Universidad Nacional Autónoma de México Campus Iztacala
.
Revista Electrónica de Psicología Iztacala
Vol. 4 No. 1
septiembre de 2001


ALGUNAS CONSIDERACIONES HISTÓRICAS EN TORNO DE LA TERAPIA COGNITIVO CONDUCTUAL: ¿SINCRETISMO?
Serrano Vargas Mario Amado1 y 2
Facultad de Estudios Superiores Iztacala
Universidad Nacional Autónoma de México
 

Resumen

Con base en los análisis históricos y lógicos hechos por Ribes (1990a y 1990b) con respecto de la teoría del condicionamiento, el presente trabajo analiza la posibilidad de hacer de la terapia cognitivo conductual un amasijo válido. Se concluye señalando que, tal como fue planteada, la terapia en cuestión es un sincretismo sin sentido, sin embargo, considerando el origen dualista de ambas posturas teóricas, el resultado puede ser otro.

Palabras clave: dualismo, eclecticismo, sincretismo, teoría cognitiva, teoría del condicionamiento.
 
 

SOME HISTORICAL CONSIDERATIONS ABOUT COGNITIVE BEHAVIORAL THERAPY: SYNCRETISM?

Abstract

Based in the historical and logical analyses proposed by Ribes (1990a and 1990b), with regarding the conditioning theory, the present work analyzes the possibility to make of the cognitive behavioral therapy as a valid mixture. We conclude pointing out that, just as it was outlined, this therapy is a without sense formulation, however, considering the dualistic origin of both cognitive theory and conditioning theory, the result can be another.

Key words: dualism, eclecticism, syncretism, cognitive theory, conditioning theory.

1 Estudiante de pre grado. Facultad de Estudios Superiores Iztacala e-mail: svma2309@prodigy.net.mx

2 El autor agradece ampliamente a Patricia Landa, Eugenio DíazGonzález, Isaac Camacho, y Rosalinda Arroyo sus valiosos comentarios a una versión preliminar del presente trabajo.

Actualmente, se considera que las disciplinas susceptibles de catalogarse como científicas son aquellas en las que se comparten universalmente una serie de creencias, tácitas o explícitas, en torno del objeto de estudio, las cuales unifican y prescriben tanto los problemas como las soluciones pertinentes para una comunidad particular (Kuhn, 1962 - 1971 t.e.). En el lado opuesto, se sabe que las prácticas profesionales o profesiones se caracterizan por la carencia de un cuerpo epistémico, su énfasis en solucionar problemáticas particulares delimitadas por instituciones sociales, y por su contacto directo con los usuarios del servicio (Ribes, 1982). Considerando ambos argumentos, podemos decir que lo que actualmente conocemos como psicología, por lo menos en el sentido estricto de los términos, realmente no constituye una ciencia ni una profesión.

No obstante lo anterior, desde finales del siglo XIX se ha venido desarrollando una psicología de corte profesional y pragmático, enfocada a la solución de las problemáticas vinculadas con el comportamiento "anormal". Es sus inicios, este tipo de psicología, conocida como psicología clínica, se basó en los contenidos de la teoría psicoanalítica y metodológicamente estuvo respaldada por la psicometría clásica (Kendall y Norton Ford, 1982). Más adelante, a partir de la teoría del condicionamiento y su derivado tecnológico conocido como modificación de conducta, las aproximaciones terapéuticas del comportamiento se caracterizaron por su énfasis en el incremento o decremento de patrones conductuales tipificados como problema (Ullmann y Krasner, 1965).

Adicionalmente, posterior a la llamada revolución cognitiva, debido a la restricción conceptual de la teoría del condicionamiento en lo que se refiere a las conductas no observables (Mahoney, 1974; Kazdin, 1978; Beck, 1989- 1990 t.e.), y a las semejanzas que guardan las prácticas terapéuticas cognitivas y conductuales cuando son comparadas con aquellas que se basan en la aproximación psicodinámica (Beck, 1970), se dio un amasijo conceptual y terapéutico conocido genéricamente como aproximación cognitivo conductual.

