Revista mexicana de bachillerato a distancia

Proyectos y programas

Transición del estudiantado en el Bachillerato a Distancia de la UAEMéx: de adultos a adolescentes

Patricia del Carmen Montaño Reyes

Student shift in the distance high school program (BUMAD) of UAEMéx: from adults to adolescents

Resumen

La Universidad Autónoma del Estado de México creó en 2005 el programa de Bachillerato Universitario en la Modalidad a Distancia (BUMAD) para diversificar la oferta educativa y ampliar la atención a la demanda de la sociedad por ingresar a programas educativos de este nivel. En 2012, el plan de estudios del programa se actualizó y reestructuró y actualmente no hay límite de edad para solicitar ingreso. De inicio se enfocó en adultos jóvenes activos en la fuerza de trabajo. Hoy se ve un aumento en las solicitudes de ingreso de recién egresados de secundaria. Contextos que conciben de forma diferente los procesos de enseñanza y aprendizaje promueven la migración de la educación presencial a la no escolarizada, que requiere un perfil específico de sus estudiantes.

Palabras clave: educación presencial; educación a distancia; perfil de ingreso; perfil de egreso; habilidades para el estudio.

Abstract

In 2005 Universidad Autónoma del Estado de México established the Bachillerato Universitario en la Modalidad a Distancia (BUMAD) to diversify its educational offerings and expand its response to society’s demands for entry into educational programs at this level. In 2012, the program’s curriculum was updated and restructured, and currently there is no age limit for admission. Initially the program targeted young adults already active in the workforce. Nowadays, there is an increase in applications from recent middle school graduates. Contexts that conceive teaching and learning processes differently promote the shift from in-person to non-traditional education, which requires a specific student profile.

Keywords: face-to-face education; distance education; admission profile; graduation profile; study skills.

El Bachillerato Universitario en la Modalidad a Distancia (BUMAD) de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) fue concebido en 2005 como un programa educativo que permitiría diversificar la oferta educativa y ampliar la atención a la demanda de la sociedad por lograr un lugar en programas educativos. Inicialmente operó con el currículo del Bachillerato Universitario 2003, diseñado para la modalidad educativa presencial. Se ajustó y compactó de tres a dos años, y pasó de periodos semestrales a bimestrales. Después de un ejercicio de evaluación, el currículo sufre una adecuación en 2007. En 2012 se identificó la necesidad de actualizar su plan de estudios y reestructurarlo conforme a lo establecido a nivel federal por la Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS) (Secretaría de Educación Pública [SEP], 2008). Es así como se aprueba el Currículo del Bachillerato Universitario a Distancia (BUAD 2012) vigente.

Al principio, el programa se centró en adultos jóvenes activos en el campo laboral, aunque recientemente se ha visto un aumento en las solicitudes de ingreso de jóvenes recién egresados de secundaria. La mudanza de la educación escolarizada a la no escolarizada puede ser complicada, especialmente para los estudiantes que transitan de la niñez a la adolescencia. Para cursar el BUAD convenientemente, el estudiantado debe ser capaz de comunicarse de forma verbal con claridad y tener buena comprensión lectora. Simultáneamente, necesitan ser disciplinados, saber gestionar el tiempo y tener disponibilidad para el trabajo en equipo.

El BUAD 2012 fundamenta su perfil de ingreso con las características definidas en el perfil de egreso de la educación básica de secundaria. Las convocatorias no establecen ningún límite de edad. Desde 2012 hasta 2020 las solicitudes de ingreso mediante convocatoria pública fueron de adultos jóvenes con actividades laborales, personas con actividades en casa y, ocasionalmente, estudiantes adolescentes que solicitaban cambio a modalidad no escolarizada por problemas de salud. De 2021 a la fecha se decidió ampliar la capacidad de absorción y se ofreció como alternativa de ingreso a jóvenes que no lograron ingresar al bachillerato presencial. En la convocatoria de ingreso 2022 tuvimos 198 nuevos estudiantes, de los cuales 86.4% correspondió a jóvenes recién egresados de secundaria.

Este incremento en el ingreso de estudiantes en edad típica representó un cambio imprevisto. Pasamos de tener una matrícula compuesta por adultos jóvenes activos laboralmente a una matrícula con adolescentes. Aunado a esta circunstancia se empezó a hacer evidente la presencia frecuente de padres solicitando información y reclamando servicios habituales en la educación escolarizada.

