Vol.
2 No. 2
Abril de 1999 |
Interacción Marital Desde
La Perspectiva Interconductual: Una Técnica De Evaluación.
Zaira Vega, Claudio Carpio, Carlos Nava, y Patricia Landa.
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÒNOMA DE MÈXICO
Campus Iztacala.
En el estudio de la interacción
marital han proliferado instrumentos que carecen de validez y de un marco
teórico sólido que los sustente. En consecuencia, los resultados
arrojados por estos instrumentos han sido susceptibles de diferentes interpretaciones,
lo que ha provocado una confusión conceptual y metodológica
en este campo. Por ello, se requiere que exista congruencia entre el marco
teórico, la metodología derivada y la creación de
instrumentos, lo que permite establecer un orden en el estudio de la interacción
marital. Desde el modelo interconductual se cumple con los dos primeros
elementos estando por formalizar la creación de técnicas
que permitan evaluar sistemáticamente la conducta de interés.
Por esto el objetivo de este escrito es presentar una técnica de
evaluación que se enmarca en el modelo interconductual. La técnica
propuesta estima las valoraciones que los sujetos hacen de su relación
marital.
Palabras clave: diferencial semántico,
macrocontingencia, evaluación.
In the study of marital interaction there
have proliferated instruments that lack of validity and a solid theoretical
framework to sustain them. Consequently, the results thrown by these instruments
have been susceptible of different interpretations, leading to a conceptual
and methodological confusion in this field. It is thus required congruity
between the theoretical framework, the methodology derived and the instruments
developed, allowing to establish order in the study of the marital interaction.
From the interbehavioral model it is complied with the first two elements
being by formalizing the creation of techniques that permit to evaluate
systematically the conduct of interest. For this the objective of this
written is to show an assessment technique, framed in the interbehavioral
theory. The technique here proposed estimates the judgments the subjects
make upon their marital relationship.
Key words: Semantic Differential, macrocontingency,
assessment.
Zaira Vega Valero. Profesora del Area de Métodos
Cuantitativos.
Claudio Carpio Ramírez. Profesor del Area de Experimental
Animal. carpio@servidor.unam.mx
Carlos Nava Quiroz. Profesor del Area de Métodos
Cuantitativos. canaqui@servidor.unam.mx
Patricia Landa Durán. Profesora del Area de Psicología
Clínica. patl@servidor.unam.mx
En el estudio de la interacción marital se han creado procedimientos e instrumentos que evalúan la satisfacción, conflicto y ajuste marital, reciprocidad positiva y negativa, etcétera; en muestras poblacionales diferentes, tales como, parejas estresadas, con un miembro alcohólico, con depresión, con adolescentes maltratados, etcétera. Sin embargo, en muchos de estos trabajos se ha carecido de un marco teórico sólido que dé cuenta de los resultados obtenidos (Vega, 1997); por tal motivo, los instrumentos que se han creado presentan limitaciones en aspectos tales como la congruencia teórica-metodológica además de su confiabilidad y validez.
Además en estos trabajos se ha privilegiado la prevención y solución de conflictos maritales por encima del estudio de los procesos regulatorios del comportamiento individual en la interacción marital (Gottman, 1979). Bajo esta lógica, los instrumentos se han concentrado fundamentalmente en identificar las áreas problema de la interacción marital con el fin de proponer técnicas terapéuticas que lleven a la solución del mismo, antes que en explicar los procesos conductuales involucrados (Cordova, Jacobson, Gottman, Rushe & Gary; 1993; Jacob & Leonard, 1992; Schmaling & Jacobson 1990; Gotlib & Whiffen, 1989). En términos generales, los instrumentos creados en esta área presentan los siguientes problemas:
1) los procedimientos de confiabilidad no siempre son apropiados, por ejemplo, dividir el total de acuerdos entre el total de acuerdos y desacuerdos (Jo Dunn, Jacob, Hummon & Seilhaner, 1987; Halford, Gravestock, Lower & Scheldt, 1992; Whittaker & Brenna, 1992, Smolen, Spiegel & Martin, 1986);
2) Ninguno trabajo reporta validez (Cordova, Jacobson, Gottman & Gary; 1993; Jacob & Leonard, 1992; Schmaling & Jacobson 1990; Gotlib & Whiffen, 1989; Jo Dunn, Jacob, Hummon & Seilhamer, 1987; Halford, Gravestock, Lower & Scheldt, 1992), por lo que los datos y afirmaciones que se hacen con respecto a la interacción marital son dudosos;
3) Los instrumentos utilizados son interpretados indistintamente a la luz de cualquier aproximación teórica (Hahlweg, Revenstorf, & Schindler, 1984; Cordova, Jacobson, Gottman & Gary; 1993; Jacob & Leonard, 1992), lo cual limita y pone en duda la solidez teórica de las interpretaciones;
4) Se emplean instrumentos no ex profeso para el análisis del funcionamiento marital (vgr. inventarios de depresión por Scmaling & Jacobson 1990; Gotlib & Whiffen, 1989), lo cual implica combinaciones de instrumentos con fundamentos teóricos que con frecuencia son incompatibles.