Con estos antecedentes, y con base en las propuestas de Zarzosa (1991) y Ribes (1990 a y b), en lo que se refiere al eclecticismo y a la revisión histórica sobre nuestra disciplina respectivamente, en el presente manuscrito nos proponemos realizar un análisis de dicha mezcolanza conceptual, en un intento por vislumbrar si efectivamente puede considerarse o no como válida. Las razones que nos incitan a realizar ésta reflexión están íntimamente ligadas con el estado actual de la enseñanza de la psicología en México, y muy probablemente en el mundo entero. En todos los casos, con excepción tal vez de la primera etapa del proyecto Iztacala (Ribes, 1978), la enseñanza de la psicología queda al margen de una estructura curricular sólida tanto teórica como metodológicamente, de modo tal que se intenta formar más enciclopedias andantes que científicos o profesionales. Este enciclopedismo conceptual facilita la práctica de lo que genéricamente se conoce como eclecticismo. Lejos de ser el presente manuscrito una solución a dicha problemática, lo que con él se intenta es generar en los estudiantes, así como en sus profesores, un interés por la coherencia teórica y metodológica, característica de vital importancia en cualquier disciplina ya que permite evaluar, retroalimentar y perfeccionar tanto el quehacer científico como la práctica profesional.
 
 

Los orígenes inmediatos de la terapia cognitivo conductual

La terapia cognitivo conductual surge a partir de dos corrientes de pensamiento en psicología; la aproximación cognoscitiva y la conductual, identificada ésta última con la teoría del condicionamiento. De acuerdo con Mahoney (1974), la mezcla cognitivo conductual surgió como resultado de no considerarse, dentro del análisis experimental de la conducta, el papel de los eventos privados; los sentimientos y los pensamientos. Para Kazdin (1978), el hecho puede deberse, entre otras cosas, al papel que juegan los procesos de pensamiento en el control de la conducta, los cuales además habían sido evidenciados en las investigaciones llevadas a cabo en ciencia básica por algunos psicólogos conductistas. Por otro lado, más centrado en la practica terapéutica, Beck (1989 - 1990 t.e.) sugirió que dicha aleación obedece tanto a las limitaciones del modelo conductual, en el cual no se toman en cuenta los aspectos cognitivo y afectivo de las personas, como a las semejanzas que guardan las prácticas terapéuticas de ambas posturas cuando son comparadas con las de la aproximación psicodinámica (Beck. 1970).

En la tarea de analizar brevemente los orígenes y bases teóricas de ambas posturas, comenzaremos con la teoría cognitiva. Por cuestiones de especio, no nos remontaremos a algunas cuestiones filosóficas relativas al planteamiento platónico de los dos mundos. Más modestamente, identificaremos el nacimiento de dicha aproximación en psicología con aquello denominado como "revolución cognitiva".

De acuerdo con Liebert y Liebert (1999) y con Gutiérrez (1998), la revolución cognitiva se origina con base en tres eventos históricos:

1. Los reportes de Tolman (1948) en donde sugería que los animales podían aprender sin "reforzamiento" al formar "mapas cognoscitivos" del entorno 

2. La obra en matemáticas de Alan Turing sobre una máquina universal 

3. La invención de la computadora digital 

Con relación al primer punto, se sabe que Tolman (1948), entre otras cosas, realizó estudios sobre aprendizaje utilizando laberintos como situaciones experimentales. Colocando ratas privadas de comida en sus laberintos, se dio cuenta de que con el paso de los ensayos los sujetos cada vez cometían menos errores y, por ende, menos tiempo tardaban en llegar a la comida. En su estudio, Tolman sugirió que a lo largo del aprendizaje un mapa del entorno se establecía en el cerebro de sus ratas, cuestión que facilitó que algunos autores (vgr. Liebert y Liebert, 1999) hayan supuesto alguna relación entre la filosofía conductista y la cognitiva. Si bien Tolman hacía referencia a algo dentro del organismo, a nuestro modo de ver, él se refería más a cuestiones fisiológicas, como procesos neuronales, que a imágenes en sí mismas; esto en tanto comparaba sus resultados con los de aquellos que sugerían de la conducta solamente la correlación observable entre dos eventos.
Por otro lado, en lo que toca a los últimos dos puntos, según Gutiérrez (1998) la obra de Alan Turing se refiere una supermáquina universal con programación algorítmica, que podría reproducir el funcionamiento de cualquier otra máquina. La obra de Turing, que data de los años 30's, bien pudo calificarse de ficción, tal como lo fue el volar o el viajar por debajo del agua el siglo antepasado, sin embargo, hoy día sabemos que su utopía se hizo realidad en los años 50's con la invención de la computadora digital. Dado que para los partidarios de la teoría cognoscitiva, cognición, se refiere a la serie de procesos mediante los cuales la información sensorial que "ingresa" al organismo se transforma, reduce, elabora, almacena, recobra o utiliza (Neisser, 1967), fue muy fácil considerar que el hombre funcionara como una máquina computadora en cuyo cerebro se encuentra su esencia. Como dato adicional, otro factor que facilitó la entrada de la teoría cognitiva fue la construcción de prototipos robóticos y máquinas de enseñanza, por parte de algunos psicólogos conductistas, a fin de estudiar la conducta humana (Bower y Hilgard, 1989- t.e.)

