Introducción
Las catastróficas consecuencias de la violencia en México demandan acciones urgentes
y decisivas que el sistema de justicia no ha otorgado a las víctimas de desapariciones,
ni a sus familiares, a pesar de las presiones políticas y sociales ejercidas por los
colectivos de familiares y las organizaciones no gubernamentales, tanto dentro como
fuera del país.
Esta razón convoca a intensificar las colaboraciones de profesionistas independientes
y de las universidades de México en apoyo a los procedimientos de búsqueda. En este
camino, el presente texto ofrece la sistematización de las alteraciones observadas
en el suelo del cementerio privado Jardín de los Ángeles, ubicado en Nuevo Laredo,
Tamaulipas, durante el periodo comprendido entre el 2002 y el 2019, por medio de la
teledetección, debido a que estas podrían, hipotéticamente, contener fosas comunes
con incalculables restos humanos de individuos no identificados.
La motivación para realizar este trabajo nace del inquietante viaje satelital por
los cementerios de Nuevo Laredo, en un recorrido virtual de una duración de doce años,
el cual propició un ineludible paraje para el análisis de formas y dimensiones de
las distintas alteraciones en el suelo del cementerio mencionado, para detectar sus
posibles funciones.
Debido a que las condiciones de inseguridad en estos momentos impiden realizar trabajo
de campo etnográfico en el sitio de investigación, se ha tomado como método prospectivo
la teledetección, para avanzar en propuestas encaminadas a sistematizar la información
y plantear estrategias exitosas para la localización y la exhumación organizada, así
como el análisis sistemático e identificación de los restos humanos de fosas comunes,
y, asimismo, documentar las irregularidades transgresoras de los derechos de las víctimas.
Sinopsis de la violencia en el México contemporáneo
El incremento desmedido de la violencia en México hasta nuestros días pone de manifiesto
las erráticas políticas públicas de las últimas administraciones. En materia de seguridad,
la declaratoria de guerra contra el crimen organizado, promulgada por el expresidente
Felipe Calderón Hinojosa, al arribo de su mandato en el 2006, aunado a las prácticas
corruptas en los distintos niveles de gobierno, han vulnerado los derechos fundamentales
de cientos de familias, entre los principales se encuentran el derecho a una vida
digna y libre de violencia, así como el derecho a la justicia.
El Institute for Economics and Peace (IEP), en su informe sobre el índice de paz en
México del 2020 (Figura 1), señala cuatro tipos de violencia que afectan significativamente los niveles de
paz en nuestro país: la derivada de la delincuencia organizada (conflicto de los cárteles
y lo relacionado con las drogas), la violencia política, la violencia oportunista,
y la violencia interpersonal. En el primer tipo, antes de 2006 existían tres organizaciones
criminales que incrementaron a 18 en el 2018. Con esta escisión de cárteles se han
desatado pugnas al interior de estos grupos, trayendo como consecuencia elevados niveles
de delitos, principalmente homicidios y desapariciones (IEP 2020, 41-43).
Figura 1
Lugar de México en el índice de paz global.
Fuente: Elaboración propia a través de Datosmacro.com.
Tan solo el índice de paz global muestra el incremento consecutivo de la violencia
y un ranking que cada vez ocupa una posición más alejada de la concordia, aunque se espera que
el ligero descenso de hechos violentos registrado en 2019, las políticas de redistribución
económica y las de anticorrupción implementadas por el gobierno en curso parecieran
vislumbrar algunos cambios positivos. Por lo pronto, aunque el índice de paz mejoró
en el 2021 con la disminución de los homicidios (Figura 1), la violencia de género desafortunadamente se incrementó (IEP 2022).
El lugar de Tamaulipas
El estado de Tamaulipas es una de las 32 entidades federativas de México, situado
en la frontera norte y separado por el Río Bravo, colinda con Estados Unidos de Norteamérica,
al oeste con Nuevo León, al suroeste con San Luis Potosí, al sureste con Veracruz
y al este con el Golfo de México. Está conformado por 43 municipios, y su capital
es Ciudad Victoria.
