducción humana asistida (TRHA). La gestación
por sustitución (practicada por un tercio de los países miembro de la IFSS), la reproducción
póstuma,2 la reducción fetal selectiva, la elección de sexo (por razones culturales y económicas)
siguen siendo temas polémicos. Alrededor del 50% al 60% de los países encuestados
informan que utilizan la donación de gametos y embriones, lo cual supone una actividad
importante en el mapa mundial reproductivo. Para este artículo nos interesa abordar
la donación de semen.3
La comercialización de semen fue más temprana que la de ovocitos. La facilidad de
obtención y la posibilidad de utilización de las muestras tras la crioconservación
han permitido una intensa comercialización bajo las condiciones de los bancos y las
clínicas (Ameling 2011; Pennings 2016; Rivas y Álvarez Plaza 2020). El material genético de los gametos está rodeado de polémica en relación con la
retribución (compensación económica) vs el altruismo, las motivaciones de los donantes, la selección y elección fenotípica
y el anonimato frente a la revelación de los orígenes, entre otras cuestiones.
El aumento de la utilización de semen de donante en los tratamientos de RHA se debe
a varios factores: el incremento de grupos que tradicionalmente no accedían a las
clínicas, como mujeres solas, parejas de mujeres, parejas de dos hombres, así como
parejas de distinto sexo cuando el varón presenta esterilidad. La infertilidad4 afecta al 20% de las parejas del mundo. El 40% de los casos se relaciona con el factor
masculino5 (Perheentupa 2019; Vidal 2001). El primer paso en la determinación de la infertilidad o la esterilidad masculina
es el análisis del semen. La morfología, concentración y motilidad de los espermatozoides
son características importantes evaluadas en el seminograma. Pero hay dos inconvenientes;
en primer lugar, se cuestiona si el recuento espermático es una prueba determinante6 para diagnosticar la esterilidad masculina (Patel, Leong y Ramasamy 2018). En segundo lugar, la mayoría de los laboratorios realizan las pruebas visualmente
y esto requiere tiempo y está sujeto a la variabilidad del observador durante la evaluación
(Yüzkat, Ilhan y Aydin 2021), lo cual conlleva que dos laboratorios puedan no coincidir en el recuento espermático.
Pero el seminograma y el recuento de espermatozoides continúa aportando un valor predictivo
importante para considerar la fertilidad masculina, de ahí que los donantes de semen
sean considerados (y se mercantilicen) como hombres con semen de alta calidad y con
seminogramas excepcionales.
Las técnicas de reproducción humana asistida (TRHA) y la genética7 están siendo muy relevantes en las economías, en la política y en la construcción
de las subjetividades para las sociedades occidentales durante el siglo veintiuno.
Las bioeconomías (Goven y Pavone 2015; Birch y Tyfield 2013) han hecho surgir biobjetos (Vermeulen, Tamminen y Webster 2012) o partes disociadas del cuerpo. Hasta hace pocas décadas, el cuerpo era considerado
en occidente el soporte de la persona y por tanto tenía consideración jurídica. No
así sus partes; solo la sangre y los órganos, con el auge de los trasplantes, fueron
contemplados en el derecho occidental (Bergel 2017, 157). Casado se cuestiona la aceptación de la comercialización del cuerpo humano: “¿cómo
es posible que se sigan declarando válidos los principios de justicia global y respeto
a los derechos humanos reconocidos y, no obstante, cada vez en mayor medida, se acepte
la comercialización del cuerpo humano, de sus partes y de sus componentes?” (Casado 2017, 9).
Las nuevas tecnologías médicas reproducen imágenes de células humanas como entes “reales”
(Lie 2012)8 separándolas del cuerpo como si tuviesen vida propia, desmontables y utilizables
para formar nuevos cuerpos. Rose (2007) habla de un proceso de molecularización que conduce a que las partes disociadas del
cuerpo pueden ser subcontratadas, gestionadas por otros y alejadas del propio cuerpo
en un proceso continuo de entificación, es decir, células como entes reales, dotadas de vida propia, incluso fuera del cuerpo
al que pertenecen (Larsen 2010 156). A los gametos se les concede una existencia objetiva como si, por sí solos, tuviesen
capacidades reproductivas. La antropóloga Emily Martin sugiere que la medicina reproductiva
pone al gameto como la personificación de la vida, con funciones y capacidades propias,
mientras que el cuerpo humano se describe cada vez más como un entorno para la vida
y el crecimiento de los gametos (Martin 2001). El gameto se convierte en un objeto de intercambio mercantil. Son estos biobjetos
los que manipula y transfiere la medicina reproductiva, fragmentos corporales que,
fuera del cuerpo y por sí solos, carecen de capacidad reproductora, pero están disponibles
(biodisponibilidad) para que el laboratorio pueda reutilizarlos poniendo en marcha
sus potenciales fecundantes (Martin 2001).
Las muestras de semen separadas del cuerpo, mediante el atributo de entificación9 (Larsen 2010), se ofrecen como poseedoras de determinadas características heredables: raza, altura,
peso, color de pelo, color de ojos, cociente intelectual, destrezas y habilidades,
hábitos de vida, aficiones, etc. La identificación, para preservar el anonimato, se
llevaba a cabo con la asignación de un número a esas “muestras”. Esta estrategia de
descontextualizar (y deshumanizar) los gametos se pueden convertir en un inconveniente.
Dado que la reproducción puede ser un asunto emocional, resulta poco satisfactoria
la elección de un donante mediante un número. Los bancos deben hacer circular el material
genético en el mercado corporizándolo (Lie 2012), al dotarlo de “imagen corporal” se le humaniza.
El proceso de humanizar las muestras de semen se lleva a cabo mediante varias estrategias:
poner un nombre (anónimo), fotos de la infancia del donante, antecedentes familiares
(quiénes y como son sus antepasados) y personales (estudios, profesión, habilidades),
audios de voz y manuscritos con mensajes. Es una forma convincente de comercializar
el semen: se le humaniza (Freeman, Jadva, Tranfield et al. 2016) y se le “despoja” del barniz mercantil.