Según Bower y Hilgard (1989-t.e.), la mayoría de los psicólogos cognoscitivos mantienen un enfoque de procesamiento de información, e intentan comprender la "mente" y sus habilidades en fenómenos como la percepción, el aprendizaje, el pensamiento y el uso del lenguaje. Tal como Gutiérrez (1998) señaló ... "si en vez de tomar a los animales como modelo para la comprensión de la mente humana, escogemos a las computadoras digitales, sus entradas y salidas serán tan observables como los estímulos y respuestas de los perros de Pavlov; pero además, tendremos a la disposición el programa interno que determina la conducta".

De ésta manera, resumiendo lo arriba mencionado en lo que respecta a la teoría cognitiva tenemos que:

1. Las características de lo psicológico se deben a algo dentro del individuo 

2. Basa su postura en torno de lo psicológico en la programación algorítmica 

3. Su estudio se centra en la estimulación sensorial vista como información

4. Para ellos, dicha información entra en el individuo, se procesa, transforma, recupera y usa - en analogía a lo que sucede con una computadora digital 

Ahora bien, en lo que se refiere a la génesis de la postura conductual, debemos recordar que ésta se identifica con la teoría del condicionamiento de B.F. Skinner (1938). Ésta tiene sus orígenes inmediatos en las investigaciones sobre reflejos condicionales en fisiología y el conexionismo norteamericano de finales del siglo antepasado. Al igual que los iniciadores de la teoría cognitiva, Skinner (1931), siguiendo a Watson (1916), recurrió a lo que Kuhn (1962 - 1971 t.e.) llama un ejemplar ya existente, es decir, a creencias teóricas y metodologías provenientes de otras áreas de conocimiento, en éste caso científico y no tecnológico, debido a su carencia al momento de inicio de la escuela conductista.
La teoría del condicionamiento se basa en la idea de que el reflejo, entendido como la correlación observable de dos eventos y no un constructo fisiológico, es el medio preciso para la descripción de la conducta (Skinner, 1931); desde ésta perspectiva, por conducta se entiende "el movimiento de un organismo o de alguna de sus partes en un marco de referencia provisto por el mismo organismo o por varios objetos externos o campos de fuerza" (Skinner; 1938, pág. 6).

En la teoría del condicionamiento existen dos tipos de conducta refleja; la respondiente y la operante. Estas se diferencian no por sus características morfológicas o funcionales sino por un observador de su ocurrencia, de tal modo que cuando puede identificarse un estímulo que ha elicitado cierto tipo de respuesta se habla de una respondiente, cuando esto no es posible se habla de una operante. Las leyes de condicionamiento que Skinner (1938) sugirió en su obra para ambos tipos de conducta, se basan en la ocurrencia de cierto evento reforzante y su correlación con un estímulo (condicionamiento respondiente) o con una respuesta (condicionamiento operante). En el primer caso, una parte de la conducta del organismo queda bajo control del estímulo, antes neutro, dado que mediante la asociación ha adquirido las propiedades elicitadoras del estimulo reforzante, en el otro, la fuerza de la respuesta que está correlacionada con el estímulo reforzante aumenta.

El incremento en la fuerza de la operante puede ser identificado a lo largo de un periodo especificado como una función del reforzamiento; la tasa de respuesta. Dado que cuando una operante deja de ser reforzada su fuerza decrece y, por tanto, la tasa de respuesta "cae", algunos psicólogos consideraron que con las leyes dinámicas de la operante Skinner había proporcionado las bases teóricas y las técnicas necesarias para incrementar y decrementar conductas. El reforzamiento condicionado (Skinner, 1938), el moldeamiento por medio de aproximaciones sucesivas, el tiempo fuera, el reforzamiento diferencial (Ferster y Skinner, 1957) y todos los demás procedimientos de laboratorio, fueron extrapolados tal cual a la vida cotidiana (Skinner, 1953), incluidas la educación especial y la práctica terapéutica, como técnicas de modificación de conducta: economía de fichas, modelamiento, cuarto de tiempo fuera, reforzamiento diferencial de tasa bajas y altas, etc.