De acuerdo con el censo poblacional del 2020 del Instituto Nacional de Estadística
y Geografía (INEGI 2020), Tamaulipas tiene 3,527,735 habitantes, y su ciudad más poblada es Reynosa con 704,767
habitantes, seguida de Matamoros con 541,979, Nuevo Laredo con 425,058, Victoria con
349,688 y Tampico con 297,562 habitantes.
La ubicación geográfica del estado de Tamaulipas en la frontera norte con Estados
Unidos, aunada a sus vías de comunicación con su red de carreteras y una extensa costa
en el Golfo de México, lo convierte en un blanco estratégico para el crimen organizado,
presente desde hace varias décadas. Además del tráfico de estupefacientes, el de armas
y el de personas hacia el vecino país, los criminales controlan el derecho de vía
a los transportistas y migrantes, así como el uso de suelo a comerciantes y empresarios
(Correa-Cabrera 2017).
La denominada ruta del Golfo ha sido el camino menos arriesgado para los traficantes
que operan desde la frontera sur de México (Arriola 2011; Correa-Cabrera 2017), controlada preponderantemente por el grupo delincuencial de los Zetas, el cual
surgió como una escisión del Cartel del Golfo que comenzó a operar independientemente
desde inicios del 2010. A raíz de esta pugna entre cárteles, se intensificó y registró
el periodo más violento de Tamaulipas entre 2010 y 2012 (Correa-Cabrera 2017).
Los analistas del tema señalan innumerables delitos en la entidad así como cruentas
prácticas brutales de los grupos del crimen para generar terror entre ellos, así como
en la sociedad. Podemos nombrar, entre otros, la fuga masiva de reos de distintas
cárceles, el secuestro de camiones de pasajeros, ataques a los cuarteles militares,
narco bloqueos, coches bomba, granadas de fragmentación arrojadas a oficinas de gobierno,
extorsión a negocios de cualquier tipo, venta de estupefacientes a precios accesibles
para los consumidores nacionales, robo de autos, robo de combustible, tráfico de armas
ilegales, trata y tráfico de migrantes, explotación laboral, así como la trata y prostitución
(Benítez y Aguayo 2017; Correa-Cabrera 2017; De la O. y Flores 2012; Pérez-Aguirre 2016; Zárate y López-León 2017).
Tan solo en el tema de secuestros, en los registros de inculpados de este delito por
entidad federativa, Tamaulipas aparece entre los estados con las frecuencias más altas
y en incremento por año entre 2011 y 2014: 153 casos en 2011, 208 en 2012, 309 en
2013 y 535 en 2014; llama la atención que en el 2015 no se registran casos para esta
entidad (Rodríguez, Quintanar y Vargas 2017, 264-265, 338).
No obstante, la Subdirección de Análisis de Política Interior (SAPI) reporta la incidencia
a la baja del delito de secuestro entre 2015 y 2019 de la siguiente manera: 230 en
el 2015, 155 en el 2016, 140 en el 2017, 109 en el 2018 y 19 casos entre enero y abril
del 2019 (Gamboa y Valdés 2019, 48).
Además, el desplazamiento de personas que huyeron de sus lugares de origen a consecuencia
de la violencia, el incremento de asesinatos vinculados con el crimen organizado,
el de periodistas, defensores, y también de políticos, la sistemática desaparición
de personas y la aparición de fosas clandestinas, así como la impactante ejecución
de 72 migrantes a manos del grupo armado de Los Zetas en el municipio de San Fernando,
Tamaulipas, el 22 de agosto de 2010, muestran la grave situación de violencia en la
entidad (Benítez y Aguayo 2017; Correa-Cabrera 2017, De la O. y Flores 2012; Pérez-Aguirre 2016; Zárate y López-León 2017). Sin olvidar las desapariciones forzadas y las ejecuciones extrajudiciales de la
entidad (Campos 2015).