Frente a este estado de cosas, es necesario desarrollar alternativas teóricas que además de dar cuenta de la interacción marital permitan derivar estrategias metodológicas congruentes y erradicar así el eclecticismo teórico-metodológico hasta ahora prevaleciente en el área.
Atendiendo a la consideración anterior, en el presente trabajo se desarrolla una aproximación al estudio de la interacción marital desde la perspectiva interconductual con el propósito de contribuir a erradicar las inconsistencias conceptuales y metodológicas arriba señaladas proponiendo una técnica de evaluación.
Psicología Interconductual
La psicología interconductual fue formulada originalmente por Kantor (1926); Kantor & Smith, (1975) y desarrollada posteriormente por Ribes y López (1985) bajo el supuesto general de que la psicología como ciencia natural debía erradicar de su estructura teórica y metodológica toda referencia a entidades hipotéticas cuya existencia supusiera cualquier forma de dualismo ontológico o epistemológico.
En esta orientación, lo psicológico es la interacción del organismo intacto (total) con aspectos específicos del medio ambiente, la cual evoluciona en la ontogenia de acuerdo a las posibilidades derivadas del desarrollo filogenético y socio-histórico en el caso de los humanos.
La interconducta psicológica en este sentido supone la operación biológica del organismo en la forma de sistemas reactivos (coordinaciones funcionales de los subsistemas biológicos de operación del organismo durante la fase de respuesta) y supone también las condiciones sociales como dimensiones normativas y convencionales expresadas como moral, derecho, política, arte, ciencia, etc. pero que se actualizan en la interacción psicológica como práctica efectiva valorada y valorativa. Desde este punto de vista, la conducta humana se distingue del comportamiento animal no sólo por las capacidades reactivas derivadas de la complejidad morfo-fisiológica de los seres humanos sino también por la naturaleza social de las condiciones impuestas para el desarrollo funcional de tales capacidades reactivas. En otras palabras, la conducta humana se desarrolla no sólo en función de la filogenia y lo situacionalmente presente, sino en términos de las significaciones funcionales que lo situacional adquiere a partir de las valoraciones del grupo social de referencia.
El grupo social impone las significaciones funcionales en función de creencias y criterios que se expresan como moral práctico-efectiva y criterios de logro respectivamente (Rodríguez, 1992; Ribes, 1992; Carpio, Pacheco, Hernández & Flores, 1995).
La moral practico-efectiva se refiere a las prácticas compartidas entre miembros de un grupo que sirven de referencia o ejemplo para calificar la conducta de los miembros en otras situaciones. Las prácticas ejemplares constituyen en ese sentido el modo de existencia del "deber ser" como práctica de otros y que constituye el marco desde el cual se derivan los calificativos de "normal", "anormal", "bueno", "malo", etc. los cuales son, evidentemente, de naturaleza social no referidos a ninguna propiedad intrínseca de la conducta valorada, sino al grado de correspondencia entre la práctica individual y la práctica común del grupo.
Por su parte, los criterios de logro se refieren a los criterios de adecuación, efectividad, pertinencia, congruencia o coherencia que debe satisfacer el comportamiento individual de acuerdo a lo establecido por el grupo de referencia (Carpio y cols., 1995). Concretamente, los criterios de logro constituyen las demandas que el grupo impone al individuo y que éste debe satisfacer en distintos momentos de su desarrollo conductual y/o en distintas circunstancias en las que se comporta. Evidentemente tanto la moral practico-efectiva de los individuos como el cumplimiento de los criterios de logro socialmente impuestos no se da en un vacío conductual inimaginable, sino que éste se concreta:
a) En la forma de competencias conductuales específicas como organizaciones funcionales de la reactividad del individuo frente a situaciones determinadas (Ribes y López, 1985), y
b) En la forma de prácticas valorativas del comportamiento de otros y de sí mismo.
El desarrollo de competencias conductuales y de las prácticas valorativas no desaparece cuando la práctica individual se da frente a otros individuos, sino que precisamente es frente a otros individuos cuando se expresa la conformación psicológica competencial y valorativa. Por esta razón, el análisis del comportamiento humano es necesariamente análisis de la interacción social humana.
