El diseño de contenido de un curso virtual empieza con un plan de estudios y una carta descriptiva de cada asignatura que lo forma. En las cartas descriptivas se establecen propósitos, competencias, objetivos de aprendizaje, temas, actividades de aprendizaje, políticas de evaluación y bibliografía, entre otros elementos. Este documento es la base para que la persona experta en un tema y un diseñador instruccional definan la secuencia didáctica, los recursos que contendrá el curso y la estrategia o estrategias didácticas con las que se abordarán los temas del curso.

El siguiente esquema muestra la interrelación de especialistas en el proceso de diseño y producción de un curso virtual en la Universidad Virtual del Estado de Guanajuato (UVEG).

Como puede apreciarse, el proceso de diseño y producción de cursos en educación a distancia incluye una serie de etapas bien definidas que con la colaboración de expertos garantizan la calidad académica y su alineación con los propósitos de los planes de estudio.

Conozcamos ahora la visión de expertos en diseño de contenido de las instituciones que conforman la Red de Bachilleratos Universitarios Públicos a Distancia (RED). Abordan, desde su amplia experiencia, los aspectos a tomar en cuenta al construir contenido académico, las competencias que debe adquirir una persona que desarrolla esta función, la importancia del trabajo colaborativo, y finalmente, cuál es la mejor forma para evaluar la calidad del contenido.

De acuerdo con la licenciada Sandra Rodríguez Corona del Instituto Politécnico Nacional, uno de los aspectos más relevantes del diseño de contenido es su estructura: los elementos del diseño instruccional para lograr productos o elementos de aprendizaje que cumplan con los requisitos suficientes para lograr la finalidad educativa.

De acuerdo con la doctora Virginia Pilar Panchi Venegas, de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) , articular estratégicamente los componentes del diseño instruccional demuestra al estudiantado la utilidad de lo que aprende, provocando en ellos sorpresa y curiosidad. Además, genera una interacción frecuente entre el estudiantado, asesores y los contenidos; plantea retos y también crea oportunidades para resolver problemas, lo que les permite sentirse competentes y satisfechos al adquirir nuevos conocimientos.

Otra característica que se puede añadir a una buena estructura es la innovación, que de acuerdo con la maestra Mireya Ramos Sámano de la Universidad Autónoma de Sinaloa, debe sumarse a los conocimientos actualizados, las técnicas de aprendizaje, las estrategias, las secuencias y las evidencias o tareas que de manera coherente fomentan la autonomía del estudiantado, logrando tener un nivel alto de motivación. Es decir, la experiencia pedagógica del diseñador de contenido permitirá lograr, además del aprendizaje de saberes, el desarrollo de las competencias que el ámbito laboral demanda.

Como lo menciona la doctora Sandra Miriam Alcántara Ramírez de la Universidad Digital del estado de México, dentro de la complejidad que implica conocer al estudiantado en la educación a distancia, al diseñar contenido es importante explorar el contexto de los alumnos, sus habilidades y cuáles más pueden desarrollar, de acuerdo con los objetivos que se pretenden alcanzar en cada asignatura y con los perfiles de egreso de los programas educativos.

Para la maestra Mónica Alejandra Huerta Castañeda de la Universidad de Guadalajara, el perfil de egreso es la guía para el diseño y desarrollo del curso mientras que para la doctora María del Alba Pacheco Blas (Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM) involucrar diversas asignaturas, promoviendo la transversalidad en temas que naturalmente parecieran no tener relación entre sí y que sin embargo convergen en un tema, es la manera como el estudiantado conecta con el entorno y aprende e investiga lo que le rodea.

Pero ¿qué competencias debe poseer o desarrollar un diseñador de contenido para generar recursos atractivos e innovadores para el alumnado? La persona que se dedica a esta labor dentro de una institución educativa debe comprender la misión y valores institucionales, así como el modelo educativo de la institución, de acuerdo con el maestro Víctor Campos Salgado de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro).

Por su parte, la licenciada Angélica Esmeralda Villegas de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) señala que una de las principales competencias del diseñador de contenido es reconocer y ser sensible a las necesidades y características del usuario a quien se dirige.

El dominio del área disciplinar y de la asignatura en la que se esté construyendo el curso permite proporcionar una estructura correcta y completa de los saberes teóricos y prácticos según la licenciada María Rosario Sánchez González de la UVEG.

El doctor Jairo Antonio Melo Flórez de la UNAM, por su parte, resalta la importancia de la capacitación constante, actualización en saberes, experiencia docente y como alumno de cursos en línea, y, de ser posible, como creador de contenidos, para identificar ventajas y retos en la manera de transmitir mensajes al alumnado.