Los desaparecidos
La desaparición de personas en México asciende a cifras alarmantes; el Registro Nacional
de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) reportó, hasta el mes de julio
del 2020, más de 73 mil individuos desaparecidos y no localizados desde la década
de los años 1960, aunque la mayoría aconteció a partir del 2006.1
De las 32 entidades federativas, durante este periodo, Tamaulipas ocupó el primer
sitio con más de 10,800 personas desaparecidas y no localizadas, seguida por Jalisco
con más de 10,200, mientras que el tercero lo ocupó el Estado de México con más de
7,000 (Figuras 2 y 3).
Figura 2
Gráfica de personas desaparecidas y no localizadas en México por entidad federativa.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 3
Tamaulipas ocupa el primer lugar, seguido por Jalisco y el Estado de México, en el
mapa de personas desaparecidas y no localizadas en México.
Fuente: RNPDNO, adaptado por L. Escorcia.
En el último censo del INEGI (2020), es notorio que los municipios con mayor densidad poblacional están en concordancia
con la frecuencia de desaparecidos y no localizados, es decir, la mayor frecuencia
la ocupan, en el siguiente orden: Matamoros, Reynosa, Nuevo Laredo, Victoria y Tampico
(Figura 4), como es de esperarse, lo mismo ocurre con los índices de violencia.
Figura 4
Los municipios de Matamoros, Reynosa, Nuevo Laredo, Victoria y Tampico ocupan las
frecuencias más altas de personas desaparecidas y no localizadas en el estado de Tamaulipas.
Fuente: Elaboración propia con base en el RNPDNO.
Este dato ayuda a focalizar la atención en los cementerios de dichas ciudades, en
las que podrían hallarse tumbas individuales y fosas colectivas en espacios de enterramiento
común de cadáveres no identificados.
Los colectivos de búsqueda en Tamaulipas
En el año 2014, en México se incrementó la creación de colectivos de familiares de
personas que han sido víctimas de desaparición, para iniciar procesos de búsqueda.
Ante la inoperancia de acciones del Estado mexicano, los colectivos comenzaron a realizar
búsquedas por su propia cuenta, en otras ocasiones ellos han acompañado a las autoridades
de los distintos niveles de gobierno para vigilar los procedimientos, y en pocas ocasiones
han sido acompañados por distintos profesionistas solidarios, de las cuales, contadas
veces, han sido antropólogos. En este sentido, han sido orientados en temas relacionados
con búsqueda e identificación. Sin embargo, los resultados continúan siendo pobres
y mayoritariamente nulos.
El Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México (Movndmx) agrupa a más de 60 colectivos
de familiares en 21 estados de la República: Baja California, Baja California Sur,
Chiapas, Chihuahua, Ciudad de México, Coahuila, Estado de México, Guanajuato, Guerrero,
Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, Sinaloa, Sonora,
Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas.
En Tamaulipas existen seis colectivos, uno de los más antiguo es el denominado Red
de Desaparecidos en Tamaulipas A. C. (Redetam) fundado el 3 de diciembre del 2012
en Ciudad Victoria; está conformado por 118 personas que buscan a más de 146 individuos
desaparecidos. Por su parte, el Colectivo de Familiares y Amigos de Desaparecidos
en Tamaulipas se gestó en el 2015, está integrado por 200 personas que buscan a 140
víctimas. Más tarde, en el 2016, el colectivo Madres Unidas por Nuestros Hijos San
Fernando Tamaulipas integra a 130 personas que buscan aproximadamente a 300 desaparecidos.