Por razones de ordenes diversos, la díada ha constituido a la fecha la unidad de análisis del comportamiento social; ya sea como interacción adulto-infante, infante-infante o adulto-adulto. Y sin lugar a dudas, entre las del último tipo (adulto-adulto) la relación de pareja o marital ha ocupado un lugar privilegiado en distintas disciplinas (biología, antropología, sociología, etc.) por su relevancia en la conformación y preservación de los grupos humanos tanto en términos estrictamente reproductivos como en lo referente a la preservación y recreación de sus estructuras tanto ideológicas como económicas (Engels, 1980).
Desde un punto de vista interconductual, es claro que toda la conducta humana es eminentemente conducta social, lo cual no significa que sea el mismo tipo de competencias o de prácticas valorativas las que se impliquen en una relación, por ejemplo, de trabajo o de juego colectivo que aquellas involucradas en la relación marital o de pareja. En otras palabras, lo que distingue psicológicamente a la relación marital es tanto el tipo de competencias conductuales como las prácticas valorativas específicas que en ella entran en juego.
En el caso de la interacción marital, aspectos tales como los roles sexuales, la distribución de actividades económicamente productivas, la distribución de gastos, la distribución y uso de espacios, las relaciones con otros individuos (compañeros de trabajo, amigos, familias de origen, etc.) son reguladas bajo criterios de logro y son valoradas en función de prácticas ejemplares de otros.
Qué criterios de logro se imponen en la relación marital, quién los impone y bajo que condiciones, son algunos de los aspectos que el análisis conductual debe identificar. Asimismo, las prácticas ejemplares de otros a cuya luz los miembros de una pareja valoran su propia relación (buena, mala, agradable, desagradable, etc.) es otro aspecto que el análisis debe incorporar en este campo.
Para cubrir los dos componentes antes mencionados, la psicología interconductual ha desarrollado una estrategia metodológica denominada Análisis Contingencial. Y muy concretamente, el análisis macrocontingencial como análisis de correspondencia entre la práctica individual y las prácticas ejemplares de otros o del mismo individuo en circunstancias distintas. En este tipo de análisis, la relación de una pareja en particular no es evaluada bajo criterios universales sino bajo criterios derivados de las prácticas que los propios miembros de tal pareja identifican como ejemplares o su "deber ser" efectivo.
Complementariamente, el análisis del tipo de criterios de logro impuestos en cada pareja y quién los impone (así como el tipo de competencias específicas que los miembros de cada pareja debe desarrollar) se realiza considerando las funciones que los participantes en las prácticas ejemplares desempeñan en la relación de pareja bajo análisis.
De esta manera, el análisis macrocontingencial implica tanto el análisis de la correspondencia entre las prácticas de la pareja y sus parejas ejemplares (que pueden ser otras relaciones de los mismos miembros pero en otro tiempo o espacio) como el análisis de las funciones (auspiciador, mediador, instigador, etc.) de los distintos participantes en la relación de pareja y las ejemplares.
Así, concebimos a la relación de pareja o marital no en términos jurídicos o religiosos, sino como un tipo de relación establecida entre dos individuos en la que su comportamiento se ajusta a criterios de logro y prácticas valorativas compartidas, las cuales pueden ser impuestas por uno de los miembros, ser impuestas por común acuerdo, por un tercero o bien sin acuerdo mutuo.
El ajuste conductual en cada una de estas condiciones es diferente en función del modo de imposición de los criterios y las prácticas valorativas; en función de las competencias implicadas en los criterios de logro; en función de las competencias ya disponibles en el repertorio de los miembros de la pareja, y; en función de las condiciones históricas y situacionales específicas.
EL análisis psicológico de la interacción marital incluye, en consecuencia, no sólo a los miembros de la pareja, sino también los distintos elementos enumerados anteriormente.
El Diferencial Semántico como técnica de utilidad en el análisis macrocontingencial.
Un primer paso encaminado a contribuir al análisis delineado en la sección precedente es la búsqueda y desarrollo de técnicas con utilidad metodológica que permita preservar los fundamentos teóricos interconductuales. En el presente trabajo hemos considerado al Diferencial Semántico (D.S.) (Osgood, Suci & Tannenbaum, 1976) como técnica apropiado por las siguientes razones:
a) el D.S. evalúa las valoraciones que los sujetos hacen con respecto a un objeto concreto;
b) las características psicométricas de confiabilidad y validez del D.S. han sido probadas internacionalmente;
c) el D.S. es una opción valida ante las formas de entrevista (Díaz Guerrero & Salas, 1975; Kerlinger, 1981).
Método.
