Journal of Behavior, Health & Social Issues Vol. 14, Núm. 2 (2022) pp. 23-34

DOI: http://dx.doi.org/10.22201/fesi.20070780e.2022.14.2.80401

Journal of Behavior, Health & Social Issues



Demanda hipotética de cigarros convencionales y electrónicos en una muestra de fumadores mexicanos

Hypothetical demand for conventional and electronic cigarettes: a sample of Mexican smokers


Miguel Ángel Pérez González1, Jennifer Lira Mandujano1, Sara Eugenia Cruz Morales1 y Raúl Ávila Santibáñez2

  1. FES-Iztacala, UNAM,

  2. Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México

Dirección postal: Avenida de los Barrios #1, Col. Los Reyes Iztacala, Tlalnepantla, Estado de México, C.P. 54090.

Correo primer autor: mg.1333z@gmail.com


Recibido: 5 de diciembre 2021; Aceptado: 15 de marzo 2022



Resumen


La economía conductual evalúa la eficacia relativa de reforzamiento de nicotina mediante tareas de compra hipotética de ciga- rros. Esta variable es considerada una diferencia individual que predice cambios en el consumo a lo largo del tiempo. Una curva de demanda de cigarros clasifica el grado en que el consumo es insensible al incremento del precio (elasticidad), así como la interacción entre productos cualitativamente distintos como el cigarro convencional y cigarro electrónico. Se administraron tareas de compra a 38 fumadores que consumían en promedio ocho cigarros por día, se examinó el nivel de ajuste del consumo de cigarros al modelo exponencial de la demanda. Se evaluaron los productos por separado y la demanda cruzada. El promedio de cigarros reportado mostró un adecuado ajuste al modelo exponencial (R2 = .99). La demanda cruzada de cigarros electrónicos fue de 0.0026 (sustitución), sin embargo, no fue significativa. Los índices de demanda fueron predictores del patrón de consumo y puntaje de dependencia a la nicotina. Se concluyó que la preferencia de cigarros electrónicos depende de su disponibilidad y precio en relación con los cigarros convencionales. Los índices de demanda son variables importantes para el entendimiento del consumo de sustancias y el mantenimiento de la adicción.


Palabras clave: economía conductual, cigarro electrónico, sustituibilidad, elasticidad, consumo de cigarrillos.


Abstract


Behavioral economics assesses the relative efficacy of nicotine reinforcement using hypothetical cigarette purchase tasks. This variable is considered an individual difference that predicts changes in consumption over time. A cigarette demand curve classifies the degree to which consumption is insensitive to price increases (elasticity), as well as the interaction between qualitatively different products such as conventional cigarettes and electronic cigarettes. Purchase tasks were administered to 38 smokers who consumed an average of eight cigarettes per day, and the level of fit of cigarette consumption to the exponential model of demand was examined. Separate products and cross-demand were evaluated. The average number of cigarettes reported showed an adequate fit to the exponential model (R2 = .99). The cross-demand for electronic cigarettes was 0.0026 (substitution), however, it was not significant. Demand indices were predictors of the consumption pattern and nicotine dependence score. It was concluded that the preference of electronic cigarettes depends on their availability and price in relation to conventional cigarettes. Demand indices are important variables for understanding substance use and addiction maintenance.


Key words: behavioral economics, electronic cigarette, substitutability, elasticity, cigarette consumption.


Investigación realizada gracias al apoyo 720445 con número de becario 770947, otorgado al primer autor para realizar estudios de Doctorado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT).

Introducción


Entre las estrategias que las personas eligen cuando quieren dejar de fumar se encuentra el uso de dispositivos electrónicos que liberan nicotina, cigarros electrónicos. Estos dispositivos constan de un tubo de plástico y una resistencia que calienta eléctricamente una solución líquida (usualmente con concentraciones variadas de nicotina, propilenglicol, gli- cerina vegetal y aromatizantes), de manera que se produce un aerosol que el usuario puede inhalar (Gómez-Restrepo et al., 2019; Soule et al., 2016). El cigarro-e ha incrementado su popularidad en la población de fumadores que quieren dejar de fumar y que ven en estos una alternativa que podría dis- minuir su consumo de cigarros, pero que a su vez les permite seguir consumiendo nicotina a pesar de que no necesaria- mente sea igual de reforzante o placentero que un cigarro convencional (Malas et al., 2016; St.Helen et al., 2020). En México se estima que más de cuatro millones de adultos lo han utilizado por lo menos alguna vez en la vida, mientras que el número de personas que lo consumen actualmente ascien- de a 816 mil (Reynales-Shigematsu et al., 2017). Desde su aparición en el mercado en 2006 el uso del cigarro electrónico se ha extendido en la población de fumadores, mientras que algunos lo han utilizado únicamente para experimentar, otros usuarios lo utilizan de forma recreativa (Soule et al., 2018).

Un metaanálisis realizado por Kalkhoran y Stanton (2016), señaló que el uso de cigarro-e se relacionaba con me- nos probabilidades de lograr la abstinencia, lo que contrasta con otros resultados respecto de que el cigarro-e se relaciona con mayores tasas de abstinencia. Estos hallazgos, además de agregar elementos al debate internacional actual sobre la utilidad del cigarro-e, también abren un debate sobre sus efectos nocivos y/o terapéuticos (Brown et al., 2014; Glasser et al., 2017; Hajek et al., 2019; Zawertailo et al., 2017).