El 2018 dio origen al colectivo De Frente Hasta Encontrarlos que aglutina a 80 familias
que buscan a 70 desaparecidos. De igual manera, existe el colectivo El Colombiano
Sí Ayuda A. C. y el Colectivo 21 de Mayo (parte del Movndmx). Este último se fundó
en honor a la desaparición de ocho obreros petroleros en esa misma fecha en el 2010,
en la Región Ribereña de Tamaulipas, de inmediato sus familiares y amigos emprendieron
la búsqueda, sin, hasta la fecha, poder encontrarlos (Juárez 2020).
Además de los colectivos señalados, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH),
en su informe anual del 2019, menciona los siguientes: 10 de marzo; Familias Unidas
por los Desaparecidos en el Estado de Tamaulipas (parte de Cofaudet); Caminando por
los Ausentes de Tamaulipas; Colectivo Independiente Tamaulipas; Diez de Marzo Reynosa,
Tamaulipas, A. C.; Víctimas de San Fernando; Unidas por la Misma Causa; Con Fe Te
Busco y Con Amor Te Espero (Cofebae); Buscando Tus Huellas con Fe y Esperanza.
La Redetam ha emprendido una gran cantidad de acciones para impulsar diversas iniciativas,
entre las que destacan: los programas de recompensa, la creación de la Agencia Especializada
para Personas No Localizadas, la creación de la Fiscalía Especializada para Personas
No Localizadas, la búsqueda en el extranjero a través de las embajadas en México,
la adquisición de binomios caninos, la Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Desaparición en Tamaulipas, la cartilla de los derechos de los desaparecidos en Tamaulipas,
la promoción para la dignificación de restos y cadáveres en el Panteón Ministerial
Miguel Alemán, la promoción de la cartilla del menor tamaulipeco para prevenir la
desaparición, el proyecto de memorial para las víctimas de desaparecidos en Tamaulipas,
el primer protocolo de investigación de intervención psicológica para madres con hijos
desaparecidos en Tamaulipas, el plan estatal de búsqueda de desaparecidos en Tamaulipas,
reglamentación de la Ley de Atención a Víctimas en Tamaulipas 2017, por mencionar
algunas, además de lograr localizar a 72 personas en fosas clandestinas y 7 fosas
comunes.
Asimismo, esta asociación civil (A. C.) ha publicado el informe psicosocial y jurídico
de las desapariciones en Tamaulipas (Redetam 2018), un texto sobre las ausencias voluntarias (Vargas y Posada 2020), así como una guía ciudadana para la búsqueda de personas desaparecidas en Tamaulipas
(González e Ibarra 2020).
Los familiares de este colectivo decidieron salir a realizar búsquedas debido a que
las instituciones no lo hacían; en vez de eso, emitían cuantiosas solicitudes de oficios
para buscar en hospitales, centros de detención, lugares de la ciudad o del estado
y la respuesta a este procedimiento podría tardar entre tres y cinco meses, posteriormente
escalaba a nivel nacional y la respuesta podía tardar en llegar de tres a cinco años
(González e Ibarra 2020, 24).
Además, los familiares se percataron de que los cadáveres eran enviados a fosas comunes
sin registros de datos y mucho menos exámenes antropológicos o genéticos, por otro
lado, las funerarias permanecían abarrotadas de cadáveres no identificados, sin ningún
tipo de registro; se calcula que más de 3 mil están inhumados en las fosas comunes
de los cementerios de Tamaulipas (González e Ibarra 2020, 23). Cabe señalar que solo Ciudad Victoria, Reynosa y Matamoros cuentan con servicio
médico forense (Semefo) en todo el estado.
Los cementerios de Nuevo Laredo
En el municipio de Nuevo Laredo existen cinco cementerios: el Panteón Municipal Antiguo,
el Panteón Municipal Nuevo o número 2, el Panteón Jardín de los Ángeles, el Panteón
del Norte y el Panteón Ejidal. Los primeros dos son municipales, es decir, públicos,
los siguientes dos son particulares2 y el último es ejidal3 (Tabla 1).