Sujetos. Participaron 49 parejas (casados), 24 de estas parejas eran profesionistas con edad promedio de 37.67 y rango de 19 a 66, la edad promedio para los hombres fue de 39.43 y para las mujeres de 36.57. Las 25 parejas restantes fueron no profesionistas con edad promedio de 43.42 y rango de 22 a 54, la edad promedio para los hombres fue de 45 y para las mujeres de 41.84. El promedio de edad para las 49 parejas es de 40.60 y rango de 19 a 66. La muestra fue no probabilística, para el caso de los profesionistas se tomó del claustro de profesores de la ENEP Iztacala de la carrera de Psicología, y para los no profesionistas, se identificaron con los padres de los alumnos de licenciatura de la carrera de Psicología.
Diseño. El presente es un estudio de campo (Kerlinger, 1981). Algunas de las ventajas de los estudios de campo son: estudian los fenómenos en su medio natural, su valor heurístico, retroalimentación a la teoría y significancia. Los problemas que presentan son; que no es posible manipular variables, no son tan exactos como los procedimientos experimentales, costo, etc.
Instrumento: La construcción del
instrumento D.S. para los propósitos particulares incluyo las siguientes
áreas: Relación con familias de origen, relación con
amigos, prácticas domésticas, estilos de crianza, prácticas
sexuales, prácticas económicas y prácticas culturales,
básicamente la razón por la cual se evaluaron las practicas
mencionadas, es porque éstas son compartidas por la pareja y constituyen
los ejes generales alrededor de los cuales se articulan las relaciones
cotidianas de la pareja, para cada una de las áreas se diseñó
un número indefinido de afirmaciones, siendo en total 63 ítems
con cuatro adjetivos bipolares cada uno los que operaron en todos los casos,
por ejemplo:
Nuestra economía de pareja es
Agradable _:_:_:_:_:_:_: Desagradable
Despreciable _:_:_:_:_:_:_: Admirable
Maravilloso _:_:_:_:_:_:_: Espantoso
Imperfecto _:_:_:_:_:_:_: Perfecto
La forma de calificación fue de 1 a 7, siendo designado el valor 1 para el calificativo negativo y el 7 para la valoración más favorable de los adjetivos bipolares.
Procedimiento. Las aplicaciones para las parejas profesionistas se realizaron en el lugar de trabajo de cada uno de los miembros de la pareja y fue hecha de manera individual. Al momento de la aplicación se les pidió contestaran con la mayor franqueza asegurando que los datos proporcionados por ellos eran confidenciales y de la misma forma se les aclararon todas las dudas que pudieran tener. En el caso de las parejas no profesionistas, se acudió a sus respectivas casas para la aplicación del instrumento, las instrucciones fueron las mismas.
Análisis estadístico:
Se utilizaron alfas de Cronbach para evaluar la confiabilidad del D.S.
así como pruebas T de Student, y Chi Cuadradas. Correlación
r de Pearson para estimar la relación entre los puntajes del D.S.
Resultados.
Considerando que el objetivo
fundamental del presente trabajo fue presentar una técnica de evaluación
de las practicas valorativas de pareja, es necesario evaluar las propiedades
métricas del D.S. como instrumento confiable para la medición
de las valoraciones de la relación marital, para lo cual se compararon
las valoraciones de la relación marital en dos muestras que diferían
en el grado de escolaridad (universitarios vs no universitarios), la estrategia
de análisis de resultados incluyó tanto los demográficos
de la muestra, como las propiedades del instrumento y sus datos. En el
caso de los demográficos puede suponerse que las diferencias en
estos podrían afectar los resultados.
Tabla 1. Descriptivos de las muestras.
Variable | Grado | Media | Std Dev | Mínimo | Máximo | N |
Aniversarios | Profesionistas | 10.75 | 8.01 | 1 | 30 | 48 |
No profesionistas | 22.44 | 5.99 | 4 | 33 | 50 | |
Edad | Profesionistas | 37.67 | 9.61 | 19 | 66 | 48 |
No profesionistas | 43.42 | 6.48 | 22 | 54 | 50 | |
Número de hijos | Profesionistas | 2 | 1.64 | 0 | 4 | 48 |
No profesionistas | 4 | 2.05 | 1 | 8 | 50 | |
Ingresos | Profesionistas | 4 | 5.83 | 2 | 4 | 48 |
No profesionistas | 2 | 1.01 | 1 | 5 | 50 |
Ahora bien, el promedio de la muestra total con respecto a los años de matrimonio (aniversarios) fue de 16.74, con desviación estándar de 9.14 y un rango de 1 a 33 años de matrimonio. Para el caso de la variable ingresos percibidos su promedio fue de entre tres y cinco salarios mínimos. El promedio de número de hijos es de 3 con desviación de 1.94. En la tabla 1 se pueden ver los descriptivos para las parejas profesionistas y no profesionistas.