Las estrategias funcionan por: constituir un buen escaparate; permitir comprobar que
el donante se ajusta físicamente a través de los parecidos (Freeman, Jadva, Kramer et al. 2009) y se pueda integrar mejor a la familia; constituir un buen material para explicar
a los hijos su origen genético, en el caso de que los padres deseen informar acerca
de cómo fueron concebidos;10 y para el propio hijo poder conocer determinados aspectos del donante. Lo cual nos
lleva al tema del anonimato.
El levantamiento del anonimato11 provoca situaciones de enfrentamiento entre los derechos del niño y la niña y los
derechos del donante (Igareda 2014; Jociles 2016; Alkorta y Farnós 2017; Cazorla 2021) lo que para algunos podría conducir a una disminución de donantes y a un mercado
negro12 (Dai 2012). La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño,13 celebrada en 1989, estableció el derecho de los niños a conocer sus orígenes genéticos14 así como datos relevantes sobre la identidad de los padres genéticos (Jociles 2016; Harper, Kennett y Reisel 2016; Allan y Adam 2016). Al levantar el anonimato, el siguiente paso es conocer datos relacionados con el
donante, incluida su identidad (Ravelingien, Provoost y Pennings 2015; Álvarez Plaza y Pichardo 2018; Rivas, Álvarez Plaza y Jociles 2018). Pero este conocimiento parece insuficiente, la mayoría de los engendrados quiere
un contacto (Ravelingien, Provoost y Pennings 2015). Un contacto que no implica, necesariamente, relaciones de parentesco (Mohr 2015). Para satisfacer esta necesidad algunos bancos han desarrollado la política del
“donante abierto”, en la cual los donantes acuerdan al menos un contacto, con cualquier
niño nacido de su semen, previa solicitud de este a partir de los 18 años (European Sperm Bank 2015). El hecho de que muchos bancos ofrezcan una forma de contacto con el o la donante
muestra que muchos clientes quieren que su hijo o hija pueda tener esa opción.
Las personas nacidas mediante donación de gametos llevan algunas décadas mostrando
su interés, no solo por conocer sus orígenes genéticos y a los donantes, también desean
conocer y contactar con sus “medio hermanos” genéticos (Freeman, Jadva, Kramer et al. 2009).15 El Donor Sibling Registry16 se creó en el año 2000 por una madre y su hijo con el fin de satisfacer la curiosidad
de muchos descendientes por conocer sus orígenes genéticos y poder encontrar y contactar
tanto con los donantes como con otros “hijos nacidos” del mismo donante. En España
ya están surgiendo apariciones en los medios de comunicación de hombres y mujeres
adultos nacidos mediante las TRHA-D que buscan el reconocimiento del derecho a conocer
sus orígenes.17
Este derecho contrasta con el que ampara al donante a preservar su anonimato y mantener
su privacidad. Pero también hay otras personas implicadas y la identidad abierta provoca
otros desafíos emocionales y relacionales. El hecho de que los hijos adultos deseen
información identificativa sobre el donante de semen puede desafiar el papel del padre
social. Cuando el hijo adulto obtiene información sobre la identidad del donante puede
tener consecuencias inesperadas en la familia. Por un lado, por las negociaciones
sobre el significado de la paternidad social y genética, por la posible posición vulnerable
del padre, por poder tomar la decisión de la expansión familiar incluyendo al donante,
por poner en una posición vulnerable al padre “social” (por el significado de la esterilidad
y por la construcción genética de la paternidad). La posición del donante también
requiere una redefinición en términos de identidad y de interacción con parientes
descubiertos con los que si bien se tienen vínculos genéticos son unos completos extraños.
Para todos puede haber falsas expectativas e incluso que el donante no tenga interés
en el contacto, por lo que el hijo/a pueda sentirse defraudado/a (Widbom, Isaksson, Sydsjö et al. 2021). Hay un conocimiento limitado sobre cómo los padres experimentan y manejan la situación
cuando sus hijos buscan al donante de semen e incluso establecen contacto con él (Widbom, Isaksson, Sydsjö et al. 2021). Théry (2009) va un paso más allá al indicar que el contacto con los y las donantes puede conllevar
consecuencias desconocidas para el equilibrio familiar.
Pero hay más implicaciones. Varios trabajos apuntan hasta miembros de la familia extensa
de los donantes, en concreto los padres. “Abuelos” que pueden sentirse vinculados
con los descendientes genéticos de sus hijos. Beeson, Jennings y Kramer (2013) analizan esta cuestión a través de encuestas a padres y madres de donantes con nietos
propios y nietos concebidos mediante donación de gametos. El componente genético puede
ser considerado muy en serio por los abuelos, más incluso que los donantes que en
su día donaron gametos. En el consentimiento informado debería constar que los donantes
están plenamente informados de las ramificaciones y consecuencias de su donación de
semen.
En la situación de levantamiento del anonimato y la posterior curiosidad por conocer
y contactar con el donante, se haría necesario que bancos de semen, agencias de óvulos
y clínicas asesorasen a los donantes y a los receptores (Kramer y Cahn 2013; Buckley 2015). El asesoramiento se basaría en investigaciones recientes sobre descendientes, padres
y donantes que cubriría desde cuestiones legales, médicas y éticas en donantes receptores
y descendencia hasta la posibilidad de futuros contactos.18 Asimismo, los donantes deben conocer cuántos niños podrían resultar de sus donaciones19 y deben comprender que sus hijos (propios) pueden tener “hermanos” genéticos.