Tabla 1
Cementerios en el municipio de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Nombre
|
Fundación
|
Sector
|
Situación
|
Perímetro (en m.)
|
Área (en m2)
|
Panteón Municipal Antiguo
|
1879
|
Municipal
|
En desuso
|
1,292
|
93,037
|
Panteón Ejidal
|
1920
|
Ejidal
|
En desuso
|
-
|
20,000
|
Panteón Municipal Nuevo
|
1965
|
Municipal
|
En uso
|
1,700
|
130,000
|
Panteón Norte
|
1980s
|
Privado
|
En uso
|
1,795
|
145,560
|
Panteón Jardín de los Ángeles
|
1970s
|
Privado
|
En uso
|
2,754
|
284,289
|
El Panteón Municipal Antiguo se encuentra ubicado en el Viaducto Yucatán sin número,
en la colonia Matamoros. Este cementerio, que inicialmente se ubicó en el centro de
la ciudad, se fundó en 1879, fue construido por el arquitecto italiano Mateo Mattei,
y actualmente tiene más de 17 mil tumbas, de las cuales cada una puede contener entre
dos y hasta doce gavetas. En este cementerio yacen los expresidentes municipales de
Nuevo Laredo y las figuras de personajes históricos importantes de este municipio;
sin embargo, las condiciones de deterioro y saturación no permiten nuevos enterramientos,
salvo a quienes cuentan con gavetas previamente construidas (Cabrera 2018; Guerrero 2019; Portillo 2019; Vargas 2012). Está conformado por tumbas horizontales de materiales de construcción, aunque también
se observan tumbas en espacios de tierra. El cementerio tiene un perímetro de 1,292
metros lineales y 93,037 metros cuadrados, es decir, 9.30 hectáreas.
El Panteón Ejidal se fundó en 1920 (Vargas 2012), está ubicado en el Ejido La Concordia, en la colonia Los Presidentes, tiene una
extensión de 20,000 metros cuadrados, equivalente a 2 hectáreas, y cuenta con alrededor
de 150 tumbas en las que están enterrados los ejidatarios de La Concordia y El Progreso,
sin embargo, desde hace varios años está en desuso (Diéguez 2019).
El Panteón Municipal Nuevo, o también denominado como número 2, se construyó en el
año de 1965, se ubica al sur de la ciudad, en la avenida Camposanto 903, de la colonia
Enrique Cárdenas González, y cuenta con 30 mil tumbas (Vargas 2012). Tiene un perímetro de 1,700 metros lineales y 130,000 metros cuadrados, equivalente
a 13 hectáreas, aunque recientemente se amplió con la adquisición de dos hectáreas,
con el propósito de destinar 80 metros cuadrados para la habilitación de 34 fosas
para personas fallecidas por Covid-19. El espacio restante tardaría en ocuparse entre
8 y 10 años (Infobae 2020).
El Panteón del Norte, concesionado a particulares, se ubica en la calle Eva Sámano
1553, en la Colonia Reforma Urbana, al norte de la ciudad. Tiene un perímetro de 1,795
metros lineales y 145,560 metros cuadrados, es decir 14.55 hectáreas. Este cementerio
es privado y es el más reciente en Nuevo Laredo, se fundó en la década de los años
1980 (Vargas 2012), y la disposición de las tumbas es horizontal. En el año de 1995, la ocupación incluía
dos secciones con 38,000 metros cuadrados, equivalente a 3.8 hectáreas, es decir,
el 26% de su capacidad, mientras que, para finales del 2019, incrementó dos secciones
más, lo cual representa aproximadamente el 48% de su capacidad total.
