Revista mexicana de bachillerato a distancia

Reflexiones académicas

Pandemia, docencia y tecnología

Marisol Esperanza Cipagauta Moyano

Resumen

A casi dos años del surgimiento de la pandemia por COVID-19, se presenta un recuento de los principales retos y oportunidades que los profesores e instituciones educativas han enfrentado. Los profesores debieron adoptar tecnologías en función de los objetivos y alcances de sus cursos, así como ampliar su rol docente para diseñar, adecuar y curar contenidos para sus estudiantes. Estos cambios implican el desarrollo de procesos de formación docente para el aprovechamiento de diversas herramientas tecnológicas, a partir de microaprendizajes específicos. También implican transformar las redes sociales en redes académicas.

Palabras clave: pandemia; COVID-19; tecnología; redes académicas; profesores blogueros.

Abstract

Almost two years after the beginning of the COVID-19 pandemic, the article presents a review of the main challenges and opportunities teachers and schools have faced. Teachers had to adopt technology according to the objectives and scope of their courses. They had to complement their role with the design, adaptation and curation of contents for their students. These changes require professional development efforts so they can take advantage of diverse technological tools, through microlearning experiences. Also, social networks should evolve into academic networks.

Keywords: pandemic; COVID-19; technology; academic networks; teacher vloggers.

Pandemia y tecnología

Ha habido retos, desafíos y oportunidades en estos cerca de dos años que llevamos en pandemia para todos los niveles educativos: para la educación primaria y secundaria y, por supuesto, para la superior. De alguna manera, este periodo ha sido una transformación digital para muchos al adecuar las tecnologías de la información y la comunicación a espacios muy cercanos a la casa. La escuela la universidad y las oficinas se quedaron en casa. Muchas siguen en casa ahora, en alternancia.

Definitivamente, el gran reto ha sido cómo vincular la práctica docente con estas tecnologías de la información y la comunicación que, a veces, pueden resultar muy ajenas a profesores y estudiantes, pero que, poco a poco, se fueron haciendo aliadas para continuar con este proceso de enseñanza-aprendizaje y evaluación.

Muchos colegios, muchas universidades pararon, pero otros siguieron adelante: se adaptaron y adoptaron estas tecnologías. No sabemos cuándo vaya a finalizar esta pandemia. Las universidades y los colegios siguen en la alternancia y diversos países han empezado a trabajar en alternancia, gracias a esas tecnologías. Es el caso de Colombia.

La formación permanente de los profesores es clave en este tipo de procesos. Muchos quizás no eran muy amigos de la tecnología porque estaban acostumbradas a sus clases presenciales, con sus alumnos, sentados frente a ellos impartiendo una clase. Pero hubo un cambio importante en el papel del profesor: más que transmitir conocimientos —quizá ya ni siquiera se usa ese término—, se convirtió en un profesor mediador, mediador del aprendizaje, de la enseñanza y de la evaluación a través de estas tecnologías. Todo ello constituyó un reto para los profesores y también para los estudiantes. Fue necesario adaptarlas y adoptarlas, al identificar cuál tecnología servía un poco más en función de los objetivos, metodología y alcance del curso.

De la noche a la mañana tuvieron que subir contenidos, por ejemplo, a plataformas que quizá nunca habían utilizado. Para los profesores fue un gran reto y, al mismo tiempo, una oportunidad para asumir otros papeles y desempeñar otros roles en todo el proceso de enseñanza-aprendizaje-evaluación. Se convirtió en un diseñador, un adecuador y curador de contenidos.

Profesores y estudiantes enfrentaron los retos, pero también lo hicieron las instituciones: los directivos, coordinadores y administradores, así como los responsables de la infraestructura tecnológica y de la formación permanente de los profesores.