Así pues, de la teoría del condicionamiento operante podemos decir que:

1.- Las características de lo psicológico se deben a algo en el ambiente y, por tanto, fuera del organismo.
2.- Basa su postura en torno de lo psicológico en el paradigma del reflejo

3.- Su estudio se centra en la correlación observable de dos eventos

4.- No obstante el tipo de correlación, el evento responsable del condicionamiento de una clase de respuesta es un estímulo reforzante.

Aproximación cognitivo conductual ¿sincretismo?

Siempre buscando la coherencia teórica y preocupado por lo que por psicológico debemos de entender, Zarzosa (1991) ha dividido las prácticas eclécticas a nivel profesional en tres clases. La primera, que aquí llamaremos eclecticismo simple, consiste en la recuperación de marcos y técnicas de aplicación de una u otra teoría, a fin de adecuarlas a los problemas particulares de la sociedad. Un segundo tipo es el pragmatismo, entendido como la aplicación simultanea e indiscriminada de técnicas provenientes de diversas teorías, todas bajo el criterio de a mayor número de variables, alguna a de funcionar. Por último está el sincretismo, que se refiere a la incorporación de productos teóricos o tecnológicos provenientes de otras teorías, debido a que no se domina por completo una determinada aproximación psicológica y por tanto se cree que es insuficiente; además de que se desconoce que tales productos son incompatibles entre sí. Adicionalmente a ésta "taxonomía", debemos señalar que de acuerdo con este autor sí existe la posibilidad de hacer amasijos teóricos, esto es posible cuando las aproximaciones en cuestión comparten raíces, conciben de una misma manera el fenómeno estudiado y hay un lenguaje teórico susceptible de compartirse y/o traducirse.

De ésta manera, de acuerdo con lo antes señalado en lo que se refiere a la terapia cognitivo conductual (computadoras versus reflejo, procesamiento inobservable versus correlación observable de dos eventos, cerebro versus estímulo reforzante, interno versus externo, etcétera), más que pragmatismo, pareciera que dicha terapia podría ser tipificada como sincretismo. No obstante, sí recuperamos los planteamientos arriba citados en lo referente a los amasijos válidos, es probable que el resultado no sea el mismo.

En su estudio histórico y lógico sobre la teoría del condicionamiento, Ribes (1990b) ha señalado que el paradigma del reflejo, en tanto fue formulado originalmente en el contexto de la mecánica cartesiana, posteriormente prestado a la biología y, finalmente, recuperado en psicología, es un paradigma de tercera mano. Su historia se vincula necesariamente con los tajantes planteamientos teológicos acerca de que el Espíritu y la Razón son la base del conocimiento.

Dadas éstas restricciones, durante la época del Renacimiento el conocimiento científico se baso en una representación de la realidad al margen de elementos materiales, constituyéndose solo a partir de conceptos formulados en la geometría, es decir, científicamente el mundo se describía única y exclusivamente en términos geométricos; Su objeto es tan claro y tan sencillo que no es necesario hacer ninguna suposición que la experiencia pueda poner en duda, porque lo mismo la aritmética que la geometría consisten en una serie de consecuencias a deducir por la vía del razonamiento" (Descartes, 1992 t.e. pág. 98).

Al ser la física mecanicista la única ciencia no formal consolidada hasta ese momento, ésta se atribuyo la descripción mecánica geométrica de las propiedades extensivas del mundo (figura, posición, movimiento), incluidas la conducta animal y la humana. Solo que con ésta última surgió un problema, ya que - como sabemos - mucha de la conducta humana no puede ser explicada con base en tales propiedades.

Los aspectos de la conducta humana no extensivos al mundo, correspondientes al Yo racional o pensamiento (en términos de Descartes, dudar, entender, concebir, afirmar, negar, querer, no querer, imaginar y sentir), a los que sólo tiene acceso el mismo individuo que los experimenta, fueron abordados por la metafísica. Para explicar tales fenómenos, ésta formuló - en línea con la época - descripciones basadas tanto en los conceptos teológicos como en los mecanicistas.

