En el año de 1917, Mary Richmond publicó Social Diagnosis, trabajo en el que estableció los principios científicos del Trabajo Social. Hoy, un siglo después la Escuela Nacional de Trabajo Social, reafirma la necesidad de impulsar esta disciplina al inaugurar el Doc­torado en Trabajo Social, en la Universidad Nacional Autónoma de México. Este número especial de la revista no sólo celebra la publi­cación de Social Diagnosis, sino que se plan­tea cómo las bases teóricas y metodológicas de nuestra disciplina se encuentran hoy en diálogo con los retos que la sociedad mexica­na enfrenta en el siglo XXI.

Es así que la reedición de los ar­tículos que aquí se transcriben, represen­tan una herramienta crítica para repensar no sólo la reinterpretación de los clásicos del trabajo Social o identificar los vacíos que muestra la construcción disciplinar del Trabajo Social en México, sino que también se pretende que ayuden a proyectar temas, problemas y propuestas para la elaboración de las líneas de investigación en el docto­rado. Reeditarlos no sólo es por la intención de repetirlos, sino básicamente de ofrecer los mejores textos publicados en los últimos años en esta Revista, como espejos, a la vez, de lo que se ha avanzado, como de lo que aún se adeuda en el desarrollo disci­plinar del Trabajo Social.

La revista Trabajo social UNAM no sólo es el resultado de los académicos de la licenciatura y de la maestría de nuestra escuela, sino que también, como ya se señaló, el cimiento del andamiaje académico del nuevo programa para el doctorado, que pretende formar indagadores críticos, que caven en nuestro México para producir conocimiento situado, a la vez que permitan fortalecer las redes internacionales que mantengan a la UNAM como referente latinoamericano en los estudios en Trabajo Social. Es por ello que los textos que se presentan son los bosquejos de los mapas que el Doctorado en Trabajo Social de la UNAM ayudará a profundizar. El desafío ya no es definir qué es el Trabajo Social, sino demostrar lo qué es.

Este número especial no es un homenaje, sino un puente entre dos momentos en la formación de trabajadores sociales. Su éxito se calculará no sólo por lo que recuerda del pasado, sino por cómo nos atrevemos a diseñar el futuro del Trabajo Social.