El Panteón Jardín de los Ángeles se ubica al sur de la ciudad, en el kilómetro 10
de la Carretera Nacional Monterrey-Nuevo Laredo, en la colonia Enrique Cárdenas González,
Nuevo Laredo, Tamaulipas. Este cementerio también está concesionado a particulares,
se fundó en la década de los años 70 del siglo pasado (Vargas 2012), y, al igual que los demás, se rige bajo el Reglamento de Panteones del Municipio
de Nuevo Laredo, Tamaulipas (2017). Desde su fundación, ha sido administrado por Servicios
de Previsión Vázquez La Paz, quienes actualmente también cuentan con tres funerarias
distribuidas por la Ciudad de Nuevo Laredo: Capillas Vázquez, La Paz Funerales y Funerales
La Paz Poniente, las dos primeras cuentan con servicio de crematorio (Servicios de Previsión Vázquez La Paz, s/f).
Si bien, los cementerios civiles reportan que los espacios para enterramientos están
saturados y desde el 2013 ya se planificaba la búsqueda de terrenos para la ampliación
o la creación de por lo menos un nuevo panteón al norponiente de la ciudad, hasta
el momento eso no ha ocurrido (Periódico Oficial del Estado de Tamaulipas 2013, 50 y 61). Lo cual significa que en este municipio los deudos de los fallecidos solo cuentan
con alternativas de funerarias4 y panteones de particulares con altos costos para las familias promedio que van desde
14 mil hasta los 200 mil pesos. Tan solo en el Panteón Jardín de los Ángeles los terrenos
tienen un precio de $33,378.00 a 149 mil pesos, mientras que en el Panteón Municipal
oscila entre 3 mil y 5 mil pesos (González 2019; Alcalá 2019).
Por consiguiente, si los cementerios municipales están saturados, ¿las fosas comunes
de los cadáveres no identificados están ubicadas en los cementerios particulares?
De ser así, ¿en cuál de ellos? Ante la falta de respuestas de las autoridades, el
ocultamiento de información a los familiares y a las instituciones de derechos humanos,
así como la carencia de información pública y transparente para la ciudadanía, la
prospección satelital como método complementario en los procedimientos de búsqueda
es una magnífica alternativa para dilucidar inquietudes.
La teledetección
La complejidad de este fenómeno obliga a plantearse hipótesis diversas sobre el paradero
de los desaparecidos y la utilidad de algunos métodos y técnicas de las ciencias antropológicas
en estos contextos.
La teledetección, también conocida como percepción remota, es un método científico
que permite adquirir y procesar información sobre la tierra u otros cuerpos planetarios
vía remota, es decir, sin entrar en contacto directo con el objeto de análisis (Bravo 2017; Bognanni 2010; Rejas y Burillo 2016).
Este método, usado en la prospección arqueológica, no es destructivo, y permite realizar
un diagnóstico preliminar, para saber dónde excavar y por qué razón, asimismo, hacer
uso de la tecnología que permita integrar y generar nueva información (Bognanni 2010).
El procedimiento consistió en realizar observaciones y mediciones espaciales en los
registros temporales, a través de las herramientas de Google Earth Pro. Para cada
uno de los cuatro cementerios (los dos municipales y los dos particulares).
El registro de imágenes satelitales de los dos panteones municipales y del Panteón
del Norte no muestran modificaciones que llamen la atención, pese a que este último
tiene una gran extensión de terreno sin ocupar. Por el contrario, el Panteón Jardín
de los Ángeles presenta una gran cantidad de alteraciones y movimientos de tierra,
por tal razón se decidió concentrar el análisis en este cementerio.
El Panteón Jardín de los Ángeles tiene seis lados que en conjunto miden 2,754 metros
lineales de perímetro, y 284,289 metros cuadrados de área total, con una ocupación
del 47%, aproximadamente, de lotes funerarios. Cada lote consiste de tres gavetas
de 100 cm de ancho por 250 cm de longitud y 250 cm de profundidad.
El panteón está organizado en 21 secciones, las cuales incluyen un área de oficinas
y la Capilla de los Ángeles, presente en los registros de Google Earth desde el año
2010, ambas ubicadas del lado derecho e izquierdo de la parte frontal del cementerio.