La licenciada Angélica Esmeralda Villegas de la UADY expresa que otras competencias del diseñador de contenidos son identificar y emplear los principios básicos de diseño gráfico, la comunicación, diseño instruccional, la psicología de la forma, interactividad y navegación, desarrollar el pensamiento crítico y reflexivo, la habilidad de investigación y la evaluación constante de los contenidos. Por su parte, e la doctora Virginia Pilar Panchi Venegas de la UAEMex identifica que son necesarios la capacidad de organizar los contenidos conforme a una secuencia didáctica, la originalidad, las habilidades para realizar la búsqueda estratégica de contenidos, seleccionarlos y filtrarlos de forma analítica y crítica conforme a los derechos digitales vigentes para que faciliten la interacción con los materiales.

Al dar lectura a los párrafos anteriores puede uno preguntarse, entonces, ¿cuál es la relevancia del trabajo colaborativo en el proceso de construcción de un curso virtual? Para el doctor Jairo Antonio Melo Flórez de la UNAM el trabajo colaborativo es fundamental porque permite abordar problemas muy complejos desde diferentes enfoques disciplinarios. En ese sentido, permite crear contenidos muy ricos que estén mucho más directamente relacionados con las vivencias, los intereses y los problemas que tienen los estudiantes al otro lado de las pantallas, alcanzando de esta forma, y acorde a lo que comenta la licenciada María Inés Castellanos Valencia de la UVEG, un curso virtual que sea motivador, interactivo y de alta calidad.

En diálogo con la maestra María Magdalena Villegas Carstensen de la UAEMex, ella identifica dos vertientes del trabajo colaborativo: la primera, a través del diseño de contenido, incluyendo foros colaborativos que permitan el desarrollo de habilidades de razonamiento y pensamiento crítico, análisis, resolución de problemas, la autogestión del estudiantado y el aprendizaje significativo. La segunda hace referencia a la colaboración entre los asesores, quienes desde las academias logran construir saberes y experiencias, comparten buenas prácticas, discuten y reformulan a partir de la retroalimentación constante.

Otro cuestionamiento que se hizo a los expertos de las diversas instituciones de la RED fue sobre la mejor forma para evaluar la calidad del contenido de un curso virtual. Para el maestro Ramón Rico Alcántara de la UDEMex, alcanzar un alto estándar de calidad implica contar con recursos tecnológicos actualizados, novedosos y atractivos que permitan el logro de un aprendizaje significativo. Por otro lado, para la licenciada Abril Carolina Arriaga Gallegos de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), la aceptación del recurso, de acuerdo con la experiencia del usuario, así como la diversidad de instrumentos de evaluación, son relevantes en su universidad.

Ya que abordamos el tema tecnológico, el maestro Víctor Campos Salgado de la UAGro y el maestro Carlos Israel Guerrero Mata de UANL nos comparten que otra forma de evaluar la calidad de un curso virtual es mediante la usabilidad responsiva y la portabilidad de diferentes plataformas y dispositivos, así como a través del diseño gráfico y la estética de los elementos que favorezcan el aprendizaje.

El maestro Gaspar Manuel López Balam (UADY) expresa que la calidad de los contenidos de un curso virtual se evalúa con la forma en la que el estudiante proporciona un reflejo claro y preciso del pensamiento crítico y analítico que ha logrado sobre su propia realidad.

Como puede observarse, el diseño de contenido es un elemento esencial en la construcción de un curso virtual y, por ende, en el aprendizaje de los estudiantes en la modalidad virtual, ya que son diversos los aspectos y retos que deben considerarse en dicho proceso. Si bien los diseñadores de contenido deben contar con competencias básicas para la estructuración y desarrollo de los contenidos, trabajan con equipos multidisciplinarios que los apoyan en las diversas etapas, lo que garantiza la calidad de un curso virtual.

La incorporación de nuevos recursos tecnológicos, como la realidad virtual, la realidad aumentada, la inteligencia artificial y la gamificación, entre otros, promete nuevos horizontes en la educación virtual. Será responsabilidad de las academias no solo sumar elementos tecnológicos, sino también nuevas perspectivas pedagógicas para diversificar las secuencias didácticas que incluyan nuevas estrategias y métodos de aprendizaje: storytelling, aprendizaje adaptativo, microlearning, etc., que permitan enganchar y motivar al estudiantado con los contenidos para lograr participaciones activas, colaborativas y creativas, como actores centrales del proceso educativo.

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