Ante la importancia que se concede en occidente a los orígenes genéticos; ante las
dificultades de seguir asegurando el anonimato, tanto por el fácil acceso a pruebas
genéticas como por la existencia de páginas web que facilitan el contacto (Sawyer,
Blyth, Kramer et al. 2013);20 ante el interés de los receptores por conocer las motivaciones de los hombres para
donar su semen; y ante la necesidad de los padres de un relato para revelar los orígenes
a sus hijos, ¿cómo deben afrontar los padres y madres la elección del donante de semen
en una web de un banco?, ¿qué priorizan?, ¿donante anónimo, no anónimo, el donante abierto con
opción a contacto con los bebés nacidos?, ¿qué información les interesa recopilar
sobre el donante para poder construir un relato de revelación de los orígenes? En
cuanto a los bancos de semen, para poder compaginar la confidencialidad de los datos
de los donantes con el proceso de mostrar que detrás de las muestras hay un hombre
“real”, ¿cómo elaborar los perfiles para que los donantes sean elegidos de acuerdo
con los intereses de las familias?, ¿qué indicaciones dan a los donantes y cuál es
el contenido de los manuscritos para ser leídos por las familias y por los niños nacidos?
De todas las estrategias de personalización de las webs de los bancos de semen para comercializar las muestras, en este artículo nos centraremos
en los mensajes manuscritos de los donantes en la web de un banco de semen danés.
No hemos encontrado ninguna investigación que analice los contenidos de estos mensajes.
A pesar de que los contenidos y el diseño puedan estar dirigidos por los bancos, consideramos
que, al ser descripciones personales, constituyen: un buen escaparate que puede ayudar
a las familias a elegirlos; expresan las motivaciones para donar semen; son un material
de apoyo para los padres a la hora de revelar los orígenes y brindan a los hijos e
hijas la oportunidad, si lo desean, de conocer detalles sobre el donante o bien de
llevar a cabo un contacto.
Hipótesis y objetivos
Partimos de la hipótesis de que la genética proporciona una buena base para la teoría
de parentesco occidental basada en la consanguinidad. Los gametos aparecen como portadores
de vínculos y herencia, representando tanto la naturaleza, en el sentido de transmisión
de vínculos biogenéticos heredables, como la cultura, en el sentido de transmitir
habilidades y capacidades (Carsten 2004; Strathern 1992; Thompson 2005). La genética como icono cultural (Rothman 1998) representa identidad, pertenencia y patrimonio, de ahí la importancia de elegir
al donante con un genotipo determinado que pueda ser transmitido al hijo.
La RHA-D muestra los gametos como desmontables y utilizables al separarlos del cuerpo
al que pertenecen, con ello ganan autonomía e identidad (Larsen 2010) y una existencia objetiva (Lie 2012) que no depende del cuerpo. Constituyen materia que puede modificarse, desecharse
y utilizarse por bancos y clínicas (Rabinow 1996; Franklin y Lock 2003; Rose 2007). Los derechos de este material genético y su comercialización quedan bajo las normas
de las clínicas y los bancos de gametos (Igareda 2018; Rivas y Álvarez Plaza 2020). Por otro lado, la reproducción es un asunto muy personal y la comercialización
del semen requiere “mostrarlo” no solo como una expresión del contenido genotípico
que contiene, sino como perteneciente a un hombre “real”. Los donantes deben recuperar
su condición humana, deben ser mostrados y descritos como hombres, deben recuperar
la expresión fenotípica (los cuerpos) que contienen esos gametos, para ser elegibles.
Con esta base, los mensajes manuscritos de los donantes de semen en la web de un banco señalan características que son importantes para personalizar al donante
de semen y humanizar el “producto” y, además, son percibidas por los y las receptores/
as como heredables por su hijo, lo que permite elegir al donante más adecuado.
Los objetivos que nos hemos planteado son: conocer los contenidos de los mensajes
que dejan en sus perfiles los donantes de semen en la web de un banco, a quiénes van dirigidos y el significado y finalidad de dichos mensajes.
Metodología
Se realizó una etnografía virtual21 en la web oficial de un banco de semen danés, durante el año 2019. En ese momento estaban registrados
1,010 donantes;22 de estos, el 60% (605) tenía en su perfil mensajes manuscritos visibles para los
usuarios que acceden a la web.23
Para el análisis de los 605 mensajes, se llevó a cabo una codificación inductiva de
los datos basada en el significado semántico; cada código representa una idea singular
relevante para el objetivo de la investigación (Clarke y Braun 2013; Terry et al. 2017). Hemos agrupado los códigos en tres categorías principales:
-
Elementos autodescriptivos del donante, tanto físicos como emocionales, intelectuales,
creencias, hábitos, habilidades, valores.
-
Motivaciones para donar semen.
-
Mensajes dirigidos a los padres/madres y mensajes específicos a los niños engendrados
con su semen, incluso indicando la posibilidad de contacto futuro.
Resultados y discusión
La web del banco de semen está diseñada para que el usuario pueda elegir un donante de semen
con base en varios criterios:
-
Con o sin identidad revelada. La identidad no revelada implica un donante anónimo
o cerrado. En el caso de la identidad revelada el banco proporciona al hijo, al alcanzar
los 18 años, el nombre completo, la dirección informada por el donante y la fecha
de nacimiento de este.
-
Perfil básico o ampliado, en función de la cantidad de información que se desee conocer
sobre el donante. Un perfil básico únicamente proporciona la información esencial
como el grupo étnico, las características físicas y la formación académica/profesión.
Un perfil ampliado incluye, además de los datos del perfil básico, más información
personal como antecedentes familiares, aficiones, habilidades, fotos de la niñez y
una grabación de audio de la voz del donante. Si se desea acceder a fotos de adulto
del donante se debe abonar 200 euros (más IVA)24 para un acceso durante tres meses.
-
La exclusividad del donante permite elegir un donante que no ha donado semen para
ninguna familia. Los precios de las muestras de un donante con exclusividad van de
12,000 a 36,000 euros; además se deben pagar todas las pajuelas que estén en stock del donante exclusivo.