Las características de la educación básica en México son esencialmente de educación presencial, tradicional en el rol del profesorado y del estudiantado, que se mueven como peces en el agua entre cuatro paredes, donde cada uno sabe, por los años vividos en las aulas, qué y cómo se deben comportar, y qué hace cada quién. El modelo presencial es el más ampliamente utilizado y podría considerarse un “modelo de éxito”, de acuerdo con las palabras de Aguilar y Del Valle (2016), por el número de estudiantes que lo han cursado y por la cantidad de profesionales formados en él. Las razones para migrar de la presencialidad al aprendizaje en línea son diferentes para cada actor. Como ya lo señalamos, en la UAEMéx prevaleció una razón fundamentalmente económica: no hay posibilidades de construir más aulas y dotarlas de servicios básicos. Esta migración se realiza hacia contextos que conciben de forma diferente los procesos de enseñanza y aprendizaje. La educación a distancia requiere un perfil específico de sus estudiantes. No es un paso sencillo el cambio de modelo educativo, de nivel y de medio de interacción, además de la transición personal que los estudiantes viven en el paso de la niñez a la adolescencia. De acuerdo con Bartolomé (2002), los indicadores del éxito de los programas presenciales son el grupo, el ritmo y el profesor. El grupo ofrece el sentimiento de pertenencia, anima y acoge al individuo y al conjunto. El ritmo se constituye con la asistencia regular al salón de cuatro paredes que conforma el espacio y cobija al grupo. El profesor es allí una persona física real, reconocible y con quien se puede establecer una relación directa con ciertos tintes emocionales.

Por el otro lado, un modelo educativo a distancia, basado en el diálogo didáctico mediado por la tecnología, requiere, necesariamente, la fortaleza de la comunicación verbal clara y la lectura de comprensión; además de competencias transversales que auxilien al estudiante para el adecuado seguimiento de instrucciones, la gestión del tiempo, el conocimiento del uso de herramientas tecnológicas, de la ofimática, de competencias y habilidades como la autodisciplina, la motivación, la capacidad de atención y el trabajo en equipos diversos.

Pasar de la educación escolarizada a la no escolarizada es una actividad riesgosa si no se toman previsiones. Padres e hijos inscritos en el BUAD se tuvieron que involucrar, en menos de un mes, en cursos de inducción al sistema universitario y a la modalidad a distancia. La comunicación regular con los maestros, las autoridades y la supervisión del progreso académico de los hijos se vio transmutada a herramientas mediadas tecnológicamente, pero de respuesta inmediata: chat, correo, botones de asesoría. Los estudiantes cambiaron sus sillas y pupitres escolares por un espacio físico diverso. Es requisito contar con un equipo de cómputo y una conexión a internet, para, a través de una pantalla, ingresar en cualquier momento a un aula virtual vacía de cuerpos reales, pero llena de material educativo y con ventanas para comunicarse con los demás compañeros, profesores y tutores. Los grupos y los salones de clase se transformaron en aulas virtuales de aprendizaje. Todo el proceso educativo se realiza por medio de la plataforma educativa SEDUCA.

El estudiantado que permanece (67.1 %) aprende a gestionar todos los recursos para concluir el proceso. En el trayecto aprendieron a conformar un ambiente de estudio adecuado en el hogar. Las familias descubrieron las habilidades que sus hijos pueden obtener cuando su educación es a distancia. Padres, tutores y estudiantes tuvieron que aprender a gestionar todo desde la plataforma y los sistemas automatizados de seguimiento. No fue sencillo aceptar que no había “clases”, que los profesores no estaban al frente del aula y que no tenían un horario fijo establecido para estudiar.

Finalmente, los estudiantes que permanecen en el BUAD poco a poco van adquiriendo destrezas deseables en los procesos formativos actuales: mejoran sus habilidades lectoras y de expresión escrita, adquieren hábitos de estudio independientes y de disciplina.

Referencias

Aguilar, M. A. y Del Valle, M. E. (2016). De lo presencial a lo virtual: Caso Universidad Metropolitana. Opción, 32(9),17-31. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=31048482001

Bartolomé, A. (2002). Universidades en la Red. ¿Universidad presencial o virtual? Crítica, 52(896), 34-38. http://www.lmi.ub.edu/personal/bartolome/articuloshtml/2002_AB_critica.pdf

Secretaría de Educación Pública [SEP], 2008, Acuerdo número 442 por el que se establece el Sistema Nacional de Bachillerato en un marco de diversidad. Diario Oficial de la Federación. https://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5061936&fecha=26/09/2008#gsc.tab=0