Las secciones ocupadas son 19, y llevan por nombre: San Pedro, San José, San Bernardo,
San Miguel, San Gabriel y La Paz (Servicios de Previsión Vázquez La Paz, s/f) (Figura 5).
Debido a que las condiciones de violencia en la localidad hacen extremadamente complicado
el acceso a la entidad para realizar trabajo etnográfico y revisar informes sobre
los desaparecidos. Este trabajo se planteó en tres etapas.
En la primera, centrada en la sistematización de la presencia de estas formas, se
reprodujeron los contornos encima de cada imagen de Google Earth en la que se detectaron
cambios. Para esta actividad se utilizaron Adobe Illustrator® y Adobe Photoshop®.
Los resultados de esta fase son los que se presentan en este texto.
La segunda, para describir y caracterizar a cada una e incluir las dimensiones observadas
de alzado, planta y perfil. Con esta información es viable vislumbrar la posible presencia
de fosas comunes, incluso estimar la cantidad de individuos contenidas en ellas.
En la tercera etapa, se realizaría trabajo etnográfico del lugar, la revisión de libros
de registro de los enterramientos y si las condiciones lo permiten, el registro espacial
del cementerio, a través de un vehículo no tripulado (dron).
Para conocer las alteraciones del suelo, como parte de la primera etapa de investigación,
se inició con el trazo de un polígono a partir del mapa del predio del cementerio,
disponible en la página web de la empresa. El cementerio presenta el mismo nivel plano, así que se obtuvieron
medidas de los perímetros y área del polígono de los cuatro cementerios del municipio.
Posteriormente, se revisaron 28 imágenes satelitales Landsat de alta definición, disponibles
en Google Earth, para analizar los cambios observados a través del tiempo en el Panteón
Jardín de los Ángeles. Esta revisión incluyó 12 años, estos son 2002, 2008 y de 2010
a 2019 (Tabla 2).
Tabla 2
Áreas del cementerio con alteraciones del suelo.
NP.
|
Fecha registro
|
Oficinas
|
Capilla
|
San Miguel A
|
San Miguel
|
San Gabriel D
|
Futura ampliación
|
San Pedro D
|
San Pedro B
|
San José D
|
San Bernardo C
|
Ampliación exterior
|
Total
|
1
|
15-may-02
|
NP
|
NP
|
NP
|
NP
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
2
|
2
|
28-abr-08
|
NP
|
NP
|
P
|
P
|
NP
|
NP
|
NP
|
NP
|
NP
|
P
|
NP
|
3
|
3
|
14-sep-10
|
NP
|
Presente
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
NP
|
P
|
P
|
NP
|
4
|
4
|
27-nov-10
|
NP
|
Presente
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
P
|
NP
|
5
|
5
|
20-ene-11
|
P
|
Presente
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
5
|
6
|
10-sep-12
|
NP
|
Presente
|
P
|
NP
|
P
|
P
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
5
|
7
|
05-oct-12
|
NP
|
Presente
|
P
|
NP
|
P
|
P
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
5
|
8
|
25-feb-13
|
NP
|
Presente
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
4
|
9
|
26-jul-14
|
NP
|
Presente
|
NP
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
3
|
10
|
28-jul-14
|
NP
|
Presente
|
NP
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
3
|
11
|
15-oct-14
|
NP
|
Presente
|
NP
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
3
|
12
|
08-feb-15
|
NP
|
Presente
|
NP
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
3
|
13
|
06-ago-15
|
NP
|
Presente
|
NP
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
3
|
14
|
09-ago-15
|
NP
|
Presente
|
NP
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
3
|
15
|
08-sep-15
|
NP
|
Presente
|
NP
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
3
|
16
|
13-sep-15
|
NP
|
Presente
|
NP
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
3
|
17
|
07-feb-16
|
NP
|
Presente
|
NP
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
3
|
18
|
09-ago-16
|
NP
|
Presente
|
NP