Los perfiles sociodemográficos actuales de los donantes de nuestra población diana,
como la edad, el nivel de estudios, ocupación e información sobre si tienen o no pareja
e hijos propios no es posible conocerla, pues solo consta la que ofrecieron al momento
de inscribirse en el banco. Salvo el número de embarazos con su semen, que se actualiza
regularmente, los datos personales de los donantes que se registran en la web permanecen fijos durante años por el acumulo de muestras tanto de donantes que no
están activos, como los que son donantes activos. Lógicamente, los datos relacionados
con la edad, tener o no familia propia y profesión pueden ir cambiando desde que un
hombre ingresa como donante hasta que es consultado su perfil en la web, ya que pueden haber transcurrido varios años. Cuando la web fue consultada en 2019, la empresa proporcionaba datos sociodemográficos imprecisos.
Las edades de los donantes de semen oscilan “de los 18 a los 45 años. Prácticamente
el 50% tiene o está cursando estudios superiores. El 50% trabaja a tiempo completo
o es autónomo. La mayoría son de nacionalidad danesa, el resto procede de otros países
y están en Dinamarca por intercambio académico (Erasmus)25 o por trabajo.”26
Nos centraremos en la información relacionada con los mensajes o cartas manuscritas
que dejan los donantes en sus perfiles. Mostraremos previamente tres aspectos importantes
que funcionan como un sistema de filtro en el buscador de donantes de semen para analizar
los mensajes: el anonimato, la raza y los perfiles de información.
Liberación de la identidad del donante
El levantamiento del anonimato del donante de semen plantea varias cuestiones reflexivas
a nivel académico: desde el desafío y la vulnerabilidad que puede suponer para el
padre27 en parejas heterosexuales (Widbom, Isaksson, Sydsjö et al. 2021), hasta la imposibilidad de poder mantener el anonimato; pasando por el levantamiento
con carácter retroactivo (choque de intereses entre el donante y los nacidos por TRHA-D);
el tipo de información identificativa que debe proporcionarse sobre el donante; las
motivaciones de los hijos e hijas para tener acceso a la identidad del donante, desde
la simple curiosidad hasta el deseo de construir su identidad (Freeman, Jadva y Kramer 2009; Lozano, Fraley y Kramer 2019); hasta el contacto que puede llegar a generar relaciones sociales y de parentesco
(Nelson, Hertz y Kramer 2013; Nordqvist 2014; Mohr 2015; Hertz, Nelson y Kramer et al. 2017; Álvarez Plaza y Pichardo 2018).
En la web oficial del banco de semen analizado, de 1,010 donantes registrados, un 59% son anónimos
y el 41% no anónimos. Debe tenerse en cuenta que el mayor porcentaje de donantes anónimos
se debe a la acumulación de muestras con anterioridad a la legislación danesa del
año 1997 (Álvarez Plaza y Pichardo 2018) que permitió la doble vía: poder optar por donante anónimo o no anónimo.28 Se opte o no por el anonimato, en algunos bancos de semen se advierte de la imposibilidad
de asegurar el anonimato: la accesibilidad a las pruebas genéticas y la gran difusión
en las redes sociales de personas que se ponen en contacto para buscar sus orígenes
genéticos hace difícil evitar que se pueda llegar a conocer e incluso contactar con
el donante.
La raza y los perfiles étnicos
Otro de los filtros importantes en el buscador de un donante es la raza.29 Se clasifican los donantes en 5 razas: caucásica, asiática, hispana, de oriente próximo
y africana. En la información ofrecida, cada raza se compone de varias etnias. Dada
la diversidad de perfiles étnicos de los donantes de semen, se utiliza el concepto
de nacionalidad de los antepasados, el sistema de la hipofilia30 (Kottak 1997) y los rasgos fenotípicos sirven para adjudicar la categoría raza.
De un total de 915 (87%) de origen caucásico, los perfiles étnicos descritos en esta
categoría racial son: danés (mayoritario), americano (sin precisar norte o sur), español,
ruso, búlgaro, checo, finlandés. De 54 asiáticos (5%) los perfiles registrados son:
tamil, ceilandés, chino, danés-(americano-inuit), iraquí-vietnamita, hindú, bengalí,
nepalí, coreano, filipino-dominicano, danés-cingalés, alemán con (irlandés, escocés,
francés, italiano, puertorriqueño, coreano, hondureño). Los 41 (3%) hispanos contienen
los perfiles: panameño, cubano, colombiano, mexicano, venezolano, chileno, dominicano,
brasileño. Oriente próximo 32 (3%), incluye: iraní, libanés vietnamita, egipcio, palestino,
turco, israelí, multiétnicos (alguno de los anteriores con danés, español, portugués).
Y los 16 africanos (2%) cuyos perfiles étnicos son: angoleño, congoleño-francés, haitiano,
danés-ugandés, americano, ugandés, trinitense-(con alemán, o español, o colombiano,
o venezolano), ruandés, danés-ghanés, senegalés, irlandés-marroquí.
Los perfiles de información
La elección del banco por parte de los receptores estaba determinada por la proporción
de información que ofrece sobre el donante de semen. Sawyer et al. (2013) destacan que las familias eligieron al donante de semen en función de cinco atributos:
salud, antecedentes familiares, inteligencia, altura y origen étnico.
En función de la información que se desea tener sobre el donante, la web del banco de semen ofrece tres posibles perfiles informativos: el perfil básico,
el perfil ampliado y el perfil del donante exclusivo. El 39% (399) de los donantes
de semen tienen un perfil básico. Quedan registrados con un número y aportan datos
sobre la raza, el grupo étnico, altura, peso, color de ojos, color de pelo, grupo
sanguíneo, profesión, formación académica y embarazos notificados (sí o no). Este
perfil se recomienda cuando no se necesita tener mucha información personal sobre
el donante, pero sí interesan determinadas características fenotípicas por ejemplo
para buscar los parecidos físicos con el fin de una mayor integración familiar. Pueden
ser donantes de identidad no revelada o de identidad revelada.
