El ribosoma: lo que nos ha enseñado su estructura

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Estela Sánchez de Jiménez
Tzvetanka Dimitrova Dinkova

Resumen

Hace 150 años se publicó la teoría de Darwin sobre la evolución que dice: Las características de un organismo son hereditarias y sujetas a cambios al azar; los cambios que permiten al organismo mejorar sus opciones de supervivencia, se conservarán en las futuras generaciones. El premio Nobel en Química 2009 fue otorgado a tres científicos que aportaron la última pieza requerida para conocer cómo funciona en realidad la teoría de Darwin a nivel atómico. El primer premio Nobel en este sentido fue uno de los más famosos en la historia: el otorgado en 1962 a Francis Crick, James Watson y Maurice Wilkins por el modelo atómico de la doble hélice de DNA. El segundo fue el otorgado en el 2006 a Roger Kornberg por la estructura de la RNA polimerasa que copia la información de DNA a RNA. El tercero, otorgado este año a Ada Yonath, Thomas Steitz y Venkatraman Ramakrishnan por la estructura cristalina de alta resolución del ribosoma una de las maquinarias celulares más complejas que completa el camino de la información genética, permitiéndonos conocer cómo el lenguaje de DNA/RNA se convierte en proteínas que garantizan el correcto funcionamiento celular.

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