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
3
|
19
|
07-oct-16
|
NP
|
Presente
|
NP
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
3
|
20
|
21-ene-17
|
NP
|
Presente
|
NP
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
3
|
21
|
24-ene-17
|
NP
|
Presente
|
NP
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
3
|
22
|
06-feb-17
|
NP
|
Presente
|
NP
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
3
|
23
|
16-feb-17
|
NP
|
Presente
|
NP
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
3
|
24
|
28-jun-17
|
NP
|
Presente
|
NP
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
3
|
25
|
18-nov-17
|
NP
|
Presente
|
NP
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
NP
|
NP
|
3
|
26
|
19-dic-17
|
NP
|
Presente
|
NP
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
P
|
P
|
NP
|
NP
|
5
|
27
|
19-mar-18
|
NP
|
Presente
|
NP
|
NP
|
P
|
NP
|
P
|
P
|
P
|
NP
|
P
|
5
|
28
|
21-oct-19
|
P
|
Presente
|
NP
|
NP
|
NP
|
P
|
P
|
P
|
P
|
NP
|
NP
|
4
|
Lo que se encontró en el suelo
En la Tabla 2 se enlistan las fechas de las imágenes con las áreas en las que se observaron las
alteraciones en el suelo, las cuales son: San Miguel A, San Miguel, San Gabriel B,
Futura Ampliación, San Pedro D, San Pedro B, San José D, San Bernardo C, y una sección
que no aparece nombrada en el mapa de la página web, pero se ubica a un costado de
San Gabriel B y para fines prácticos denominaremos esta área Ampliación exterior.
En cada una de estas áreas, se dibujaron los contornos de dichas alteraciones, las
cuales se presentan en forma circular, ovaladas, redondas, rectangulares y muchas
parecen montículos. En cinco de las nueve áreas en las que se encontraron modificaciones
constantes en el suelo, se concentra la mayor cantidad de alteraciones de tierra:
San Miguel A, San Gabriel B, Futura Ampliación, San José D y San Pedro D (Figura 6).
Figura 6
Modificaciones del Panteón Jardín de los Ángeles, entre los años 2002 y 2019.
Fuente: Elaboración propia con base en Google Earth.
La columna derecha de la tabla suma la presencia de áreas con alteraciones en cada
fecha registrada, las más frecuentes se encuentran entre los años 2010 a 2012, así
como al finalizar el año 2017 y en el registro del 2018. Este resultado del periodo
2010 al 2012 coincide con lo reportado por Correa-Cabrera (2018), como el más violento de Tamaulipas por la pugna entre cárteles.
La presencia de estas inusuales formas, no vistas en ninguno de los otros cementerios
actualmente en uso, obliga a preguntarse, ¿cuál es su razón de ser?, entre algunas
respuestas podríamos hipotetizar el crecimiento del cementerio, tomando en consideración,
que, aunque es privado, es el más grande del municipio y posiblemente sea el preferido
por los pobladores para el enterramiento de los fallecidos. Por lo que esta demanda
de fosas para los enterramientos provocaría grandes movimientos de tierra dispuestos
en montículos, para la elaboración de fosas individuales de reciente ocupación.
Una segunda hipótesis es que sea este el lugar de destino de los cadáveres no identificados
del municipio, es decir, la presencia de fosas comunes. Es preciso mencionar que Nuevo
Laredo es la única de las cuatro entidades con el mayor registro de personas desaparecidas,
que no cuenta con servicio médico forense (Semefo), a pesar de haber anunciado su
construcción en el año 2014 y en el 2020 (Jonguitud 2020; Notimex 2014). Por lo cual no parece inusitado que el municipio concesione el servicio de enterramientos
de individuos no identificados al Panteón Jardín de los Ángeles.
Sin embargo, para respaldar alguna de estas hipótesis es preciso continuar la segunda
etapa de investigación, la cual considera el análisis minucioso de cada una de las
formas y el tamaño de las alteraciones registradas en cada transición temporal.