El 60% (605) de los registrados en la web tienen un perfil ampliado. Este perfil se
recomienda para tener más información a la hora de hablar con el hijo o hija sobre
su origen genético. Se registran con un nombre ficticio. La información que contiene
es toda la información del perfil básico y, además, un perfil perfectamente configurado
con datos relativos al origen del donante de esperma, su formación académica, situación
familiar, intereses y aficiones (datos cumplimentados por el propio donante), impresión
que ha causado el donante al personal del banco, fotografías de la infancia del donante,31 una grabación de audio con un saludo del donante en la que puede oírse su voz, un
perfil de inteligencia emocional (EQ) y un mensaje del donante escrito a mano. Algunos
donantes facilitan fotos de adultos a las que se puede acceder durante 3 meses previo
pago de 200 euros. Este grupo puede ser a su vez de identidad revelada o de identidad
no revelada.
Un 1% (6) de los donantes son presentados como donantes de semen con exclusividad de donante. Están marcados con una estrella en la búsqueda. En el perfil ampliado disponen de
fotos de adulto. En este caso se debe contactar con el Servicio de Atención al Cliente
para obtener información completa, proceso de adquisición, condiciones y precio final
(desde 12,000 euros hasta 36,000 euros, más impuestos).
Los mensajes
Los mensajes manuscritos, a pesar de estar dirigidos por los bancos y clínicas son
unos elementos interesantes de análisis ya que pueden responder, según criterios de
los donantes de semen (a sugerencia de los bancos), a cuestiones relevantes para los
usuarios de TRHA-D de semen. Determinados aspectos como las motivaciones (Freeman, Jadva, Tranfield et al. 2016; Mohr 2015; Lucía 2015; Graham, Freeman y Jadva 2019; Álvarez Plaza y Pichardo 2018) y el deseo de conocer y contactar con los niños nacidos han sido analizados en varias
investigaciones (Freeman, Jadva y Tranfield 2016; Álvarez Plaza y Pichardo 2018; European Sperm Bank 2015; Kramer y Cahn 2013; Forman 2014).
Los mensajes o cartas manuscritas analizados en este artículo aparecen en los donantes
de semen con perfil ampliado (605) y están a disposición, de manera gratuita, en la
web del banco. Los mensajes tienen una extensión que varía desde unas pocas líneas hasta
varios folios. La mayoría están escritos en inglés y un pequeño número en español.
Los bancos de semen y las clínicas suelen dar indicaciones sobre cómo deben redactarse
estas cartas, al considerarlas importantes para las familias y constituir una magnífica
oportunidad de presentación del donante. Por ejemplo, el banco de semen Semovo de Reino Unido32 es muy específico a la hora de informar a sus candidatos sobre la relevancia de estos
manuscritos y les indican que son utilizados por los “pacientes” para decidir si es
el donante adecuado para ellos.
Hemos clasificado los contenidos de los manuscritos en 4 categorías analíticas utilizando
la terminología emic de los bancos y clínicas:
-
Autodescripción.
-
Motivaciones.
-
Mensaje dirigido a los usuarios-familia.
-
Mensaje al niño/a.
La descripción: el autorretrato para ser elegido
Es una autodescripción que permite al donante mostrar lo que le convierte en único
y que motive para ser elegido.33 La mayoría de las descripciones abarcan cuestiones sobre la apariencia física, la
capacidad intelectual, la personalidad, las aficiones, los valores y los aspectos
genéticos que se perciben como heredables. Tras decidir tener un hijo con semen de
donante, lo más complejo es seleccionar al donante, donde los usuarios invierten mucho
esfuerzo y no son decisiones fáciles de tomar (Frith 2012). Las características fenotípicas del donante son importantes; en el caso de parejas
heterosexuales la semejanza entre el niño y el padre es un activo, ya que podría ocultar
la ausencia de un vínculo genético a personas ajenas a la familia, aunque esta semejanza
también se busca en parejas homosexuales (Pichardo, Stéfano y Martín-Chiappe 2015). La importancia atribuida a los genes, por ejemplo, a través del lenguaje de semejanza,
está fuertemente influenciado por el entorno social cuando los padres tratan de normalizar
y legitimar a su familia (Ariza 2014; Wyverkens, Van Parys y Buysse 2015; Widbom, Isaksson, Sydsjö et al. 2021). Pero la descripción sobre atributos físicos en estos mensajes manuscritos va más allá del color de pelo o de los ojos, de la
altura o la complexión física. Se debe mostrar como único y motivar para ser elegido
y, más allá de una mera descripción cuantificable, se recurre a calificativos con
valor social como “generalmente se me considera atractivo”; el pelo rizado del perfil
básico se matiza con “mi cabello se riza en un enorme afro”. Estas descripciones fenotípicas
se pueden encontrar también en los donantes de semen de las webs que se ofrecen fuera del circuito de las clínicas (Graham, Freeman y Jadva 2019).
Para describir capacidades intelectuales y formación académica el perfil en la web indica la titulación que posee el donante e incluso se realizan pruebas de inteligencia.
Pero, de nuevo, el manuscrito matiza las descripciones indicando la aceptación en
universidades prestigiosas donde el listón para el acceso es elevado, “tengo un título
de una de las 25 mejores universidades estadounidenses”. O bien a la consideración
u opinión de las personas del círculo social del donante “mis compañeros me consideran
muy inteligente”.
La subcategoría que hemos denominado personalidad señala valores importantes en las sociedades occidentales como la tolerancia, la
sociabilidad, la reflexividad, la no agresividad. Cuestiones que se consideran vinculadas
al patrimonio genético y pueden ser heredables. “Soy un tipo tranquilo”, “si consigue
(el niño/a) algo de mi carácter, te puedo asegurar que él/ella estará tranquilo y
descansarás mucho”, “mi perfil tolerante me facilita hacer nuevos amigos, conocer
nuevos lugares, tener nuevas experiencias y aprender cosas nuevas”.
