VIVIR ENTRE VOLCANES, BOSQUES Y AGUA: LOS ANTIGUOS ISLEÑOS DE SANTA CRUZ ATIZAPÁN
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Resumen
El valle de Toluca tiene características particulares, entre las cuales destacan la presencia de múltiples volcanes circundantes y las zonas lacustres. A éstos, se agrega el río Lerma que las atraviesa en dirección al noroeste, conformando la cuenca más amplia de la República Mexicana. El valle, además, tiene una larga y fecunda historia, cuyo origen se remonta al Formativo temprano, por lo menos, hace más de 3 000 años. No obstante, el curso histórico de esta región, rica en recursos bióticos propios del ambiente lacustre, así como del terrestre y de los bosques, ha sostenido diversas trayectorias, de las cuales destaca el desarrollo de la población humana que colonizó la zona lacustre-palustre hace más de 1 500 años y que, después de unos cinco siglos, fue obligada a abandonar esta vida particular, acorde con su entorno.
En este artículo, se expone y discute el inicio, florecimiento y abandono de dicha sociedad lacustre a través de los datos arqueológicos obtenidos en el sitio de Santa Cruz Atizapan, en la Ciénaga de Chignahuapan. Cabe destacar que este modo de vida tan singular dio razón de su existencia a los grupos que habitan no sólo en esta zona, sino también en toda la región toluquense. Así mismo, se pondera la bondad y fragilidad de dicho modo de vida lacustre.
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