Wills y Sargent (2017) sugirieron que una conclusión recurrente para no recomendar su uso es que el cigarro-e no solo mantiene el uso de cigarros convencionales, sino que incluso lo aumenta. La explicación parece relacionarse con los mecanismos de utilización del dispositivo y con las si- militudes conductuales entre ambos productos. Actualmente muchas organizaciones de salud no recomiendan el uso de cigarro-e debido a la falta de evidencia concluyente respecto a los beneficios y efectos adversos que provoca en el orga- nismo, su eficacia para dejar de fumar y principalmente por el creciente número de reportes sobre hospitalizaciones de personas con historial de uso de estos dispositivos (Comité Nacional para la Vigilancia Epidemiológica [CONAVE], 2019; Hartmann-Boyce et al., 2016).

Una manera de estudiar el fenómeno del cigarro-e es a partir de los principios generales de la economía conduc- tual, estos proporcionan un marco de referencia importante para el análisis de la conducta de consumo de sustancias psicoactivas y la preferencia de productos de consumo como el tabaco (Hursh & Silberberg, 2008; Hursh & Roma, 2013).

Sobre ello, Kagel et al. (1981) retomaron la teoría de la de- manda del consumidor la cual se enfoca en la relación entre el precio de algún producto y su demanda. Específicamen- te se encarga del estudio de la estructura de elecciones de productos que los consumidores llevan a cabo cuando se les confronta con una variedad de precios y restricciones en cuanto al nivel de gasto disponible. En la economía conduc- tual se reconoce la relatividad de la naturaleza de los refor- zadores, mismos que son dependientes del contexto, de la presencia de otros reforzadores y de las contingencias am- bientales de la conducta (Green y Freed, 1993; Thompson, 2013). De acuerdo con Schwartz et al. (2016), los estudios económicos en humanos han mostrado que la preferencia por un reforzador no solo varía en función del precio de este, sino también en función de otros factores como la sustituibili- dad entre reforzadores. Green y Freed (1993) explicaron que, además de las similitudes que dos productos pueden tener, una definición de sustituibilidad debe contemplar la función de los productos ya que una conducta está influenciada no solo por los reforzadores contingentes con ella, sino también por otros reforzadores presentes en la situación.

En términos económicos, la interacción entre dos bie- nes de consumo se define por el grado en que el incremento en el precio de uno lleva a un consumo mayor del otro pro- ducto (sustitución). Si el consumo de un reforzador disminuye con el incremento en el precio de otro, entonces el primero es complemento del otro (Hursh, 1993; Hursh et al., 2013). Por su parte, Bentzley et al. (2013) señalan que los reforzadores alternativos para alguna droga suelen ser de interés para el tratamiento de consumo de sustancias. Las curvas de deman- da son particularmente útiles para el análisis de las interaccio- nes entre las drogas y otros reforzadores. Este análisis permite comparar la eficacia de reforzamiento de diferentes productos y detectar cambios en el valor de las drogas a lo largo del tiem- po, y su correlación con aspectos clínicamente relevantes de la adicción; como la motivación para el cambio, patrón de consu- mo y el nivel de dependencia (MacKillop et al., 2018).

-αQ0C

Hursh y Silberberg (2008) propusieron la ecuación exponencial de la demanda para el modelamiento de las curvas de demanda y como fundamento métrico del va- lor esencial de los reforzadores o fuerza de reforzamiento: log10Q = log10 Q0 + k(e – 1), donde Q = es el consumo a un determinado precio; Q0 = el consumo máximo; k = es una constante que denota el rango de la variable dependiente en unidades log10; c = es el costo (precio) y α = el parámetro de elasticidad que refleja la disminución del consumo a través del incremento del costo. Este modelo se planteó como uno descriptivo y permite generar la curva de demanda de cual- quier bien de consumo y así determinar qué tan sensible es el consumo ante el incremento del precio. En el caso de la elasticidad cruzada, esta se refiere a la pendiente de la fun- ción que relaciona el consumo de un producto a un precio fijo con los cambios en el precio de otro producto (Hursh & Roma, 2013; Smith et al., 2014).

Bruner y Johnson (2014) mencionan que en los es- tudios de laboratorio las curvas de la demanda suelen gene- rarse modelando el precio con programas de razón fija. Sin embargo, se ha recurrido a las tareas hipotéticas de com- pra de drogas pues suponen una alternativa en términos del costo-beneficio. Estas tareas son descritas como cuestio- narios que preguntan a los participantes sobre su compor- tamiento en situaciones hipotéticas y en las que se emplea el precio expresado como el valor monetario en lugar de cri- terios de respuesta de algún programa de razón fija. Roma et al. (2016) sostienen que las tareas hipotéticas de compra han mostrado validez y confiabilidad a pesar de no medir en vivo la conducta de consumo de sustancias. Y reflejan la relación cuantitativa entre la demandada de cigarros y el incremento de precio, asimismo generan índices sobre la eficacia o fuerza de reforzamiento tales como la intensidad que se refiere a la cantidad consumida de un producto a un precio de cero, el precio en que la demanda de un producto es elástica (Pmax ) , la cantidad máxima de dinero gastado en la compra del producto (Omax ) , y el punto de quiebre que es el precio que suprime el consumo de un producto a un nivel de cero (MacKillop et al., 2015).