Las aficiones también encarnan valores sociales occidentales como la práctica de ejercicio,
el contacto con la naturaleza, la idea de cuidarse y mantener una vida sana. “Me gustan
los largos paseos por la playa y los senderos naturales”, “En cuanto a pasatiempos
e intereses, trato de vivir un estilo de vida atlético, haciendo ejercicios y practicando
varios deportes de equipo”. La descripción de un donante resulta disonante dentro
de los discursos generales de los mensajes de los relacionados con la salud. Un donante
padre de 4 hijos expresa sus aficiones de manera muy directa:
Disfruto cocinando. Soy una persona a la que le gusta pescar, caminar por la naturaleza,
navegar, bucear y casi cualquier otra cosa que se pueda hacer al aire libre. Amo la
música, tocar el piano o cantar en mi coro. También me encanta cocinar. Cocino casi
todos los días aquí en nuestra casa. Me gustan los niños y por eso he trabajado mucho
con ellos. Mi esposa y yo también disfrutamos de los juegos en línea como una actividad
relajante, especialmente porque podemos vigilar a los niños mientras jugamos. Disfruto
de la vida y me he convertido en un aficionado al coñac, el güisqui y a los puros.
Algunos donantes, hablan abiertamente de la excelencia genética que poseen y que van a transmitir a los engendrados con su semen “siento que mis
genes tienen muchas cualidades positivas que deberían transmitirse”, “quiero compartir
con alguien que desee tener bebés con mi esencia, mis genes, mi energía”, “estoy seguro
de que mi donación le brindará un bebé hermoso y saludable”.
Se señalan otros valores que permiten ver al donante como responsable, respetable:
a) que da importancia a la familia: “quiero destacar el amor por mi familia”, “tengo
una gran familia unida”, “en general, mis lazos familiares son muy importantes para
mí”. b) Se remarcan la solidaridad y la sociabilidad: “soy una persona sana, con un
gran corazón, siempre dispuesta a ayudar a los demás y deseo que esos valores se (transmitan)
al niño”, “mis amigos dirían que soy un hombre abierto, confiable y servicial con
una actitud positiva hacia la vida”. c) Con unos hábitos de vida saludables que permiten
pensar en trasmitir “buenos” genes: “nunca he bebido un sorbo de alcohol, ni he fumado
cigarrillos ni he experimentado con ningún otro tipo de droga”.
Las motivaciones: ¿quieres saber por qué lo he hecho?
Si bien se han analizado las motivaciones de los donantes de semen tanto en los que
donan a través de una web, sistema no regulado (Feeman, Vasanti, Tranfield et al. 2016), como en los que lo hacen en un banco de semen, sistema regulado y garantista (Jadva 2011; Mohr 2014; Lucía y Nuñez 2015; Álvarez Plaza y Pichardo 2017), el primer estudio comparativo entre ambos sistemas de donación de semen en el Reino
Unido fue publicado en 2019 por Graham, Freeman y Jadva. Se analizan y comparan las
características demográficas, las experiencias, las expectativas y las motivaciones.
Los donantes de semen de la web indican que con su donación quieren “ayudar/permitir que otros disfruten de la paternidad
como yo lo he hecho”. Mientras que los donantes de los bancos de semen consideraron
como más decisivo para ser donantes el aspecto retributivo y la confirmación de la
propia fertilidad.
Las motivaciones de los trabajos señalados parecen evidenciar que los discursos sociales
en relación con el aspecto económico y la “ayuda” están muy asentados en las redes
de Internet y en las clínicas, y los donantes se limitan a imitar los discursos. Hemos
agrupado en 4 grupos las motivaciones que alegan en los mensajes de la web: económicas, genéticas, ayudar y conocer la capacidad reproductiva.
En nuestra investigación la categoría ayudar se indica como un aspecto dirigido a formar una familia, “ayudar a dar vida”, como
un trabajo social de cooperación concreta a parejas que desean donantes con perfiles
muy concretos que tienen escasez de oferta: “como soy asiático, me gustaría ayudar
a esas parejas asiáticas a cumplir sus sueños de tener a sus hijos desde el útero
hasta que nazca el bebé. Además, si las parejas de cualquier otro grupo étnico quisieran
tener bebés de apariencia asiática, también pueden”.
Las motivaciones económicas,34 se explicitan como un trabajo a tiempo parcial: “es un trabajo y me genera un poco
de dinero para poder sobrevivir”; “veo la donación como un trabajo”; o directamente
por la retribución: “mi motivación para convertirme en donante radica en la idea de
ayudar y en la bonificación de conseguir algo de dinero extra mientras estoy de baja”;
“en primer lugar, es una razón financiera y es bueno ganar algo de dinero, pero también
me gusta la idea de ayudar”.
Las razones genéticas se justifican con la idea de querer compartir unos genes que son abundantes: “¿por
qué dejaría que algo valioso se desperdiciara? Tengo suficiente para alimentar a una
aldea”; o poseedores de genes que transmiten características importantes para la sociedad
o por desear tener “hijos genéticos”, motivaciones todas que coinciden con otros estudios
(Graham, Freeman y Jadva, 2019).
Conocer la capacidad reproductiva, es decir, poder obtener un informe de capacidad reproductiva, “me interesaba conocer
mi situación de fertilidad, si yo podré ser padre algún dia”. En varias webs de clínicas españolas señalan como ventaja para ser donante este aspecto: el hecho
de tener una revisión e informe que acredite buena salud reproductiva (Daniels 2012).
Mensaje para los padres/madres: “es un honor contribuir con una pequeña parte de mí”
En relación con los padres y madres suelen desearles éxito y que consigan tener un
hijo: “buena suerte para las familias que me elijan como su donante, estoy seguro
de que obtendrán niños sanos y hermosos, ¡es una promesa!”. También frases de agradecimiento
por haber sido elegido: “me alegra ayudarte en este proyecto”, “es un honor contribuir
con una pequeña parte de mí”.
Del mismo modo, algunos donantes esperan que la relación con los hijos sea excelente
y es muy frecuente que indiquen: “espero que cuides y ames al niño”, “debes apoyar
las habilidades del niño”, “no dudo que serás una buena madre, simplemente de seguir
adelante con todo lo de él y no fingir”, “espero que le cuides bien”.
