Revista mexicana de bachillerato a distancia

Experiencias

Un reto compartido

Bárbara Atilano Luna

A shared challenge

Resumen

Jorge, un estudiante de 43 años, se enfrenta a la compleja situación de volver a la vida académica, después de un largo periodo de haber abandonado la escuela, por lo cual decide inscribirse al Bachillerato en Línea Pilares, para lo que debe realizar un curso propedéutico que pondrá a prueba sus conocimientos y habilidades. Esto supone un gran reto para el aprendiz, pero también para quien lo acompaña en este proceso, ya que para hacer frente a la situación se deberá poner en práctica la consejería breve centrada en soluciones (CBCS).

A lo largo de este texto se observará cómo ocurrió la intervención con Jorge a partir de este enfoque, así como los resultados obtenidos y un breve análisis sobre las acciones que se llevaron a cabo.

Palabras clave: tarea de la primera sesión; excepciones; por qué ahora; lenguaje estratégico.

Abstract

Jorge, a 43-year-old student faces the complex situation of returning to academic life, after a long time of having dropped out of school. This is a great challenge for the learner, but also for those who accompany him in this process.

Jorge, a 43-year-old student faces the complex situation of returning to academic life, after a long time of having dropped out of school, for which he decides to enroll in the Pilares Online Baccalaureate, this implies taking a propaedeutic course that It will test your knowledge and skills. This is a great challenge for the learner, but also for those who accompany him in this process, since in order to deal with the situation, Brief Solution-Focused Counseling (BSFC) must be put into practice.

Throughout this text it will be possible to observe how the intervention carried out with Jorge took place from this approach, the results obtained and a brief analysis of the actions that were carried out.

Keywords: first session task; exception seeking; why now?; strategic language.

Un poco de contexto

Jorge es un estudiante de X-ini, el curso propedéutico del Bachillerato en Línea Pilares que ofrece el gobierno de la Ciudad de México. Esta experiencia tiene una duración de ocho semanas en las que se realizan diferentes actividades académicas que sirven para identificar si el estudiante cuenta con las competencias y elementos necesarios para cursar el bachillerato en dicha modalidad.

Tiene 43 años y manifiesta la intención de concluir el bachillerato en línea para acceder a mejores oportunidades laborales. Trabaja en una tienda de autoservicio, en un horario de seis de la mañana a seis de la tarde, que lo mantiene ocupado la mayor parte del día: volver a la vida académica representa un reto, después de varios años de haber dejado la escuela.

El reto

Durante los tres primeros días del propedéutico Jorge se mantuvo ausente, por lo cual decidí llamarlo con la intención de integrarlo a las actividades. En esta primera llamada tenía presente que era necesario realizar la técnica “Tarea de la primera sesión”, que generalmente se utiliza en el primer contacto con el estudiante.

Esta técnica consiste en solicitar a quien manifiesta dificultades que ponga atención en su entorno y que identifique qué circunstancias le gustaría que siguieran ocurriendo, desde el momento de la llamada y hasta el siguiente contacto. Opté por utilizar esta técnica ya que favorece que el involucrado se anime a observar aquello que omite en su relato; es decir, aquellos recursos con los que cuenta y que muchas veces no se incluyen en el discurso porque este se encuentra centrado en el problema (Martínez, 2015).

Algo importante de señalar es que el reto no solo era para Jorge, sino también para mí, dado que me encontraba en formación como consejera y tenía el propósito de intervenir en la situación de la mejor forma posible aplicando las técnicas que recién aprendía al pie de la letra. Pero, volvamos con Jorge, a continuación, compartiré una breve transcripción de esa primera llamada:

Consejera: Hola, Jorge, ¿cómo estás? Revisando las asistencias en la plataforma, pude ver que hasta el momento no has entrado. ¿Me podrías platicar al respecto?

Jorge: Sí, es que perdí mis datos de acceso y por eso no he podido entrar.

Consejera: No te preocupes por eso, yo te los puedo proporcionar para que comiences lo más pronto posible tus actividades, pero dime, ¿intentaste contactar a alguien del bachillerato para conseguirlos?

Jorge: No, no sabía con quién dirigirme, pero ¡qué bueno que me llamó! ¿Puedo guardar su número por cualquier cosa?

Consejera: Claro, Jorge, durante esta experiencia yo seré tu consejera y daré seguimiento al grupo en el que estás inscrito, sobre todo en asuntos que dificulten tu desempeño académico.

Jorge: Gracias, maestra, ya voy a entrar a la plataforma para ponerme al corriente.

Consejera: Sí, ahora ya tienes tus datos de acceso. Jorge, me gustaría pedirte un favor. Mañana te volveré a llamar y me gustaría que observaras muy bien a tu alrededor a partir de este momento lo que ocurre en tu casa o en tu trabajo, y piensa: ¿qué de lo que pasa te gustaría que siguiera ocurriendo?

Jorge: Uy, maestra, ¡ya me está dejando tarea! Pero la voy a hacer, entonces nos hablamos mañana.