Para determinar si existían diferencias en la muestra total (universitarios - no universitarios) con respecto a las variables, ingresos, edad, número de hijos y años de matrimonio se aplicaron pruebas "t", tomando como grupos al grado escolar resultando que en todas las variables hubo diferencias significativas. En lo que respecta a los ingresos percibidos se obtuvo una t(96)= 9.19 con p= .000, para la variable edad la t(96)= -3.49 con p= .001, en el caso del número de hijos la prueba t(96)=-6.54 con p= .000 y para años de matrimonio resultó una t(96)= -8.20 con p= .000. Lo anterior indica que la muestra total es heterogénea, es decir, que difieren en los ingresos percibidos, en la edad que los sujetos tienen, en el número de hijos que las parejas tienen y en los años de matrimonio.
Con respecto a cada grupo se aplicó una análisis de varianza de una factor, obteniendo que para los no profesionistas no existieron diferencias significativas, en cuanto a las variables antes mencionadas, y para los profesionistas solo hubo diferencias importantes con los años de matrimonio (F(2,44) = 3.3683 con P = .0268). Se deduce que a lo interno de cada muestra hay homogeneidad, supuesto básico que se debe respetar en todo procedimiento de confiabilización de un instrumento.
Considerando el análisis de confiabilidad de la Escala de Valoración Marital (EVM), un primer examen mostró un alfa de Cronbach de .9546, y después de revisar las correlaciones ítem total se eliminaron los reactivos 30, 31 y 43 por sus valores bajos, quedando la escala con un total de 60 ítems y un alfa de .9562, posteriormente, se realizó un análisis para probar el poder discriminativo de los ítems mediante la prueba "t" entre los cuartiles inferiores y superiores de cada uno de los ítems, así mismo se graficaron cada uno de estos y se obtuvieron tablas de contingencia y chi cuadrada para evaluar la tendencia de los mismos eliminándose los reactivos 17, 23, 46, 49, 51, 57 y 63 por fallar en estas pruebas, quedando un total de 53 ítems que son los que forman la versión final de la prueba con un alfa general estandarizado de .9530 y alfas superiores a .94 para los ítems individuales (Ver tabla 2). Los alfas estandarizados para la muestra de universitarios es de .9482 y para los no universitarios es de .9589, en ambos los coeficientes son aceptables.
El análisis de confiabilidad
arrojó resultados muy aceptables, para el alfa general el instrumento
es confiable en un 95%, lo que indica alta consistencia interna del instrumento.
Cuando se evaluó la confiabilidad para cada una de las muestras,
profesionistas y no profesionistas, los alfas de Cronbach fueron de 94.82%
y 95.89% respectivamente, esto muestra alta consistencia en los datos.
Tabla 2. Alfas por ítem
de la Escala de Valoración Marital (EVM)
Ítem Correlación Alfa ítem Correlación Alfa |
ítem total. Ítem total |
1 .5763 .9493 36 .5281 .9495 |
2 .4804 .9497 37 .5507 .9494 |
3 .5070 .9497 38 .4494 .9499 |
4 .5549 .9494 39 .4888 .9497 |
5 .5524 .9495 40 .5974 .9491 |
6 .5823 .9492 41 .6379 .9488 |
7 .4681 .9498 42 .6606 .9488 |
8 .4363 .9499 44 .5867 .9493 |
9 .3972 .9501 45 .5411 .9494 |
10 .5553 .9493 47 .4232 .9500 |
11 .4894 .9497 48 .4906 .9497 |
12 .5741 .9493 50 .4507 .9500 |
13 .4063 .9501 52 .5298 .9495 |
14 .5608 .9493 53 .5190 .9495 |
15 .6127 .9490 54 .4809 .9497 |
16 .5559 .9493 55 .5890 .9492 |
18 .3746 .9504 56 .4849 .9497 |
19 .5449 .9494 58 .3842 .9505 |
20 .5372 .9496 59 .3654 .9505 |
21 .4611 .9498 60 .5302 .9495 |
22 .5202 .9496 61 .6042 .9491 |
24 .5520 .9494 62 .4987 .9496 |
25 .5539 .9493 |
26 .3691 .9502 |
27 .3547 .9503 |
28 .5206 .9496 |
29 .6516 .9491 |
32 .4886 .9497 |
33 .4543 .9499 |
34 .5833 .9492 |
35 .3914 .9501 |
Así como se obtuvo el alfa de Cronbach para el instrumento en general, se realizó la misma operación considerando las subescalas que conforman al EVM (ver tabla 3). La escala del EVM está compuesta por las subescalas Expectativas Sociales con 5 ítems, Relación con Familiares con 21 ítems, Relaciones con Amigos con 6 ítems, Vida Doméstica con 4 ítems, Estilos de Crianza con 8 ítems, Prácticas Sexuales con 4 ítems, Economía con 3 ítems y Practicas Culturales con 2 ítems.