Recientemente, González-Roz et al. (2019) conduje- ron un metaanálisis para estimar las asociaciones entre la demanda de cigarro, el consumo de tabaco y la dependencia a la nicotina al utilizar tareas hipotéticas de compra, se en- contró que de 23 estudios todos los índices de la tarea corre- lacionaron significativamente con la conducta de fumar. Los autores concluyeron que el uso de los índices de la demanda dentro de los contextos clínicos podría ofrecer la posibilidad de caracterizar perfiles de pacientes de acuerdo con diferen- tes niveles de demanda.

Con respecto a la interacción de reforzadores, se ha demostrado la superioridad del cigarro electrónico en compa- ración con el chicle de nicotina para disminuir el consumo de tabaco. En una investigación de Johnson et al. (2017), se ins- truyó a fumadores de cigarro convencional y electrónico para responder a tareas de compra. Se encontró que la compra de bocanadas de cigarros convencionales de la marca de pre- ferencia disminuyó al incrementar su precio unitario y estar concurrentemente disponible el cigarro electrónico a un precio fijo. Los autores concluyeron que el cigarro electrónico puede ser un reforzador sustituto de los cigarros convencionales.

El estudio de Snider et al. (2017) evaluó la elastici- dad cruzada de cigarros convencionales y cigarro electrónico dentro de una tarea conductual con diferentes condiciones de precio unitarios, los participantes tuvieron una mayor deman- da del cigarro electrónico. Además, los participantes que ya utilizaban el cigarro electrónico reportaron mayores intencio- nes de dejar de fumar en comparación con los participantes que consumían cigarros convencionales.

En el caso de la población de fumadores mexicanos se requiere explorar y hacer un análisis económico de la de- manda del cigarro electrónico, pues si bien los fumadores no

se caracterizan por presentar un patrón de consumo tan ele- vado, los datos en México señalan que existe un aumento en cuanto al número de consumidores que están adoptando la utilización de estos dispositivos de manera cotidiana. Por lo tanto, el objetivo general de este estudio fue examinar el nivel de ajuste del consumo de tabaco al modelo exponen- cial de la demanda y calcular los índices de la demanda mediante tareas hipotéticas de compra de cigarros conven- cionales y cigarros electrónicos. En particular, se determinó la asociación entre los índices de la demanda y las variables de consumo de tabaco; número de cigarros por día y el pun- taje de dependencia.

Método Participantes

Se recabaron datos de una muestra de fumadores residentes de la Ciudad de México quienes participaron de manera voluntaria. Se consideró a fumadores de tabaco con un patrón de consumo diario, definidos en el Convenio Marco para el Control de Tabaco (CMCT) de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2015) como aquellos que fuman cualquier producto de tabaco al menos una vez al día. Y fumadores ocasionales, aquellos que fuman, pero no todos los días. In- cluyen: reductores (personas que solían fumar a diario, pero que ahora no fuman todos los días), ocasionales continuos (personas que nunca han fumado a diario, pero que han fu- mado 100 o más cigarros en su vida y ahora lo hacen oca- sionalmente) y experimentadores (personas que han fumado

<100 cigarros en su vida y ahora fuman de vez en cuando).


Aparatos y materiales

Computadora personal, laptop o celular con acceso a internet.

Tareas de compra hipotética de cigarros en línea.

Test de Fagerström para la Dependencia a la Nicotina (Heatherton et al., 1991; Lira-Mandujano et al., 2017), el cual cuenta con seis reactivos y mientras mayor sea la puntuación total, más elevada es la dependencia física a la nicotina.


Procedimiento


El diseño del estudio fue de tipo transversal, los par- ticipantes recibieron una sola invitación vía correo electróni- co para la plataforma Google Formularios y así responder a los cuestionarios y tareas hipotéticas. Al inicio se presentó un consentimiento de participación en la investigación y poste- riormente se recabaron datos sociodemográficos (nivel edu- cativo, edad, sexo, ocupación). También se recolectaron da- tos sobre el consumo de tabaco con la administración del Test de Fagerström para la Dependencia a la Nicotina, posterior- mente, los participantes contestaron tres tareas de compra de cigarros con el objetivo de conocer el consumo estimado de cigarros en un día típico y se modelaron las curvas de la

demanda de cigarros convencionales y de cigarro electrónico por separado, así como la demanda cruzada. Las tareas se consideraron como un auto reporte para la evaluación de la eficacia relativa de reforzamiento de la nicotina, los datos ob- tenidos permitieron generar una curva de la demanda la cual refleja una relación cuantitativa entre la demanda de cigarros y el incremento escalonado del precio (MacKillop et al., 2015). Los precios se adaptaron de acuerdo con el costo de cigarros del mercado mexicano al momento de la investiga- ción, y las instrucciones para la tarea de compra se adaptaron

a partir de las utilizadas por MacKillop et al. (2008):

“Imagine un DÍA TÍPICO en el que fuma. En las si- guientes preguntas se pide que responda CUÁNTOS cigarros fumaría si costaran diferentes cantidades de dinero cada uno. Los cigarros disponibles son de su marca favorita. Asuma que tiene a su disposición el mismo ingreso/ahorros que tiene ahora y NO TIENE ACCESO a otros cigarros o productos de nicotina aparte de los que se le ofrecerán a estos precios. Además, asuma que va a fumar los cigarros que usted com- pre en ese día, NO puede guardar o apartar cigarros para otro día. Por favor responda las siguientes preguntas de la mane- ra más honesta anotando la cantidad con número”.

