El número 34 de HistoriAgenda aborda, desde diversos ángulos la construcción de ciudadanía en uno de los momentos quizá más difíciles de la historia de la humanidad; una etapa en la cual es necesario habitar el país y el mundo de otra manera, una que fomente el desarrollo de las personas, que apueste por la libertad y la integridad de las mismas, que refuerce el respeto, la participación, la solidaridad de una sociedad que conoce sus derechos y asume sus obligaciones y deberes. Debatir en las aulas en torno a la construcción de ciudadanía es, sin duda, obligatorio en todas las materias y en todas las posibilidades educativas de quienes desde la escuela fomentan el desarrollo de personas libres e íntegras, con dignidad personal para la formación de una colectividad ética. La violencia social de nuestro entorno actual obliga más que nunca a generar un diálogo educativo en el que los aspectos de identidad, autonomía personal, mirada ética, participación, en síntesis, búsqueda del bien común, potencien el aprendizaje de la vida democrática. Si bien, la noción de ciudadanía viene desde el ágora griega y muchos de sus constructos no han perdido vigencia, nuestro tiempo permite adentrarse en otros momentos y en otros pensadores para actualizar las condiciones de un presente que, sin olvidar el pasado, proporcione las herramientas para comprender de mejor manera el quehacer personal y colectivo en un mundo reglado que debiera ser compartido por todos los sujetos, precisamente como una manera de conformar una sociedad plural en la que los principios, valores y normas regulen la convivencia con los demás. La escuela no debe olvidar la responsabilidad compartida para construir elementos suficientes hacia una sociedad plural, para gestionar espacios de libertad ante los retos de una sociedad escindida y compleja; para dar respuesta a la problemática educativa de los tiempos que corren. Las aulas contribuyen cotidianamente a formar ciudadanas y ciudadanos críticos, que solucionan problemas y regulan sus conflictos a través de la palabra, del diálogo, de los saberes que la sociedad actual les demanda. La escuela es un espacio en el cual se dota al alumnado de herramientas para ser en un contexto. Educar para la convivencia es más que nunca obligación de quienes, desde  las aulas, amplían la mirada hacia una sociedad plural que exige del alumnado adolescente una participación social responsable y una actitud ética intachable del profesorado. Aprender a ser es hacer con otros.

Publicado: 2018-06-22

ÍNDICE

David Placencia Bogarin

1-2

LEGAL

David Placencia Bogarin

3

Quehacer Histórico

David Placencia Bogarin

101-102