Este es un breve mensaje del donante (yo) y tal vez del padre biológico para su futuro
hijo. Elegí ser donante porque tengo un niño, de 13 años, que es bastante hermoso,
inteligente y dulce. Probablemente no tendré más hijos. Tengo casi 40. Así que decidí
ayudar a los demás y tal vez tengan hijos como el mío, y el mundo sería un lugar mejor.
“Por favor, dale a tu hijo un instrumento para tocar, un bolígrafo para escribir y
lápices para dibujar. Tu hijo le dará mucho al mundo a cambio”.
Mensajes para los niños/as: “entiendo que quieras saber algo de mí”
Se alienta a los donantes a incluir un mensaje personal al niño concebido. Es un deseo
de buena voluntad sobre el futuro, lo feliz que se siente de ayudarle a nacer. Incluso
cómo se siente el donante acerca del contacto futuro si quiere conocerle el niño.
Para los receptores esta puede ser una de las partes más memorables de su perfil.
Los mensajes a los niños contienen varias cuestiones: el vínculo genético, motivaciones,
consejos y el contacto.
Reconocimiento de la existencia de un vínculo: “entiendo que quieras saber algo sobre mí”, “sé que esto puede ser bastante extraño,
saber que eres parte de mí, una parte de alguien que probablemente ni siquiera sabías
que existía”, “¡eres muy especial para mí porque eres parte de mí!”.
¿Quieres saber por qué lo he hecho? Es frecuente esta explicación ya que los donantes son conscientes de las cuestiones
éticas que pueden plantearse los nacidos de su donación.
Soy muy consciente de los problemas éticos que puede traer esta tecnología y es por
eso por lo que mi perfil estará abierto, porque creo que sería insólito y muy importante
para un niño que quiere saber y que nunca llegará a saber dónde está la mitad de su
vida. Y de dónde proviene su ADN. Lo pensé mucho, sobre todo teniendo en cuenta que,
en algún momento de mi vida, alguien podría tocar a mi puerta preguntando por mí.
Estoy dispuesto a asumir esa responsabilidad.
Si tienes alguna pregunta, ¡puedes ponerte en contacto conmigo! Sé que tienes curiosidad
por conocer el motivo que me ha llevado a donar semen.
¡Hice esto con mucho amor!
En muchos escritos aparecen mensajes directos a lo hijos, consejos y buenos deseos:
Estoy seguro de que tus padres y yo nos sentiremos muy orgullosos sin importar lo
que elijas hacer con tu vida.
Te animo a que siempre desafíes y desarrolles tu mente, con suerte un interés en
los juegos mentales como el ajedrez en la vida. El talento musical es útil tanto en
interacciones personales como privadas. Por último, mantén tu cuerpo y tu mente despejados
practicando yoga o artes marciales; si bien es importante tener un cuerpo fuerte,
es aún más importante saber cómo controlar tu ser mental y emocional.
Suena cursi, pero siempre cree en ti mismo y en el poder de tu propia voluntad, no
hagas cosas porque alguien más espera eso de ti, sé sincero contigo mismo y busca
la felicidad. Prueba también deportes como el skate, el surf o el snowboard. Es un lugar físico, pero también mental donde compartir con tus amigos y competir
contigo mismo… Te deseo lo mejor.
¡Hola! Si estás leyendo esto, es porque tus padres te han hablado de mí y de dónde
vienes. No sé en qué parte del mundo te encuentras ahora mismo, pero mi deseo para
ti es que estés a salvo y tengas una buena vida.
Para algunas familias puede ser importante que el hijo pueda tener contacto con el donante, si él quiere: “guardaré la forma de amor cuando me encuentres algún
día, tal vez… Espero pasarlo genial contigo algún día. ¡Tendré toneladas de historias
y cosas divertidas planeadas para ti!...”, “me entristece que probablemente nunca
tenga la oportunidad de conocerte”, “quiero señalar que elegí convertirme en donante
no anónimo para que tengas la oportunidad de contactarme, en persona o de otra manera”,
“si estás leyendo esta escritura a mano, estaré muy feliz de verte algún día si estoy
vivo”.
Para ponerse en contacto con un donante, este debe ser de identidad revelada y el
hijo o hija debe ponerse en contacto con el banco cuando tenga 18 años y podrá obtener
información sobre su identidad. Para ello, debe mostrar un certificado de hijo de
donante que los padres pueden solicitar al banco. El donante ha proporcionado en el
momento de las donaciones su nombre completo, una dirección y el año de nacimiento.
Querido niño si estás leyendo esto, ya sabes que soy tu donante. Estoy seguro de que
tienes alguna pregunta e idea sobre quién soy y me complace decirte que estaré disponible
para responder a todas esas preguntas si te comunicas conmigo. Hasta entonces, quiero
que estés feliz de soportar todo lo que intentes y que aprecies lo que tienes. Espero
sinceramente que mi decisión de permanecer en el anonimato te haya dado una sensación
de calma. No olvides decirles a las personas que te criaron que las amas.
Puedes comunicarte conmigo si lo deseas. Soy un tipo con los pies en la tierra y
me encantaría saber de ti. También entiendo completamente si eliges no hacerlo. Sé
que vas a ser una buena persona y harás grandes cosas. Te amo y te deseo toda la suerte
del mundo.
El hecho de que el donante se ofrezca a tener contacto no implica que sea un derecho
legal que pueda ser asegurado por el banco de semen, ya que este derecho no puede
ser un término en un contrato civil con una entidad privada como es un banco de semen.