Los precios se incrementaron gradualmente de acuerdo con el precio unitario del mercado actual. Los parti- cipantes contestaron a la siguiente pregunta: ¿Cuántos ciga- rros fumaría si cada uno de ellos costara   ? se evaluaron 19 precios: cero (gratis), $2, $5, $7, $9, $10, $15, $20, $25,

$30, $35, $40, $45, $50, $75, $100, $150, $200 y $250. La

presentación de los precios se llevó a cabo en ese orden.

Para la tarea de compra de cigarro-e se emplearon las mismas instrucciones y precios, con la diferencia de que se agregó la indicación de asumir que 10 bocanadas o “va- peadas” equivalen a un cigarro electrónico, esto con el fin de equiparar ambos productos (cigarros convencionales y ciga- rro-e) y evitar los problemas relacionados con la variabilidad que trae consigo el cigarro-e en cuanto al número de vapea- das/bocanadas.

Finalmente, en la tarea de la demanda cruzada para realizar la comparación de la demanda de cigarros conven- cionales y evaluar su sensibilidad al incremento del precio cuando se encontraba concurrentemente disponible un se- gundo producto (cigarro-e) a un precio unitario fijo, se propor- cionaron las mismas instrucciones y precios que en la primera y segunda tarea, pero se indicó que los cigarros electrónicos se mantendrían a un precio de $5 en todas las preguntas, de manera que podían comprar uno de los productos o ambos. En las tres tareas se mostraron imágenes de los productos a evaluar, con el fin de que los participantes lo tuvieran pre- sente a la hora de contestar y para que aquellos que nunca habían utilizado un cigarro electrónico lo pudieran diferenciar del cigarro convencional. Se agradeció la participación en la investigación y se solicitaron datos de contacto por si estaban interesados en acudir a una intervención psicológica para de- jar de fumar.

Las respuestas a las tareas de compra se almacenaron en una base de datos y el modelamiento de las curvas de de- manda se realizó en el programa Graph Pad Prism 8 para obte- ner los siguientes índices: 1) intensidad: la cantidad consumida de un producto a un precio de cero, 2) Omax: la cantidad máxima de dinero gastada en los cigarros, 3) Pmax: el precio en el que la demanda se vuelva elástica y 4) punto de quiebre: es el precio que suprime el consumo de un producto a un nivel de cero. Los análisis estadísticos posteriores se realizaron en el programa IBM SPSS Statistics 25 para obtener la demanda cruzada que refiere a la pendiente de la función que relaciona el consumo de un producto a un precio fijo con los cambios en el precio de otro producto. También se hicieron regresiones múltiples para exa- minar el nivel de asociación y predicción entre los índices de la demanda y las variables de consumo de tabaco (patrón de con- sumo, puntaje de dependencia).


Resultados


Características de los participantes


Participaron 26 hombres y 12 mujeres con una me- dia de edad de 35.5 años (DE = 10.8 años), y con nivel de escolaridad de preparatoria (36.8%), licenciatura (23.7%),

secundaria (21.1%), técnico (10.5%) y maestría (7.9%). En cuanto a la ocupación, el 78.9% era trabajador, 13.2% estu- diaba y trabajaba, 5.3% estudiaba y solo el 2.6% no realizaba ninguna actividad. El 73.7% mostró un nivel de dependencia baja, el 18.4% dependencia media y solo el 7.9% presentó dependencia alta. La media de consumo de cigarros por día fue de 8 (DE = 7.6), mientras que la media de años fumando regularmente fue de 14.5 (DE = 9.7). En cuanto a los intentos para dejar de fumar, el 55.3% lo había intentado en los últi- mos 30 días. Asimismo, el 26.3% de los participantes reportó haber utilizado un cigarro-e por lo menos una vez en la vida, mientras que el 73.7% nunca lo había hecho.


Análisis económico de la demanda


El modelamiento de las curvas de la demanda se reali- zó siguiendo los lineamientos de Hursh y Silberberg (2008) me- diante una plantilla para el cálculo de la demanda exponencial, en la que se introducen los precios y el consumo reportado por cada participante. Así, se obtuvo un valor de R2 el cual refleja el porcentaje de varianza explicado por la ecuación. Debido a la transformación logarítmica que se lleva a cabo, y que el mode- lo exponencial no trabaja adecuadamente con valores de cero, para el caso de no consumo se cambiaron los valores de cero a valores de 0.1 para permitir la transformación de los datos.

En la primera tarea de compra de cigarros convencio- nales los datos de tres participantes se descartaron debido a que no contestaron de manera sistemática y no había dismi- nución en el consumo a pesar del incremento de precio. Por lo tanto, el modelamiento de la demanda se realizó con datos de

35 participantes y se calcularon los índices y el ajuste al mode- lo exponencial. En la Figura 1 se muestra el consumo estimado de cigarros por día en función del precio de estos. Se encontró que el consumo de cigarros y el nivel de ajuste del modelo fue adecuado (R2 = 0.99), que es muy superior al criterio sugerido en estudios previo (R2 .30) (Murphy et al., 2011).


Figura 1. Demanda exponencial de cigarros convencionales.


Respecto a la segunda tarea, en la Figura 2 se mues- tra la demanda de cigarros-e en función de su precio, solo 20 participantes respondieron a la tarea de compra de cigarros electrónicos. Las respuestas de los 18 participantes restantes se descartaron debido a que mostraron nula demanda de ci- garros-e y, por lo tanto, no se contó con datos suficientes para realizar el modelamiento de la demanda de este producto. Como en el caso de los cigarros convencionales, se encontró un ajuste adecuado de los datos (R2 = 0.99).