Tabla 3. Alfas para cada
subescala.
Subescala Alfa Estandarizado | Subescala Alfa Estandarizado |
Expectativas sociales .8634 | Relaciones con familiares .9380 |
Relaciones con Amigos .8601 | Vida Doméstica .6535 |
Estilos Crianza .8960 | Prácticas Sexuales .7201 |
Economía .6641 | Practicas Culturales .4551 |
Los ítems para cada una de las subescalas son los siguientes:
Subescala de expectativas sociales
1.- Mi relación marital es
2.- Me gustaría que mi relación marital fuera
3.- La relación marital debería ser
4.- Me gustaría que mi pareja fuera
5.- Me gustaría ser con mi pareja
Subescala de relaciones familiares:
6.- El matrimonio de mis padres es
7.- Mi padre se relaciona con mi madre
15.- Mi madre se relaciona con mi padre de una manera
16.- Mi padre se relaciona con mis hermanos de una manera
24.- En lo económico mi padre se relaciona con mi madre de manera
25.- En lo económico mi madre se relaciona con mi padre de manera
32.- La educación que mis padres nos proporcionaron fue
33.- Mi padre nos educó de una manera
34.- Mi madre nos educó de una manera
40.- Los ideales de mis padres son
41.- Los ideales de mi padre son
42.- Los ideales de mi madre son
45.- El matrimonio de mis suegros es
50.- Mi suegro se relaciona con sus hijos de una manera
53.- Mi suegra se relaciona con sus hijos de manera
54.- En lo económico mi suegro se relaciona con mi suegra de manera
58.- La educación de mis suegros hacia sus hijos fue
59.- Mi suegro educó a sus hijos de una manera
60.- Mi suegra educó a sus hijos de una manera
61.- Los ideales de mis suegros son
62.- Los ideales de mi suegro son
Subescala de relaciones con amigos:
8.- El matrimonio de mis amigos es
9.- Mis amigos se relacionan con sus esposas
26.- Mis amigos se relacionan con sus hijos de manera
35.- Mis amigas se relacionan con sus hijos de manera
47.- En lo económico mis amigas se relacionan con sus esposos de manera
55.- Los ideales de mis amigos (as) son
Subescala de vida doméstica:
10.- Las labores domésticas que mi esposo (a) realiza en la casa son
18.- Las labores domésticas de mi esposo (a) deberían ser
27.- Mis labores domésticas son
36.- Mis labores domésticas debería ser
Subescala de estilos crianza:
11.- La responsabilidad en la educación de los hijos es
19.- La educación que le proporciona mi esposo (a) a mis hijo es
28.- La educación que le proporciona mi esposo (a) a mis hijos debería ser
37.- El ejemplo que mi esposo (a) proporciona a sus hijos es
44.- La convivencia con mis hijos es
48.- La convivencia con mis hijos debería ser
52.- La convivencia de mi esposo (a) con mis hijos es
56.- La convivencia de mi esposo (a) con mis hijos debería ser
Subescala de prácticas sexuales:
12.- Mi relación sexual con mi esposo (a) es
20.- Mi relación sexual con mi esposo (a) debería ser
29.- La satisfacción sexual que mi esposo (a) tiene conmigo es
38.- La satisfacción sexual que mi esposo (a) tiene conmigo debería ser
Subescala de economía:
13.- Nuestra economía de pareja es
21.- Nuestra economía de pareja debería ser
39.- La distribución de los gastos que realiza mi pareja debería ser
Subescala de practicas culturales:
14.- Compartir actividades recreativas entre mi esposo (a) y yo es
22.- Compartir actividades
recreativas entre mi esposo (a) y yo debería ser
Por otra parte, se obtuvieron la correlaciones entre las subescalas. Para Expectativas sociales las correlaciones son bajas para relaciones con familiares y amigos, moderadas con vida doméstica, estilos crianza, economía y practicas culturales, alta con prácticas sexuales. Las correlaciones de Relaciones con familiares son bajas con respecto a todas las demás lo mismo se encontró para la subescala de amigos. Para vida doméstica son bajas exceptuando con expectativas sociales. Las correlaciones de los estilos de crianza con respecto a relaciones con amigos y familiares fueron bajas, moderadas con vida doméstica, economía, prácticas sexuales y expectativas sociales, y alta con practicas culturales. Para economía, practicas culturales y prácticas sexuales son bajas las correlaciones con familiares y amigos, las demás son moderadas (ver tabla 4).