Descartes (1980- t. e.), en su Tratado del hombre, consideraba una parte del movimiento del cuerpo como una acción mecánica, resultado de la excitación provocada del exterior de lo que llamaba espíritus animales. De acuerdo con su concepción, estos eran el resultado de una transformación de la sangre cuando se reunía en la gandula pineal; lugar en que el alma podía influir en el movimiento voluntario de los hombres. Descartes creía que los movimientos involuntarios, como la indigestión, la respiración y la circulación, eran resultado del curso de los espíritus animales, de la misma forma que un molino logra un movimiento continuo gracias al curso constante del agua. Por otra parte, los movimientos voluntarios como los apetitos, la sensibilidad o los sentimientos, eran resultado de la interacción del alma - como pensamiento - con el cuerpo por medio de la glándula pineal, del mismo modo en que un fontanero, a fin de provocar una modificación en el movimiento de una maquina de la época, tendría que permanecer ante los registros de agua donde se reúnen todos los tubos.

La explicación tanto de la conducta involuntaria como de la voluntaria quedo formulada con base en la mecánica cartesiana, la cual sugería que ningún cuerpo, exceptuando al hombre, podía moverse al margen de un contacto con otro cuerpo en movimiento. El hombre por su parte, además de sus movimientos involuntarios debidos a los espíritus animales (mecánica), podía moverse gracias a la acción paramecánica del alma. El fontanero de la máquina, o el alma racional del ser humano, resultó ser un fantasma dentro del cuerpo del hombre el cual podía impedir o modificar los movimientos de éste. Esta es la base de lo que Ryle (1949 - 1967 t.e.) llamó el mito del fantasma en la máquina. En breve, este hace referencia a un error categorial en el cual no se distinguen los conceptos de cuerpo y mente, proceso físico y proceso mental, y las causas mecánicas de movimientos corporales y las causas mentales o paramecánicas de esos mismos movimientos.

El paradigma del reflejo es el mayor legado del racionalismo cartesiano a la ciencia moderna, incluida la psicología. En principio, con él se planteo que nuestra disciplina debería de estudiar la relación existente entre dos mundos que vive el ser humano; el que tiene que ver con su cuerpo y está regido por leyes mecánicas, y el que tiene que ver con su mente y está regido por leyes paramecánicas. En ambas, el movimiento es resultado del movimiento de otro cuerpo o sustancia.

Ahora bien, sí en realidad el concepto neuromuscular del reflejo se desarrollo gracias a numerosos planteamientos posteriores a los de Descartes (véase Ribes, 1999), también debemos reconocer que aquellos se desarrollaron con base en estos últimos. Posteriormente, ya en el siglo XIX, se sabe que tanto Séchenov (1863- 1978 t. e.) como Pavlov (1927- 1929 t.e.), basaron sus estudios sobre la actividad psíquica en dicha concepción del reflejo. Básicamente, en la medida en que Skinner (1931) recuperó el concepto de reflejo para la descripción de la conducta, al fin y a la postre de forma tácita recuperó todo el dualismo del fantasma en la máquina (Ryle, 1949- 1967 t.e.); una noción dualista (en éste caso naturalista pero dualista al fin y al cabo), que, aún sin reconocerlo o saberlo, se identifica fácilmente en la teoría cognitiva.

Así pues, considerando los dos primeros señalamientos de Zarzosa (1991) en lo que se refiere a un amasijo válido (que las aproximaciones compartan raíces y conciban de una misma manera el fenómeno estudiado), y ya que hemos podido ver que el origen remoto de ambas posturas es una concepción dualista, parece ser que la mezcla entre la teoría cognitiva y la conductual - en tanto teoría del condicionamiento - podría ser considerada como válida.

Sin embargo, para la poca fortuna de los terapeutas cognitivo conductuales, el amasijo no fue planteado en los términos anteriores. Como se señaló arriba, aquel está en función de "cubrir" las limitaciones conceptuales de la teoría del condicionamiento con respecto - por lo menos - de los eventos privados. Por otro lado, a fin de un análisis completo, aún faltaría analizar lo referente a los lenguajes teóricos de ambas posturas, los cuales a nuestro modo de ver parecen irreconciliables.
 