Figura 2. Demanda exponencial de cigarros electrónicos.

En la Figura 3 se muestra la comparación de la de- manda de ambos productos solo con los 20 participantes cu- yos datos se ajustaron con los dos tipos de cigarros.


Figura 3. Demanda exponencial de dos tipos de cigarros.


Para el cálculo de la elasticidad cruzada se llevó a cabo un análisis de regresión en el que se ajustó a la pen- diente de la línea de regresión el consumo del reforzador sus- tituto con transformación logarítmica contra el precio de los cigarros convencionales con transformación logarítmica. En la Figura 4 se muestran las medias del consumo de cigarros convencionales y cigarros-e cuando se encontraban concu- rrentemente disponibles para comprar. Se encontró que, el valor de β fue positivo (0.026) y hubo consumo del reforzador sustituto junto con la disminución del reforzador manipulado.


Figura 4. Demanda cruzada de cigarros electrónicos.


En cuanto a la interacción entre reforzadores (cigarros convencionales y cigarros-e), además de modelar la deman- da cruzada global esta se realizó también de forma individual; es decir, se modeló la demanda cruzada de cada participante. La interacción entre ambos reforzadores se clasificó como de sustitución para el 23.7% de los participantes pues la pen- diente fue positiva para el producto con precio unitario fijo, esto quiere decir que el consumo de cigarros electrónicos aumentó conforme el precio de los cigarros convencionales incrementó; sin embargo, solo tres participantes alcanzaron un valor superior a 0.20 el cual indica sustitución significativa. Para el 28.9% de los participantes el consumo de ambos pro- ductos fue independiente, la pendiente de la curva fue igual a cero por lo que el consumo de cigarro electrónico se mantuvo

sin cambios a pesar del incremento del precio del otro cigarro. Finalmente, el 47.4% de los participantes no mostró demanda de cigarro electrónico.

En las correlaciones de Pearson (ver Tabla 1) se ob- servaron asociaciones entre aquéllos índices que reflejan la sensibilidad de la demanda ante el incremento de precio: pun- to de quiebre, elasticidad, gasto máximo (Omax) y el precio en

el cual la demanda se volvió elástica (Pmax); sin embargo, los

únicos índices que no se asociaron significativamente entre sí

fueron (Pmax) y el punto de quiebre. En cuanto al puntaje de dependencia y patrón de consumo, estos se asociaron con todos los índices de la demanda, excepto en el caso del punto de quiebre y el patrón de consumo.


Tabla 1. Correlaciones entre los índices de la demanda y las variables de consumo de tabaco.


Variable

1

2

3

4

5

6

7

1. Patrón de consumo

1







  1. Dependencia


  2. Omax

.612**


.481**

1


.496**


1





4. Intensidad

.782**

.622**

.410*

1




5. Elasticidad

-.476**

-.481**

-.961**

-.424*

1



6. Punto de quiebre

.304

.386*

.945**

.210

-.912**

1


7. Pmax

-.428*

-.352*

-.335*

-.612**

.533**

-.249

1

**p < 0.01


*p< 0.05










Posteriormente se realizó un análisis de regresión múltiple para examinar la mejor combinación lineal de los ín- dices de la demanda para la predicción del patrón de consu-

Tabla 2. Análisis de regresión múltiple para intensidad, elas- ticidad y Pmax.

mo. Al introducir en el modelo la elasticidad y Omax se encon-                 

tró colinealidad entre ambas variables, por lo que se decidió solo introducir la elasticidad junto con intensidad y Pmax. Estas variables predijeron significativamente el patrón de consumo

de cigarros, F (3,31) = 19.65, p < .001, contribuyendo signi- ficativamente solo la intensidad de acuerdo con los valores de beta en la Tabla 2. Este resultado indica que el consumo de cigarros reportados cuando se encuentran disponibles de manera libre es una variable importante para la predicción del patrón de consumo. El valor de R2 ajustado fue de .62 lo que significa que el 62% de la varianza del patrón de consumo fue explicado por el modelo; este resultado se considera un efecto grande.

Variable B Error estándar β


Constante

-3.142

3.033


Intensidad

3.882

.660

.000**

Elasticidad

-762.68

403.96

.068

Pmax

1.504

1.174

.210

Nota. R2 = .65; F (3,31) = 19.65, p < .001


**p < 0.01

Finalmente, se llevó a cabo otro análisis de regresión múltiple para el puntaje de dependencia. La mejor combi- nación lineal de los índices de la demanda consistió en la intensidad, el punto de quiebre y Pmax dado que predijeron significativamente el puntaje de dependencia, F (3,31) = 8.83, p < .001, con dos de las tres variables contribuyendo signifi- cativamente a la predicción. Los valores de beta en la Tabla 3 sugirieron que el consumo de cigarros reportados cuando se encuentran disponibles de manera libre contribuye más a la predicción, y entre más difícil resulte suprimir la demanda de cigarros convencionales mediante el incremento de su precio unitario, mayor será el nivel de dependencia. El valor de R2 ajustado fue de .40, indicando que el 40% de la varianza del puntaje de dependencia fue explicado por el modelo, siendo esto un efecto grande.


