EL INSTITUTO DE CARDIOLOGÍA DE MÉXICO
Contenido principal del artículo
Resumen
El corazón tiene a lo largo de la historia símbolos insustituibles. De la palabra cordis “corazón” proviene la cálida cordialidad. Llevar la mano abierta al pecho izquierdo, geografía del corazón, invoca con la seña: verdad, civismo, patriotismo, compromiso, afecto. Colocar una condecoración o un botón honorífico en la solapa izquierda de los merecientes, implica ceñir tal ofrenda al corazón mismo. En muchas culturas el corazón es la sede de la intuición “la corazonada”. Seducidos por el valor supremo del corazón, los aztecas entregaron miles de ofrendas humanas a los dioses, mediante el ritual de la extracción del corazón sobre una piedra especial de sacrificios y mientras el inmolado se encontraba vivo aún; los científicos discuten sobre cual fue la técnica operatoria de los sacerdotes y cirujanos aztecas: una teoría señala que ingresaban por debajo de la parrilla costal y a través del diafragma alcanzaban el corazón para arrancarlo; otra tesis sugiere que lo hacían directamente por el pecho perforando las costillas. Permanece en la incertidumbre el por qué profundo de tan aparente impiedad, con ribetes caníbales y dramáticos rituales. Quizás para redimir la historia y sublimar su pasado étnico feroz, desde 1944 funciona en México un verdadero templo del corazón, el Instituto Nacional de Cardiología
Detalles del artículo
Cómo citar
Vega Delgado, G. (2016). EL INSTITUTO DE CARDIOLOGÍA DE MÉXICO. Archipielago. Revista Cultural De Nuestra América, 23(91). Recuperado a partir de https://revistas.unam.mx/index.php/archipielago/article/view/55167