 

A modo de resumen y conclusión

Resumiendo los argumentos anteriores, podemos decir que:

1) La terapia cognitivo conductual, tal como fue formulada, es una mezcla resultado de: a) las creencias que algunos terapeutas tenían en torno al trato que el análisis experimental de la conducta daba a los eventos privados, y b) las semejanzas que ambas aproximaciones terapéuticas guardaban, cuando se les comparaba con la terapia psicodinámica.
2) La aproximación cognitiva se basa en un ejemplar derivado de las matemáticas y la computación, mientras que la teoría conductual se basa en el paradigma del reflejo y pone énfasis en los efectos de un estímulo reforzante. La aproximación cognitiva sugiere que las causas de la conducta están dentro del organismo, mientras que la aproximación conductual sugiere que las causas del mantenimiento de aquella están fuera de éste último; en el ambiente.

3) En tanto ambas posturas, de forma explícita o tácita, comparten un mismo origen remoto y mantengan una misma concepción lineal en la explicación del fenómeno psicológico, su mezcla puede considerarse válida. Por otro lado, considerando que la base para dicho amasijo no se basa en un análisis histórico y lógico, sino en el desconocimiento de la inconmensurabilidad entre teorías, la terapia cognitivo conductual resulta más una mezcla sincrética que un amasijo válido.

Para poder validar el sincretismo denominado terapia cognitivo conductual, y nos referimos a éste tal como lo conocemos hoy día, a cualquiera le haría falta un espacio mil veces mayor del aquí concedido y aún así el resultado sería el mismo; una mezcla sincrética que, en realidad, no ayuda en nada ni a la práctica profesional ni a la conformación científica de la psicología, esto en tanto no permite la evaluación, la retroalimentación y el perfeccionamiento de las mismas. A nuestro modo de ver, dicha aproximación tendría que ser redefinida con base en un análisis crítico, histórico y lógico de ambos marcos teóricos, sin embargo, probablemente tampoco sería factible, ya que en dicho análisis alguien podría preguntarse ¿qué de lógico hay en la premisa de que una entidad inmaterial, como el alma judío cristiana o la moderna mente, puede interactuar con el cuerpo?
Con el único fin de promover la coherencia teórica en una aproximación terapéutica del comportamiento, sugeriríamos la inclusión en los planes de estudio de psicología la propuesta terapéutica y analítica denominada análisis contingencial (Ribes, Díaz - González, Rodríguez y Landa, 1986), la cual se basa en el modelo de campo interconductual propuesto por J.R. Kantor (1978 - t.e.) y desarrollado posteriormente por Ribes y López (1985).

 
 
Referencias
Beck, A. T. (1970). Cognitive therapy: Nature and Relation to behavior Therapy. Behavior Therapy. 1, 184-200.

Beck, A. T. (1990). Con el amor no basta. México: Paidós.

Bower, G.H. & Hilgard, E.R. (1989). Teorías del aprendizaje. México: Trillas.

Descartes, R. (1980). Tratado del hombre. Madrid: Editora Nacional.

Descartes, R. (1992). Discurso del método, Meditaciones metafísicas, Reglas para la dirección del espíritu, Principios de la filosofía. México: Porrua.

Ferster, C. B. & Skinner, B. F. (1957). Schedules of reinforcement. New York: Appleton Century Crofts.

Gutiérrez, C. (1998). Hacia una redefinición de la ciencia cognoscitiva. Ponencia leída por invitación en el simposio Cerebros y computadoras, de la Academia Nacional de Ciencias de Costa Rica, Noviembre.

Kantor, J. R. (1978). Psicología interconductual. México: Trillas.

Kazdin, A. E. (1978). History of behavior modification: experimental foundations of contemporary research. Baltimore : University Park.

Kendall, P. C. & Norton Ford, J. D. (1982). Clinical psychology: scientific and professional dimensions. New York: Wiley.

Kuhn, T.S. (1971). La estructura de las revoluciones científicas. México: FCE.

Liebert, R. M. & Liebert, L. L. (1999). Personalidad: estrategias y temas. México: Thomson 439-40.

Mahoney, M. J. (1974). Cognition and behavior modification. Cambridge: Ballinger.

Neisser, U. (1967). Cognitive psychology. New York: Meredith Publishing.

Pavlov, I. P. (1929). Los reflejos condicionados. Madrid: Morata.
 
 
 
 
 
 


REGRESAR