Tabla 3. Análisis de regresión múltiple para intensidad, punto de quiebre y Pmax.

Si bien no se encontró evidencia significativa de sus- titución entre un reforzador y otro en la tarea de demanda cru- zada, los resultados obtenidos concuerdan con lo reportado en otras investigaciones en las cuales los fumadores muestran demanda de cigarros electrónicos a pesar de que no los hayan utilizado, es decir, se encuentran interesados en dicho produc- to (Johnson et al., 2004; Snider et al., 2017). En la economía conductual se enfatiza el papel que desempeñan las variables ambientales sobre la demanda de un producto, siendo de uti- lidad probar escenarios o situaciones en los que existe restric- ción en cuanto al gasto/acceso a ciertos bienes de consumo como los cigarros convencionales, por lo que las tareas hipoté- ticas de compra suponen una alternativa costo-beneficio para estudiar su demanda (Bruner & Johnson, 2014; Kagel et al., 1981; Johnson et al., 2017), incluso cuando su aplicación se lleve a cabo de forma electrónica como ocurrió en este estudio y como ya ha sido demostrado (O’Connor et al., 2014).

De acuerdo con los datos obtenidos de esta inves- tigación, los fumadores consideraron a los cigarros-e como

una alternativa a consumir pues al realizar el modelamiento

Variable B

Error estándar β

de la demanda cruzada se observó una interacción de susti-

tución entre los cigarros convencionales y los cigarros-e. En

Constante -2.558

Intensidad 1.134

Punto de quiebre .582

Pmax .302

1.646


.304


.284


.511


.001**


.049*


.559

la curva fue posible notar un incremento o mantenimiento de la demanda de cigarro electrónico sobre todo si su precio uni- tario era menor y se mantenía fijo en relación con el precio de los cigarros convencionales como otros autores han señalado (Heckman et al., 2019a; Johnson et al., 2017; Snider et al., 2017). Cabe señalar que, a pesar de que se obtuvo un valor positivo de la elasticidad cruzada, este no se puede conside-

rar como un dato concluyente de sustitución de los cigarros

Nota. R2 = .46; F (3,31) = 8.83, p < .001


**p < 0.01


*p < 0.05


Discusión


El objetivo del presente estudio fue examinar el nivel de ajuste del consumo de tabaco al modelo exponencial de la demanda y calcular los índices de la demanda mediante tareas hipotéticas de compra de cigarros convencionales y cigarros electrónicos en una muestra de fumadores. Así como examinar el grado de asociación y predicción de los índices con las variables de consumo de tabaco (patrón de consumo y puntaje de dependencia).

El modelo exponencial de la demanda resultó ade- cuado para obtener los índices de la demanda de cigarros convencionales y de cigarros electrónicos, el nivel de ajuste fue de R2 ≥ .30 como recomiendan Murphy et al. (2011), lo que da cuenta de la utilidad de estas mediciones que se conside- ran fundamento del valor esencial o fuerza de reforzamiento de los cigarros que se plantea desde la economía conductual.

convencionales por los cigarros electrónicos. O’Connor et al. (2014) explican que para dar cuenta de una sustitución sig- nificativa el valor de la elasticidad cruzada tendría que ser > 0.20, situación que solo ocurrió para tres de los participantes.

Se recomienda tener en consideración los datos sobre la demanda hipotética de cigarros convencionales y cigarros-e presentados en este estudio debido a que, al no estar oficialmente comercializados en México, no se cuenta con datos acerca de las ventas de cigarros-e, ni se conoce el efecto que el incremento en los impuestos a estos productos pudiera tener sobre el comportamiento de los consumidores como sí sucede en otros países. El no haber encontrado sus- titución significativa en las tareas hipotéticas señala que el uso de cigarro-e aún no se encuentra tan extendido entre los participantes de este estudio. Sin embargo, datos de países en los que existe un mercado regulado de cigarro-e seña- lan que ambos tipos de cigarro son sustitutos económicos. Stoklosa et al. (2016) analizaron las ventas de cigarro-e en diversos países de la Unión Europea (Estonia, Irlanda, Latvia, Lituania, Suecia y el Reino Unido), en sus análisis resaltan la sensibilidad del consumo de cigarros-e ante el incremento del precio. Así como una asociación positiva entre el incremento del precio de cigarros convencionales y el aumento de las ventas de cigarros-e.

Por su parte, Pesko et al. (2020) emplearon datos en- tre 2011 y 2018 de Estados Unidos, en este estudio también se estableció la interacción de sustitución entre ambos pro- ductos pues encontraron que el incremento en los impuestos del cigarro convencional aumentó la probabilidad de que los adultos comenzaran a utilizar el cigarro-e. Y a su vez el incre- mento en los impuestos al cigarro-e también se vio reflejado en un mayor consumo de cigarro convencional.

Más recientemente, Cotti et al. (2021) analizaron las ventas de cigarros-e entre 2013 y 2019 en Estados Unidos y encontraron una elasticidad cruzada de 0.5, lo que represen- ta evidencia sobre la sustituibilidad entre cigarros convencio- nales y cigarros-e.