Las correlaciones obtenidas
en este estudio sirvieron para evaluar si hay relación entre las
subescalas. Idealmente en este tipo de estudios se esperaría que
las correlaciones entre las áreas o subescalas de un instrumento
fuesen bajas, con el fin de argumentar que cada subescala esta evaluando
distintas practicas valorativas. En este estudio las subescalas que mostraron
correlaciones bajas con relación a las otras subescalas fueron las
de relaciones familiares y relaciones con amigos. Sin embargo en las demás
subescalas las correlaciones obtenidas fueron de moderadas a altas, la
preocupación está en aquellas subescalas que correlacionaron
alto, como es el caso de practicas culturales con estilos de crianza, ya
que se podría pensar que ambas miden lo mismo, no obstante, en la
subescala de practicas culturales se puede identificar que la cantidad
de ítems que quedaron fueron pocos, esto justifica en gran medida
el que esta subescala correlacionó alto con otras subescalas del
instrumento, en todo caso se recomienda que en un nuevo estudio se incremente
el número de ítems en esta subescala.
Tabla 4. Correlaciones entre
las subescalas y el puntaje total.
Relaciones con familiares | Relaciones con amigos | Vida doméstica | Estilos de Crianza | Economía | Practicas Culturales | Prácticas Sexuales | |
Expectati-vas sociales | R = .2947 p= .003 | r = .3732
p= .000 |
r = 6243 p= .000 | r = .6966 p= .000 | R = 6919 p= .000 | r = .6951 p= .000 | r = .7905 P= .000 |
Relaciones con familiares | r = .4115
p= .000 |
r =.3282 p= .001 | r = .3669 p= .000 | R = 2154 p= .033 | r = .3559 p= .000 | r = .3165 p= .001 | |
Relaciones con amigos | r =.3959 p= .000 | r = .2939 p= .003 | r = .2990 p= .003 | r = .3367 p= .001 | r = .3769 p= .000 | ||
Vida doméstica | r = .5559 p= .000 | r = .7180 p= .000 | r = .6580 p= .000 | r = .7934 P= .000 | |||
Estilos de Crianza | r = .6317 p= .000 | r = .7298 p= .000 | r = .6439 p= .000 | ||||
Economía | r = .6419 p= .000 | r = .7702 p= .000 | |||||
Practicas Culturales | r = .7871 p= .000 |
La escala de valoración marital aquí propuesta se presenta como una alternativa al uso de instrumentos que carecen de confiabilidad o que no tienen una correspondencia entre el marco teórico y su construcción. En este caso la intención es clara, construir una escala que de cuenta de las valoraciones que la pareja hace de su relación marital y en concordancia con un modelo teórico específico, como antes ya se señaló, lo que distingue psicológicamente a la relación de pareja de otro tipo de relaciones son las practicas valorativas que entran en juego por lo tanto es importante identificar las prácticas valorativas de cada uno de los miembros de la pareja.
Como primer paso se decidió elegir una herramienta que permitiera identificar las prácticas valorativas de los sujetos, una técnica que ha mostrado ser idónea para este caso es el Diferencial Semántico. En segundo lugar, una vez construido el instrumento de acuerdo con las categorías antes señaladas se procedió el análisis del instrumento.
En lo relativo al proceso de confiabilidad el D.S. propuesto mostró muy buenos niveles de confiabilidad de acuerdo a las alfas de Cronbach, además el Análisis de Varianza Factorial mostró que no existieron diferencias significativas en los puntajes totales con respecto a la edad, salarios devengados, años de matrimonio y sexo, lo que implica que existió homogeneidad en la población elegida y estas últimas variables no afectan de manera importante las respuestas de los sujetos.
En breve, el instrumento empleado en el presente estudio, EVM, presenta dos características fundamentales que la distinguen de los tradicionalmente empleados en el ámbito de estudio de la interacción marital: una alta confiabilidad y un procedimiento adecuado de confiabilización.
En el primer aspecto, resulta evidente que instrumentos confiables son indispensables para que los datos obtenidos en cualquier investigación puedan ser efectivamente atribuidos a las variables de interés y no a fallas en la construcción del instrumento mismo. En términos metafóricos, un instrumento confiable en este ámbito tiene una importancia que equivale a la de una lente bien pulida y graduada en el ámbito de la observación microscópica. Por ello, podemos confiar en que los datos derivados de la aplicación de la EVM corresponden efectivamente a las valoraciones que hacen los sujetos de los distintos aspectos de su relación marital y no a errores en la arquitectura del instrumento mismo.