La clave está en que no dar un paso atrás sino en ser más visionarios. Es necesario visualizar las ventajas de la incorporación de la tecnología al aula física. Desde luego, no significa acabar con la presencialidad, o que todo será virtual. Implica considerar las ventajas de lo digital, al incorporarlo en todos los procesos educativos. Nuestros estudiantes tanto jóvenes como más adultos están muy inmersos en la tecnología. Conviven con ella, con sus celulares inteligentes y con otros dispositivos. La pandemia evidenció aún más la brecha digital que existe en los países, pero es claro que todas las propuestas y políticas gubernamentales tienden a apostarle a la tecnología, a incluirla y ponerla al servicio de la comunidad educativa.

Formación docente en la pandemia

El adagio que dice: “Si no se sube al bus, se va a quedar” refleja lo que sucede con muchos docentes: sí o sí tienen que abrirse al uso de la tecnología en la educación. Es necesario animarlos a hacerlo, mostrar sus ventajas y formarlos no solo en competencias y actualización en sus áreas de conocimiento, sino también en esas competencias digitales. A diario la tecnología evoluciona y avanza, nunca se detiene. En este momento en Silicon Valley algo se está inventando o mejorando.

Los niños desde muy pequeños aprenden a manejar un celular y un computador; también en necesario hacer que esa formación sea permanente para los docentes. No se trata de esos cursos largos y extensos, diplomados, sino más bien del uso de microaprendizajes. Simplemente se trata de ir logrando el manejo de algo específico: una plataforma, una herramienta digital, una aplicación o un software. Ese tipo de formación llega más a los profesores. Si se les enseña, por ejemplo, cómo funciona el Moodle para hacer una clase, cómo funciona Meet para programar un encuentro sincrónico o qué ventajas tiene, se promueve ese gusto por la tecnología. La tecnología jamás reemplazará al profesor, por más inteligencia artificial que haya, por más automatización que exista. Siempre estará el pedagogo, el profesor, detrás de toda esta tecnología. Es necesario que los pedagogos y los técnicos informáticos se hablen para que estos últimos conozcan las necesidades del contexto educativo y para que a través de todo su ingenio pueden producir este tipo de herramientas digitales, en aras de lograr una mejor educación, de una mayor calidad.

Docentes digitales

Debemos lograr que las redes sociales no sirvan solo como tal, sino que también sean redes académicas. En eso hay muchos ejemplos: profesores que se volvieron YouTubers, los profesores que usan TikTok, herramientas que van avanzando y evolucionando. En Colombia existe un profesor YouTuber llamado Julio Profe. Empezó hace muchos años grabando videos muy cortos de matemáticas, para explicarla a sus estudiantes. Jamás se imaginó que fuera a tener más de tres millones de suscriptores en su canal. Los alumnos de educación primaria y secundaria vieron cómo con Julio Profe, a través de sus videos, entendían el coseno, el seno, cualquier elemento de matemáticas. Se percataron de que YouTube era mucho más accesible y asequible a los estudiantes para reforzar sus conocimientos o resolver sus dudas de clase.

Las videolecciones son también una buena alternativa para que los estudiantes puedan acceder a la tecnología y para que adopten y entiendan de una manera más fácil cualquier temática, en cualquier área del conocimiento. Se trata de esos videos cortos en el que el profesor, con sus propias herramientas, con su computadora, con su sala de edición casera, puede presentar una breve explicación con un tablero, grabándose en el computador.

Es importante también saber qué tipo de tecnología conviene de acuerdo con el objetivo del curso de matemáticas, de lenguaje, de educación física. Hay muchísimas herramientas libres que hay que tener en cuenta: plataformas aplicaciones, software. Es deseable que sean de fácil acceso y navegación, para lograr en los estudiantes esa empatía con las herramientas tecnológicas. Por ello, es necesario filtrarlas, igual que se hace al buscar recursos bibliográficos para una investigación. Una buena selección académica de herramientas contribuye a mejorar la calidad de la educación e incorporar la tecnología sin tenerle miedo.

Referencias

.