En cuanto a las tareas en las que se evaluaron los productos de forma separada, se observó mayor demanda de cigarros convencionales en comparación con la demanda de cigarros electrónicos. Sin embargo, al revisar las dos curvas de la demanda los datos de los participantes mostraron un valor de α igual (elasticidad). Este último resultado indica que aquellos fumadores que reportaron demanda de los dos tipos de cigarros respondieron de manera similar y mostraron la misma sensibilidad ante el incremento del precio unitario de ambos productos. Este dato difiere con lo encontrado por Hec- kman et al. (2019a) al aplicar una tarea de compra hipotética en los Países Bajos, pues el valor esencial de cigarros con- vencionales fue significativamente diferente en comparación con el de cigarros-e, lo que quiere decir que los participantes valoraron más los cigarros convencionales. Esta discrepancia podría ser explicada por la falta de conocimiento o experien- cia con el cigarro-e de los fumadores mexicanos, ya que solo una cuarta parte de los participantes los había consumido en comparación con el uso más extendido en los Países Bajos.

En el caso de la elasticidad de la demanda de ciga- rros convencionales, esta fue de 0.0031 lo que indica que a lo largo de los precios evaluados hubo gran demanda a pesar del incremento de precio, estos resultados son comparables con los de Heckman et al. (2019b) pues aplicaron una tarea de compra hipotética de cigarros convencionales en Austra- lia, Canadá, Inglaterra y Estados Unidos y reportaron valores de elasticidad de entre 0.031 y 0.094, lo que señala la persis- tencia en el consumo a pesar del incremento del precio. Cabe señalar que en dicho estudio solo se contemplaron ocho pre- cios en comparación con los 19 precios evaluados con los fumadores mexicanos, en la literatura se recomienda evaluar un rango alto de precios pues ello permite captar de manera más adecuada la demanda del producto. Aun así, los datos de ajuste en las curvas de demanda también fueron similares con los presentados aquí pues se reportó una R2 de 0.99.

Respecto a la asociación entre los índices de la de- manda de cigarros convencionales y las variables de con- sumo, en los análisis de regresión se obtuvieron resultados similares a los de Murpy et al. (2011), donde Omax (gasto máximo), la intensidad de la demanda (consumo máximo a un precio de cero), la elasticidad (sensibilidad del consumo

ante el incremento de precio) y el punto de quiebre (el precio en el que se suprime el consumo) fueron los que más clara- mente se asociaron con el patrón de consumo y el puntaje de dependencia. Y destaca la asociación negativa entre la elas- ticidad con dichas variables, dato que es igual a lo reportado por Mackillop et al. (2015), lo que indica que los fumadores que más consumen y que presentan mayor dependencia son menos sensibles al incremento del precio de cigarros.

Las asociaciones encontradas son relevantes pues en un estudio reciente de Zavala-Arciniega et al. (2021), se encontró que los usuarios mexicanos con patrón de consu- mo dual (cigarro-e y cigarro convencional) tuvieron un perfil de riesgo más elevado dado que presentaban mayor depen- dencia al cigarro. Por otro lado, se sabe ampliamente que el consumo de cigarros convencionales depende de una gran cantidad de factores, por ejemplo, Ferrel et al. (2016) resaltan algunos de tipo psicosocial que incluyen la presión social, una familia disfuncional y la falta de habilidades sociales. Ahora bien, otras líneas de investigación señalan la importancia de factores protectores que impidan o retrasen la realización de la conducta de riesgo, Andrade et al. (2017) sostienen que, en población juvenil que no ha consumido sustancias como alco- hol, tabaco y drogas, hay una mayor presencia de fortalezas externas en comparación con los que sí han consumido. En el caso del cigarro-e aún es necesario continuar explorando cuáles son los factores protectores y de riesgo involucrados. Además, es de especial interés conocer cómo se desarrolla la conducta de vapear en personas que nunca han probado un cigarro convencional y que no tienen intención de hacerlo, pero que sí muestran atracción hacia dispositivos como el cigarro-e. Los hallazgos de este estudio aportan evidencia acer-

ca de la utilidad que podría tener el marco conceptual y la fun- damentación métrica de la que parte la economía conductual para generar un impacto en la toma de decisiones clínicas; por ejemplo, la duración e intensidad del tratamiento. Además, tener en cuenta la demanda de cigarros en el contexto clínico podría suponer un indicador relevante sobre la sensibilidad al reforza- miento que proporciona la conducta de fumar en los usuarios, y para el análisis de la probabilidad de que una intervención para el cese del consumo de una sustancia sea capaz de incidir de forma efectiva en tal comportamiento (González-Roz et al., 2019; MacKillop et al., 2015; Murphy et al., 2015).

Para el caso de la tarea de compra exclusiva de ci- garros-e, cerca de la mitad de los participantes no mostra- ron demanda de este producto, lo que podría reflejar un nulo atractivo del producto para esos participantes. En la litera- tura se señala que la prevalencia de estos dispositivos es especialmente elevada entre los adolescentes y adultos jó- venes, aun cuando nunca hayan consumido los cigarros con- vencionales (Reynales-Shigematsu et al., 2018). En cuanto a los participantes que sí reportaron demanda de cigarro-e, la mayoría fueron adultos jóvenes mismos que suelen tener baja percepción de riesgo sobre la utilización del cigarro-e, además la presentación de imágenes de diversos modelos

de cigarro-e que son atractivos visualmente pudo influenciar dicho reporte. Zavala-Arciniega et al. (2021) describen que el principal motivo para el uso de cigarro-e en los usuarios mexi- canos que consumen ambos tipos de cigarro es que vapear es menos dañino para la gente alrededor en comparación con fumar cigarros convencionales.