En relación con el segundo aspecto, la adecuada selección del procedimiento para confiabilizar la EVM incrementa la confianza que se puede tener en los datos derivados de su aplicación. Específicamente, la elección del alfa de Cronbach, t de student, chi cuadrada y análisis de la distribución de datos independientes de cada ítem, como estrategias de confiabilización y análisis permitió descartar todos aquellos ítems que no discriminaran aspectos distintos de la valoración de la relación marital por parte de los sujetos. Así, por ejemplo, aunque al aplicarse la alfa de Cronbach se aceptaba cierto número de ítems debido a la homogeneidad de las respuestas que se daban a ellos, la aplicación de los otros estadísticos permitió determinar que tal homogeneidad era el resultado de una extrema similitud en los aspectos evaluados por cada ítem, es decir, que no permitían discriminar aspectos diferentes y por lo tanto eran redundantes.
Hasta este punto, las subescalas de la EVM tiene que ser reconsideradas para un nuevo análisis en donde se contemple incrementar el número de ítems en aquellas subescalas que quedaron con pocos ítems y procurar que el número de ítems por subescala sea igual para evitar sesgos. En la medida en que se mejore esta escala podrán llevarse a cabo estudios que permitan una contribución teórica importante, es decir, contar con instrumentos con propiedades métricas apropiadas posibilitará probar hipótesis referentes a la teoría y como un apoyo a la práctica clínica.
Carpio, C., Pacheco, V., Hernández, R., & Flores, C. (1995). Creencias, criterios y desarrollo psicológico. Acta Comportamentalia, 3, 89-98.
Cordova, J., Jacobson, J., Gottman, J., Rushe, R., Gary, C. (1993). Negative Reciprocity and Communication in Couples With a Violent Husband. Journal of Abnormal Psychology, 102, 4, 559-564.
Díaz-Guerrero, R., & Salas, M. (1975). El diferencial semántico del idioma español. México: Trillas.
Engels, (1980). El origen de la familia, la propiedad privada y el estado. Argentina: Paidos.
Gotlib, H., Whiffen, V. (1989). Depression and Marital Functioning; An Examination of Specificity and Gender Differences. Journal of Abnormal Psychology. 98, 1, 23-30
Gottman, J. (1979). Marital Interaction; Experimental investigation. Academic Press, Illinois.
Hahlweg, K.; Revenstorf, D.; Schindler, L. (1984) Effects of Behavioral Marital Therapy on Couples Communication and Problem-Solving Skills. Journal of Consulting and Clinical Psychology. 52, 4, 553-566.
Halford, K., Gravestock, F., Lower, R., Scheldt, S. (1992). Toward a Behavioral Ecology of Stressful Marital Interaction. Behavioral Assessment, 14, 199-217.
Jacob, T., Leonard, K. (1992). Sequential Analysis of Marital Involving Alcoholic, Depressed, and Nondistressed Men. Journal of Abnormal Psychology. 101, 4, 647-656.
Jo Dunn, N.; Jacob, T.; Hummon, N.; Seilhaner, R. (1987). Marital Stability in Alcoholic-Spouse Relationship as a Fuction of Drinking Pattern and Location. Journal of Abnormal Psychology. 96, 2, 99-107.
Kantor, J. R. & Smith, N. (1975). The Science of psychology: An Interbehavioral Survey. Chicago, Principia Press.
Kantor, J. R. (1926). Principles of Psychology. Chicago: Press. Vól. I y II.
Kerlinger, F. (1981). Investigación del comportamiento. Técnicas y Metodología. México: Interamericana
Osgood, C. E,; Suci, G. J. & Tannenbaum, P. H. (1976) El Diferencial Semántico como instrumento de medida, en: Wainerman, Stevens, Thordinke, Cronbach, Meehl, Likert, Thurstone, Guttman, Osgood, Suci &Tannenbaum. Escalas de Medición en Ciencias Sociales. Argentina: Nueva Visión.
Ribes, E. & López, F. (1985). Teoría de la Conducta: un análisis de campo y paramétrico. México: Trillas.
Ribes, E. (1992). Factores macro y micro sociales participantes en la regulación del comportamiento psicológico. Revista Mexicana de Análisis de la Conducta, 18, 38-56.
Rodríguez, Ma. de L. (1992). La regulación microcontingencial por prácticas macrocontingenciales. Tesis de Maestría. UNAM. Campus Iztacala.
Schmaling, K. & Jacobson, N. (1990) Marital Interaction and Depression. Journal of Abnormal Psychology. 99, 3, 229-236.
Smolen, R.; Spiegel, D.; Martin, C. (1986) Patterns of Marital Interaction Associated with Marital Dissatisfaction and Depression. Journal Behavioral Therapy and Act Psych. 12, 4, 261-266.
Vega, Z. (1997) Análisis Funcional de la interacción Marital. Tesis de Maestría. UNAM Campus Iztacala.
Whittaker, S.; Brenna, H. (1992)
Overt and Covert Parental Conflict and Adolescent Problems; Observed Marital
Interaction in Clinic and no Clinic Families. Family Therapy.
19, 1.