Dos desafortunados ejemplos de conductas impropias en la investigación

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Andoni Garritz

Resumen

En la editorial del último número del Journal of Chemical Education, John W. Moore (2002) nos comenta los dos ejemplos que hemos decidido también tomar en esta editorial, por tratarse de hechos lamentables que pueden dar al traste con la confiabilidad social en la actividad científica. Se trata de dos hechos en los que se viola la más elemental ética que debe imperar en el trabajo científico. Los dos casos se dieron en los Estados Unidos. El primero de ellos involucró a un científico de 32 años de los Laboratorios Bell, de nombre J. Hendrik Schön, cuyos descubrimientos en el área de superconductividad y electrónica molecular, de haber sido ciertos, le hubieran acercado a recibir el premio Nobel, según Moore.

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