Al estudiar la preferencia de cigarros electrónicos, se debe tomar en cuenta el panorama actual en México respecto a estos dispositivos al momento de la investigación. Las auto- ridades sanitarias y medios de comunicación han dirigido sus esfuerzos a promover una completa prohibición de la comer- cialización y utilización de los cigarros electrónicos u otros productos similares, situación que se ha fortalecido debido a la emergencia sanitaria actual (Comisión Nacional Contra las Adicciones [CONADIC], 2019; CONAVE, 2019). Sin em- bargo, lo anterior contrasta con el desarrollo de investigación e implementación de estos productos en tratamientos para dejar de fumar en otros países, esto con el objetivo de aportar evidencia sobre su eficacia y efectividad (Hajek et al., 2019).

Recientemente, la postura de la OMS (2020) señala que, si bien se sigue sin tener evidencia concluyente sobre los efectos a largo plazo, sí la hay respecto a los aerosoles que emplean los cigarros electrónicos u otros dispositivos los cua- les contienen químicos tóxicos para el organismo, así como sustancias que pueden causar cáncer. De ahí que no los reco- miende y los considere un tema de preocupación para la sa- lud pública, por lo que mantiene su monitoreo de la evidencia científica y el desarrollo tecnológico detrás de estos productos con el fin de adaptar su postura en consonancia con ello.

A pesar de las implicaciones y riesgo para la salud, Cassidy y Kurti (2018), sostienen que es necesario entender el papel y potencial de posibles sustitutos para los cigarros convencionales, y cómo podrían afectar su demanda de manera que se puedan generar las circunstancias óptimas donde su utilización resulte eficaz y efectiva para la cesación del consumo de cigarro y disminución de la dependencia a la nicotina. Dichos datos serían especialmente útiles para la toma de decisiones de las autoridades que regulan su comer- cialización, por ello, el adecuado desarrollo de investigación sobre sustituibilidad de los cigarros convencionales podría representar el camino a partir del cual se constituyan estrate- gias de reducción del daño y que coadyuven en los tratamien- tos para la cesación del consumo de tabaco que ya existen.

Es indispensable que las autoridades den, con base en evidencia científica de calidad, respuesta a los cuestio- namientos que la población de usuarios de cigarro-e señala sobre la actual prohibición, y los cuales defienden su comer- cialización como una herramienta efectiva para dejar de fu- mar que conlleva menos riesgos. También es necesario diri- gir estrategias de prevención en los sectores vulnerables de la población que aún no los han utilizado, pero que podrían estar interesados en consumirlos como alternativa a los ciga- rros convencionales (OMS, 2020). En futuras investigaciones se debe profundizar en el análisis de la demanda no solo de

cigarros convencionales, sino también de productos como los cigarros electrónicos con nicotina, sin nicotina, cigarros sin nicotina, herbales u otros. Con el fin de evaluar el valor predictivo que poseen dichos productos a nivel del consumo individual, de manera prospectiva y en el éxito y probabilidad de lograr la abstinencia de cigarros convencionales en las personas que los emplean con ese objetivo. Así como evaluar el efecto que tiene el incremento o decremento de su precio en el mercado.

Entre las limitaciones de la presente investigación se pueden mencionar el tamaño pequeño de la muestra, la falta de homogeneidad en cuanto a los niveles de dependencia, patrón de consumo y del género de los participantes. Por otra parte, se sugiere emplear un contrabalanceo para descartar la posibilidad de que la presentación de las tres tareas tenga un efecto en el reporte de los participantes, sobre todo to- mando en cuenta que pueden llegar a ser de larga duración y pueden ser propensas a respuestas no sistemáticas que no serían útiles para el análisis de la demanda que se pretende realizar. Asimismo, para favorecer que se suprima la deman- da de los productos y se obtenga el punto de quiebre en la totalidad de los participantes, se propone agregar dos precios adicionales a los 19 que se presentaron en las tareas, $500 y

$1000 por cada cigarro.


Conclusiones


Los datos presentados son consistentes con la litera- tura pues el parámetro de elasticidad de la demanda señaló que los participantes persistieron en la compra de cigarros convencionales a pesar del incremento del precio. En cuanto al cigarro-e, es necesario mencionar que en México actual- mente no existe un mercado bien establecido y regulado, lo que podría explicar por qué el índice de demanda cruzada no representó una sustitución significativa entre ambos produc- tos. Sin embargo, las respuestas de los fumadores en la tarea exclusiva de cigarro-e indicaron que estarían dispuestos a consumirlos como alternativa al cigarro convencional cuando no se tienen disponibles estos últimos. Asimismo, destacan las asociaciones entre los índices obtenidos del análisis eco- nómico de la demanda y las variables de consumo de tabaco. Pues a nivel teórico y como parte de un modelo descriptivo, proveen una métrica del valor o sensibilidad al reforzamiento del cigarro representado mediante una curva de demanda.

Finalmente, la perspectiva económico conductual ha cobrado fuerza especialmente en el estudio de drogas pues los conceptos retomados de la teoría microeconómi- ca y del análisis de la conducta aportan explicaciones y da- tos relevantes para la comprensión del fenómeno de uso de sustancias. Así como elementos adicionales para desarrollar tratamientos para la cesación del consumo de tabaco. Por lo tanto, el estudio sobre la utilización de productos alternativos a los cigarros convencionales debe suponer un mejoramien- to para la toma de decisiones en materia de salud, del apoyo

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