Algunos trabajos señalan aspectos sobre padres que no fomentan ni la información ni
el contacto de los hijos con los donantes de semen (Beeson, Jennings y Kramer 2011). Widbom, Isaksson y Sydsjö (2021) dan un paso más y destacan la posición vulnerable de los padres después del tratamiento
de donación de esperma que puede reflejar desafíos específicos relacionados con la
infertilidad masculina. Si la descendencia obtiene información de identificación sobre
el donante y posterior contacto puede tener consecuencias inesperadas para las relaciones
familiares, incluso incluir al donante en la familia. Beeson, Jennings y Kramer (2013) informan sobre una encuesta dirigida a padres de antiguos donantes de semen y óvulos
donde se muestra cómo, al saber que sus hijos donaron gametos, sienten que tienen
nietos. Las tecnologías de reproducción asistida han engendrado nuevos acuerdos, algunos
de los cuales desafían los supuestos tradicionales sobre la relación entre biología
y roles sociales.
Existen trabajos sobre las experiencias de los donantes en relación con los contactos
con los hijos engendrados. La investigación de Hertz, Nelson y Kramer (2015) ofrece unas conclusiones muy interesantes de una encuesta a donantes de semen que
han tenido contacto con la descendencia (mayores de 18 años). La mayoría han sentido
curiosidad, han contactado al menos una vez con los engendrados e intercambiado fotos
y dos tercios se habían reunido en persona una vez. Casi la mitad de los encuestados
consideraban que sus “hijos” concebidos por donación eran como un miembro de la familia.
Tambien se muestran abiertos a que sus parejas e hijos conozcan a los concebidos por
su donación, siempre respetando la integridad de la familia en la que se criaron.
Aunque el contacto es generalmente positivo, los donantes indican que se deben establecer
límites y definir la relación puede ser muy difícil. El estudio de Daniels, Kramer y Pérez (2012) ofrece conclusiones similares en cuanto a que los donantes están abiertos al contacto
con su descendencia y además las tres cuartas partes de las parejas apoyaban un posible
contacto y dos terceras partes de los hijos propios también mostraban interés por
el contacto.
El estudio de Freeman, Jadva, Tranfield et al. (2016) muestra cómo una proporción mayor de hombres homosexuales y bisexuales quieren una
donación abierta y contacto con la descendencia en relación con hombres heterosexuales.
Rainbow Flag Health Services, activo en Alameda, California, de 1994 a 2014, fue pionera
en tener donantes homosexuales con identidad abierta al menos una década antes que
en Europa.
Conclusiones
El análisis de los mensajes o cartas manuscritas que dejan los donantes en la web de un banco de semen danés permite acceder a una rica información sobre este colectivo
y, al mismo tiempo, conocer los atributos y características que buscan en ellos las
familias que desean iniciar un tratamiento de reproducción asistida con donación de
gametos: salud, antecedentes familiares, inteligencia, altura y origen étnico (Sawyer et al. 2013). Los filtros de búsqueda de la web son: anonimato o no, raza y etnicidad, así como
perfiles ampliados que ofrecen más información específica de cada donante.
Se opte o no por el anonimato, algunos bancos de semen advierten explícitamente de
la imposibilidad de asegurarlo debido a la cada vez mayor accesibilidad a pruebas
genéticas, así como a la gran difusión en redes sociales de personas que se ponen
en contacto a través de Internet para buscar sus orígenes genéticos.
Respecto a la cantidad de información que se ofrece sobre el donante de semen, existen
tres tipos de perfiles: básico, ampliado y donante exclusivo. Si interesan determinadas
características fenotípicas -por ejemplo, para buscar los parecidos físicos con el
fin de una mayor integración familiar- o de personalidad, las personas que solicitan
el semen suelen optar por un perfil ampliado (tanto si se prefiere donante anónimo
o no). El 60% de los donantes del banco analizado tienen un perfil ampliado, en el
que se encuentran los mensajes manuscritos y otras informaciones que incluyen formación
académica, situación familiar, intereses y aficiones, fotografías de su infancia,
grabación de su voz o un perfil de inteligencia.
Tras analizar los manuscritos que han escrito estos donantes, se extraen las siguientes
conclusiones:
-
En su autodescripción, el donante se muestra como único e intenta motivar a ser elegido
por las personas o familias que necesitan semen para sus proyectos reproductivos:
se destacan atributos físicos de valor social (ser atractivo, alto); se enfatizan
capacidades intelectuales (indicando que está en una universidad de prestigio o bien
que es considerado muy inteligente por su entorno); se pone en valor su personalidad
(tolerancia, sociabilidad) y se enfatizan aficiones que permiten pensar que son transmisibles
a la descendencia (hacer deporte, cuidar el medio ambiente, importancia de mantener
una familia unida).
-
Entre las motivaciones para donar semen se mencionan el altruismo (ayudar a dar vida),
el deseo de compartir los propios genes o, explícitamente, una motivación económica
o la curiosidad por conocer su capacidad reproductiva.
-
En los mensajes dirigidos a futuros padres/madres se muestra un agradecimiento por
haber sido elegido. Este agradecimiento va unido a la alegría por ayudarles con el
proyecto de tener descendencia.
-
Cuando se dirigen a los bebés que van a ser concebidos con su semen, los donantes
refieren un reconocimiento del vínculo (“eres parte de mí”); les explican el motivo
de la donación (“soy consciente de los problemas éticos que se plantean”); les dan
consejos y buenos deseos y, finalmente, dejan abierta la posibilidad de conocerse
y tener un contacto personal.
Como donantes de semen, el hecho de escribir estos mensajes para su perfil -que aparecerán
públicamente en la web del banco- constituye, pues, uno de los momentos más personales del proceso de donación.
Estos mensajes obligan a los donantes a pensar en sí mismos y en sus motivaciones
para donar semen, así como en las familias que recurren a su material genético y,
sobre todo, a reflexionar sobre lo que a los futuros niños y niñas les puede interesar
conocer sobre la persona que está en su origen genético.
Limitaciones
Los mensajes están condicionados porque el contenido lo promueve y gestiona el banco.
Deben ajustarse a una información que se acomode a los valores de la empresa. Muchos
donantes no se expresan en su idioma materno, por lo que cabe pensar que el mensaje
no manifieste todo lo que realmente quiere indicar el donante.