El agotamiento del ciclo progresista: el caso uruguayo
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Abstract
Los gobiernos progresistas del Frente Amplio (FA) han logrado mejoras en el bienestar de la población, sin embargo, no pudieron resolver los problemas distributivos al momento de generar riqueza, y redistributivos porque no se tomaron medidas contra la riqueza acumulada. Su objetivo fundamental ha sido captar Inversión Extranjera Directa (IED) como motor de desarrollo y para ello aceptaron las reglas que imponen los Tratados Bilaterales de Inversión y las empresas transnacionales, reafirmando así las instituciones políticas y económicas del capital.
La caída de los precios de las materias primas y el retraimiento de la entrada de capitales afecta económicamente y políticamente al FA. Crece el déficit fiscal, la deuda externa, se devalúa la moneda y se pierden empleos. El gobierno ya no cuenta con recursos para desarrollar las políticas de conciliaciones de clase que le dieron estabilidad política y social en los primeros diez años y enfrenta una agudización de los conflictos. En ese marco se ha reducido el apoyo popular y es previsible un retroceso electoral, que se explicaría, entre otros aspectos, porque las mejoras económicas no estuvieron acompañadas de la formación ideológica necesaria para elevar los niveles de conciencia y organización para defender los logros alcanzados y enfrentar la ofensiva del capital.
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