Consejera: Sí, Jorge, hasta mañana.

Después de la llamada, reflexioné si había sido correcto aplicar la “Tarea de la primera sesión”, porque, en realidad, la única dificultad que había manifestado Jorge fue que no contaba con los datos de acceso, pero el asunto se resolvió de inmediato. No obstante, di continuidad al compromiso que habíamos establecido y al día siguiente volví a llamar. Antes de la llamada, consulté si Jorge había entrado a la plataforma y revisé su avance, pero este era mínimo, ya que solo entró por un momento y se presentó en chat con sus compañeros.

Ante esta situación, además de dar continuidad a la técnica señalada, también decidí aplicar el “¿Por qué ahora?”, ya que, de acuerdo con lo que estaba aprendiendo en el Taller de Consejería en Línea, el enfoque consiste en centrar la consejería en las soluciones. Esta pregunta me permitiría indagar acerca de las motivaciones centrales que tiene Jorge para estudiar el bachillerato. Además, sirve para activar la motivación cuando por situaciones de la vida personal, laboral, familiar o académica se pone en riesgo la continuidad en los estudios (Vadillo, 2020).

La segunda llamada ocurrió así:

Consejera: Hola, Jorge, ¿cómo estás? ¿Hiciste tu tarea?

Jorge: Hola maestra, estoy algo cansado, pero bien y sí hice la tarea. Me di cuenta de que lo que me gustaría que siguiera ocurriendo en mi vida es que mi esposa me siga apoyando. Ella siempre está conmigo en las buenas y en las malas y no quisiera que dejara de hacerlo.

Consejera: ¡Qué bien que cuentes con el apoyo de tu esposa! Sentirse acompañado es una gran motivación para enfrentar los retos de la vida. Jorge, dime: ¿por qué decidiste estudiar ahora el bachillerato?

Jorge: Porque me quiero superar, quiero tener otro trabajo y demostrarme que puedo lograr cosas.

Consejera: Bien. Vi que entraste a la plataforma y que te presentaste con tus compañeros, pero nada más. Cuéntame, ¿tienes alguna dificultad?

Jorge: La verdad, sí, no le sé bien a la computadora y entonces le pedí a mi esposa que me ayudara y pude entrar a la plataforma y comentar en el chat, pero luego se fue y por más que le moví no supe cómo hacer lo demás y apagué la computadora. Además, estaba cansado, como que después del trabajo ya no me dan ganas de hacer nada.

Consejera: Bueno, pero me acabas de decir que te quieres superar y que quieres tener otro trabajo, ¿entonces?

Jorge: Sí, le voy a echar ganas para aprender a usar la computadora.

Consejera: ¿Cómo le vas a hacer?

Jorge: Le voy a decir a mi esposa que me ayude, cuando llegue de trabajar descansaré un rato y después de cenar voy a hacer mis actividades del bachillerato.

Consejera: Muy bien, estaré atenta a tu avance.

Durante esa semana estuve dando seguimiento al avance de Jorge, pero, luego de algunas sesiones en el Taller de Consejería, me pude percatar de que la estrategia que había propuesto Jorge para cumplir con sus actividades académicas no dependía de él, sino de la disponibilidad de su esposa para que él pudiera avanzar, así que intenté cambiar el rumbo.

Le hice una tercera llamada para aplicar la “Técnica de las excepciones”, que se trata de solicitar a la persona que identifiqué una situación similar en el pasado y cuestionar cómo la resolvió, con el fin de potenciar la voluntad del estudiante para solucionar la situación en la que se encuentra (De Shazer, 2000 en Vadillo, 2020). Desafortunadamente, Jorge no respondió mi llamada, ni las que realicé posteriormente.

Cerca de finalizar el curso, Jorge me llamó y me comentó que estaba muy apenado por la situación, que le cambiaron el horario de trabajo y que a su esposa se le dificultaba ayudarle porque generalmente estaba muy ocupada. En ese momento comprendí la importancia que tiene el manejo adecuado de las técnicas de consejería, así como del lenguaje estratégico. Este último es fundamental en la labor del consejero, ya que permite identificar las palabras clave del otro e introducirlas en el discurso para generar una mayor conexión y favorecer el proceso de mediación (Vadillo, 2020).

Quizá el haber usado una estrategia en la que Jorge fuera el responsable de la situación hubiera resultado en un desenlace diferente. Mi conclusión es que el reto no era solo para Jorge, sino también para mí también por la responsabilidad que implicaba mi función de consejería, el establecer un contacto oportuno y pertinente con los estudiantes. Asimismo, es importante cuidar el uso del lenguaje debido al impacto que tienen nuestras palabras y acciones en la vida académica de los estudiantes del Bachillerato en línea.

Referencias

Martínez, F. E. (2015). Terapia sistémica breve. Fundamentos y aplicaciones. Compilación. RIL Editores.

Vadillo, G. (2020). Consejería en línea: Un enfoque centrado en soluciones. UNAM. http://dx.doi.org/10.22201/cuaed.9786073030984e.2020