Refugio guatemalteco y el activismo Santuario en Estados Unidos
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Resumen
Tras la guerra en Guatemala a finales del siglo xx, la población maya llegó a Estados Unidos con ayuda de redes propias de migrantes internacionales centroamericanos y del activismo social de corte religioso, que echó mano de una experiencia histórica a través de redes clandestinas de apoyo a grupos perseguidos que enfrentaban racismo y discriminación. Este trabajo sugiere que tal antecedente se revela hoy en las redes transnacionales de la institución Santuario. Posiblemente sin estos recursos los solicitantes de refugio hubieran enfrentado mayores retos tratando de salvar sus vidas en naciones de América del Norte o América Central. Las rutas de escape, ocultas e informales, guiadas por los activistas eclesiásticos, fueron clave al reactivar las viejas estrategias, ya probadas, en el movimiento abolicionista del siglo XIX con la conocida práctica del “ferrocarril subterráneo”, centrada en la comunicación a corta distancia y encuentros clandestinos. Así, casi 100 años más tarde, se reactivaron los métodos de acogida a los nuevos perseguidos del Sur hacia el Norte. De dicha trayectoria, se llega a la construcción o institucionalización del Movimiento Santuario como un espacio de refugio y en la actualidad figura emblemática en el contexto estadounidense demostrada en la inserción de refugiados guatemaltecos.