Reología. Los atractivos de la deformidad

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Javier Cruz Guardado

Resumo

Cualquiera en su sano juicio tendría al siguiente experimento como uno para idiotas: darle un cabezazo a un vidrio grueso para averiguar si su estado es sólido o líquido. Es un ejercicio que puede deseársele a más de uno, ciertamente, pero que pocos querrían hacer por sí mismos, al menos por dos razones: a) porque toda la experiencia cotidiana se los agolpa del lado de que el vidrio p e s o no es líquido sino sólido; y b) porque, como consecuencia inmediata de lo anterior, el experimento conducirá, sin más, a un jaquecón con arreglo fcc, face centered cubic.

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